jueves, 1 de enero de 2009

Simbología del color en la Alhambra


Artesonado del techo de la azotea abovedada
del Palacio del Partal de la Alhambra de Granada
- Principios del siglo XIV -
Elaborado con maderas de sándalo y álamo
y policromía dorada.
(3'50 m. x 3'50 m. y altura de 1'90 m. en bóveda)
Museo Nacional de Berlín
Cuando en 1238, Ben-Al-Hamar (Mohamed Ben Yusuf Ben Nasr el Ansary), llamado el Señor de Arjona y conocido como Al-Hamar el Rojo (الحمر ya que tenía la barba roja), entró triunfador en Granada por la Puerta de Elvira, para ocupar el Palacio del Gallo del Viento, donde edificaría la Alcazaba Yidida (la Nueva) en la colina de la Sabika, en la ladera izquierda del rio Darro, donde sería edificada la Alhambra, y del que decían los narradores de la época que la población le recibió con el grito de "Bienvenido el vencedor por la gracia de Alá", a lo que él respondió: "Wa lâ galibun Îlâ Allah" (وَ لاَ غـَـلِـبٌ إلاَ اللـَّه ): "Sólo Alá es vencedor".
Quería mostrar Alhamar con sus palabras que todo lo que pasaba (bueno o malo) era por designio divino. Y que, por ello, su victoria no era suya, era de Dios.
Sería Alhamar, descendiente de Sad ben Ubada, el compañero de Mahoma y de ilustre linaje, el fundador de la dinastía Nazarí (que tuvo veinte sultanes granadinos entre 1238 y 1492) y el fundador del Reino Nazarita de Granada, reemplazando a la anterior dinastía Zirí, que gobernaba en la Alcazaba Cadima (la Antigua) situada en la colina del Albayzín, en la ladera derecha de rio Darro, frente a la actual Alhambra.
Según Lafuente Alcántara, en la víspera de la batalla de Alarcos, «apareció en los espacios un ángel montado en un caballo blanco, tremolando una bandera, con la leyenda wa lâ galib(un) ilâ Allah (Solo Allah es vencedor)", surgió como un lema y era reverenciado como invención divina, atribuyéndosele la victoria, fue adoptado como emblema por los musulmanes granadinos.
Este sería el lema del escudo nasrí o nazarí y el que está escrito por toda la Alhambra y como dato curioso, en el alicatado en la estación Independencia de la línea C, del Metro de Buenos Aires, existe un friso con esta frase: وَ لاَ غـَـلِـبٌ إلاَ اللـَّه ("Sólo Allah es vencedor")

El escudo de Mohamed Ben Nasr, Alhamar,
con la leyenda
وَ لاَ غـَـلِـبٌ إلاَ اللـَّه
("
Sólo Allah es vencedor" )
y es el lema nasrí que se repite
en toda la decoracion de la Alhambra.

La Alhambra de Granada es un castillo medieval y era una ciudad palatina, en Granada, una ciudadela real dentro de la ciudad. Etimológicamente, el vocablo Alhambra en árabe es "al hamra" (الحمراء) “la roja”, procedente del nombre completo "Qal'at al-hamra" (Fortaleza Roja) y en su evolución histórica como palabra de origen arábigo clásico, el castellano intercalaría entre la M y la R una B, como en el vocablo alfombra, que en el árabe clásico tenía el significado de "rojez", escrito como "al-humrah".
Si el nombre de la Alhambra procede de lo que esta derivación lingüística de su etimología es sólo una versión, aunque el nombre de "roja" lo recogiera ya Ibn al-Jatib en la Ihata fi ajbar Garnata, obra que recoge la historia de Granada y que incluyó todos los sabios granadinos, al describir que su origen le vendría cuando se construyó el tapial y las torres y se trabajaba de noche, y vista por la noche, desde lejos, debido a la luz de las antorchas, se veía roja. Otros autores antiguos defendían que "Alhambra" es simplemente el nombre en femenino de su fundador, Alhamar.
En realidad, toda la fortaleza palatina de la Alhambra, en época andalusí, estaba encalada. Si se observa la Alhambra por su exterior, aun conserva indicios de la antigua pintura blanca en los muros más protegidos de la alcazaba y de los palacios nazaríes.

Los usos conferidos a los colores en todo el recinto, tanto en los muros externos como en las fachadas, en los artesonados de los techos y en las decoraciones internas, no respondían tan sólo a una única intención decorativa, sino que estos respondían a unos significados simbólicos, entre cósmicos y religiosos, donde el blanco era el color de los palacios, sólo hoy en blanco el Generalife, porque era transmisión del poder, porque su visibilidad y su luz era una representación de la divinidad. El color era blanco, el color del Islám, símbolo del poder y señal de buen augurio.
Los colores adquieren usos diversos en función del recinto que se visita, teniendo en cuenta la incidencia de la luz del Sol en los objetos y materiales constructivos, en donde una luz de amanecer o de atardecer obtiene tonalidades desde muy claras y diáfanas hasta matices completamente saturados, que tienen una pátina entre blanca rosácea en la mañana y una luz de tonos rojos en el atardecer.
La Alhambra y su uso de los colores tienen un simbolismo evidente y determinativo. De una parte, estos colores transformarán de una forma alquímica los materiales de construcción utilizados.

Fotografías comparativas del uso del color en la Alhambra:



La Sala de las Camas del Baño Real de la Alhambra,
construido al Este del Palacio o Cuarto de Comares.




Puerta del pórtico sur del Palacio o Cuarto de los Arrayanes

La voz árabe a-zala'iyi, ya citada en 1240-1241 por Ibn Said, se convertirá en azulejo y cubrirá los suelos alternando piezas de barro con otras vidriadas, a la vez que en los zócalos se darán ejemplos antiguos como los blancos y verdosos del Cuarto Real de Santo Domingo de Granada o los azul pálido y oro de la Torre del Peinador de la Reina, para originar en el siglo XV una tipología de azulejos en loza dorada de gran formato, como el caso del azulejo Fortuny (1408-1417). También aparecerán azulejos en los suelos de la Torre del Peinador de la Reina, en Dos Hermanas y en salón de Comares.




Muestra de azulejos de los zócalos de los Palacios Nazaríes

Los azulejos coloreados consiguen cristalizar la luz y las sebkas, las inscripciones las celosías y decoraciones vegetales se convertirán en toda usa serie de tejidos visuales o de textiles arquitectónicos, consiguiendo el color transformar un material de baja estopa en un elemento decorativo más sofisticado, con luz y magnetismo propios.
Los mocárabes coloreados proyectan luz con muy diversos matices y es así como se produce un proceso alegórico que convierte toda materia en luminosa.
Un estudio distinto sería el uso del color y su significación religiosa. La clave principal de esta interpretación mística se encuentra en que el color hace visible la luz y en El Corán se indica que “Allah es la Luz del Cielo y de la Tierra y los colores que reflejan la Luz participan de la divinidad”. Es así como ese proceso alegórico del color que convertía la materia en luminosa indica que el Color es la Unidad de todo lo creado.
Es el color en sí una nueva vía de aproximación a lo divino, ya que la luz no la podemos ver directamente y sólo la reconocemos a través de la fluorescencia que le brinda el color y es por ello que las paredes de la Alhambra estaban recubiertas de una luminosa amalgama cromática, cargada de significados ocultos, unas veces enigmáticos y otras veces esotéricos.
Existen en los palacios nazaríes toda una serie de espacios en donde el color proyecta adquiere estos significados, pero el lugar donde se manifiestan con más intensidad es en el techo de la torre de Comares, que contiene una representación del universo coránico: los siete cielos coránicos.

Así ya en la sura 67 del Corán (El Dominio, también llamada El Señorío) se hace figuración de la creación divina:

(67,3) – "Aquél que ha creado siete cielos superpuestos,
no ves en la creación del Clemente imperfección
¡Vuelve la vista!
¿Has visto alguna falla?”
(67,4) – Luego vuelve la vista a ella un par de veces:
la vista volverá a ti cansada, fatigada,
(67,5) – "Hemos adornado el cielo del mundo con candilejas
que hemos colocado como piedras para lapidar a los demonios”

Azora LXVII – El Señorío
(Mequí – Tiene treinta versículos)
El Corán – Traducción del Dr. Juan Vernet

Plaza & Janés, S.A. Editores - 1ª edición 1980

El arabista Emilio García Gómez se preguntaba siempre: ¿Qué hay en la torre de Comares, que no existe en el resto de la Alhambra?
Los siete cielos coránicos se corresponden con una determinación por colores que van en ascenso desde el más terrenal como es el bronce a los más puros como el oro, la plata y finalmente el rubí, que se corresponde con la descripción de la ascensión del profeta Mahoma al Paraíso.
El Salón de Embajadores nos contesta en una de sus inscripciones:

Soy el corazón del Palacio entre todos sus demás miembros.

Construido durante los reinados de Yusuf I y Mohamed V, en la segunda mitad del s. XIV, el Salón de Embajadores o de Comares, , es la pieza fundamental del llamado Cuarto de los Arrayanes, a cuyo patio se abre con un magnífico pórtico y una antesala llamada la Sala de la Barca, llamada así por la forma de su artesonado, restaurado en 1964 tras el incendio del 14 de Septiembre de 1890.
El Salón de Comares es el auténtico salón del trono en el que el rey aparecía en toda su magnificencia, tal como se lee en el mismo:

"Mi dueño Yusuf me ha cubierto ¡Dios lo proteja!
con galas de esplendor y arte perfecto.
Hizo de mí la sede de su reino, y así, ella, (la sala)
ha reforzado su rango con la luz verdadera,
con la sede y el trono."

El Salón de Embajadores es la sala más grande con una altura de 45 metros que se yergue majestusosa y le hace ser la más poderosa de la Alhambra, posee nueve alcobas, que estaban cubiertas de cumarias (celosías de cristal de colores azul, rojo, verde y amarillo, y de las que hay restos notorios visibles en el Mirador de Lindaraja y que originaban una luz blanca más intensa).

Mirador de Lindaraja, que aún conserva restos de celosía antiguos.

El techo de esta sala, que fue escenario de grandes recepciones, está cubierto con una gran cúpula estrellada de cedro tallado, una madera de olor, con incrustaciones de marfil y nácar. Las paredes tienen un zócalo alto de preciosos azulejos con reflejos metálicos, y sobre ellos están revestidas de escayola, bien con arabescos o bandas epigráficas con textos del Corán, o elogios a príncipes. También se llama Sala del Trono y las cuatro esquinas, de las que parten cuatro divisiones del techo, tienen el mismo significado simbólico que las cuatro acequias del patio de los Leones: Los cuatro rios del Paraiso descritos en El Corán.
En el espacio global de los palacios y jardines de la Alhambra se percibe el diálogo entre los patios, las estancias, los jardines, el entorno y el cielo, y del conjunto con el orden del cosmos. El orden de la construcción humana como reflejo del orden universal, como imagen del paraíso.
Una valoración simbólica en términos religiosos fue dada hace algunos años por el padre Darío Cabanelas (catedrático de la universidad de Granada y sacerdote fransciscano) en la geometría del techo de Comares de la Alhambra de Granada, al haber tenido la fortuna de haber localizado la tabla sobre la que se dibujó y planificó todo el complejo sistema geométrico de esta cubierta de madera, techo de la sala del trono y que en su versión viene a reproducir la imagen del Paraíso islámico con transposición de algunas formas geométricas a imágenes figuradas que corresponden a los ríos o árboles del Edén.

"¡Oh, Allah, para ti la alabanza sin interrupcion!
¡Oh, Alllah, para ti la acción de gracias perpetuamente!"

El descubrimiento de esta policromía de la bóveda hecho por el profesor Darío Cabanales, y sus deducciones de que cada elemento de la estrella clave se desplaza progresivamente en una figura, correspondiendo su tamaño a la proporción de aquél, viene a poner de manifiesto que la bóveda es un tratado de simbología que en sí compendia la astronomía, la policromía y la teología. Aquí está resumida toda la idea teológica del pensamiento islámico: la esfera celeste hasta llegar a Dios.
Una de las más interesantes aportaciones simbólicas fue que:
El techo de Comares representa el Universo con los si
ete cielos descritos en El Corán, que se corresponden con la ascensión al Paraíso islámico descrita en El Corán.
Los mocárabes representan a la noche, al cielo estrellado
Color
Azul: representa al día, a la plenitud del cielo.
Color Blanco: la luz absoluta representa el poder y es el color del Islam.
Color Amarillo: el color del creyente.
Color
Verde: representa la paz.
Color Rojo: es el color de la sangre y representa la plenitud de Allah.
Colores Rojo y Verde: la Gracia Divina (son los colores de la bandera oficial de la capital de Granada)

Hoy, ya quedan lejanas en el tiempo las últimas restauraciones acometidas en el siglo pasado en donde se intentaba devolver a cada habitación y a cada elemento un color adecuado, pero el resultado fue un pastiche que Torres Balbás como arquitecto-conservador de la Alhambra entre 1923 y 1936 frenó estas intervenciones un tanto fantasiosas y a su labor y restauraciones debemos en gran medida la Alhambra y el Generalife que conocemos hoy en día y ya nadie es partidario de restituir los colores originales de la Alhambra, porque hay que conservar la impronta del tiempo, que ha sido un arquitecto que ha coloreado la Alhambra. El paso de los años ha enriquecido los tonos y colores de la Alhambra y le ha dado un nuevo significado estético de expresión pura.
Hoy, la antigua Alhambra blanca es, desde sus fachadas exteriores, como una gran construcción medieval de adobe o como un hojaldre que se descascarilla torre a torre.

Bruno Alcaraz Masáts