domingo, 28 de noviembre de 2010

El pozo de los deseos de la Alhambra
Una leyenda de 1431
La Alhambra, pintura de Adolf Sell
''A principios del año 1.431, la reconquista de Granada parecía un hecho inaplazable.

El Rey Don Juan II de Castilla, una vez culminada de forma victoriosa una larga guerra con el reino de Aragón, tres años antes, dispuso a sus inquietos y ansiosos nobles para tal fin.

Don Álvaro de Luna, condestable y favorito del rey, ordenó atacar las posiciones árabes en la península, con algunos éxitos de consideración, como la batalla de Higueruela, y parecía que para los moros en España los días ya estaban contados.

Por aquel entonces, el rey nazarí, Muhammad IX, gracias a la colaboración de los abencerrajes y de su líder, Yusuf Ibn Sarray, se había hecho con el control del reino de Granada, desterrado y muerto en ese mismo año su antecesor Yusuf III.

Por ese motivo y por sus dotes de estadista, Ibn Sarray fue nombrado visir, y estaba al mando de las tropas que deberían de repeler las embestidas castellanas, aunque dado el potencial de aquel enemigo, sabía que no le quedaba demasiado tiempo.

Pero en aquella época de guerras y enfrentamientos existía un lugar para el amor, sin fronteras, sin razas, sin religión, desafiando a la historia y a sus antepasados, a sabiendas de que el amor imposible era más fuerte que todo lo demás.

Aunque, como todo idilio, tiene la angustia de lo inesperado y el miedo de su fin.

Ismail Ibn Sarray, hijo del visir de Granada, estaba perdidamente enamorado de María de Luna y Pimentel, hija del condestable Don Álvaro de Luna, y ella le correspondía. Se veían a escondidas en el Castillo de Salobreña, una hermosa joya nazarí, y el tiempo se detenía cuando paseaban cogidos de la mano por los jardines del alcázar, entre sus fuentes y sus acequias, geranios, jazmines y azahares.

Ismail, conocedor de la política del reino de Granada gracias a las conversaciones con su padre, tenía un pellizco en el corazón al saber que poco se podía hacer ante las pretensiones castellanas, y que pronto tendrían que dejar esta tierra y emigrar hacia el sur. Nada quiso decirle a María, pero la situación se tornaba difícil.

Un día, María advirtió la terrible tristeza de Ismail, pues no la pudo ocultar por más tiempo, y este tuvo que contarle a María lo que sucedía. Si el reino de Castilla tomaba Granada, no volverían a verse jamás. Se miraron desolados, el nudo en las gargantas de ambos se podía sentir en el ambiente, no dijeron nada, ambos empezaron a llorar y entonces… entonces la tierra tembló, tembló de una forma descomunal.

El 11 de Abril de 1.431 se produjo el terremoto de Atarfe, que destruyó esta villa por completo.

A María se le ocurrió un plan, se lo contó a Ismail y ambos sonrieron. Se despidieron con la intención de volverse a ver en una semana.

María hablo con su padre, el condestable de Castilla, pues sabía de las penurias económicas del rey después de tantas batallas contra Aragón y Granada, y de los sueldos y rentas que debía pagar a sus soldados y nobles. Le dijo que el rey nazarí de Granada estaba dispuesto a darle en secreto cinco mil monedas de oro a cambio de que no atacara su reino.

Ismail habló a su vez con su padre el visir, con la propuesta de pagar aquel dinero por la paz con Castilla, pero que tendría que ser un secreto, pues nadie podía llegar a enterarse de aquel acuerdo.

Una moneda de oro en cada higo, así se transportó el dinero a Toledo para entregárselo a Juan II, que quedó satisfecho con el acuerdo, con la complicidad de su favorito y condestable Don Álvaro, que mandó disolver las tropas y explicó a los nobles que había decidido terminar con la guerra de Granada porque aquel terrible terremoto de Atarfe le había dado malos presagios.

Muhammad IX de Granada reunió a su corte para dar explicaciones de la pérdida de gran parte de su fortuna, pues los abencerrajes llevaban un estricto control del tesoro del reino. Explicó que había ordenado a su visir, Yusuf Ibn Sarray, que tirara las monedas a un pozo mágico que había en la Alhambra de Granada, que concedía un deseo a todo aquel que las arrojara, y que él, como  Muhammad IX, había deseado que cesara la guerra con Castilla. Todos le tomaron por loco, pero la guerra cesó, y hasta el más escéptico tuvo que reconocer el acierto del Rey.

María e Ismail se siguieron amando a escondidas en Salobreña durante aquel tiempo de paz, que duró hasta la muerte de ambos.

El Rey de Granada nunca contó donde estaba ese pozo de los deseos en el castillo nazarí de la Alhambra, aunque se lo preguntaran varias veces.

Por eso cuenta la leyenda que cuando veas el pozo de los deseos en la Alhambra debes tirar una moneda y pedir un deseo, pues si resulta ser el pozo mágico del rey de Granada Muhammad IX, el deseo se cumplirá''.


Leyenda recogida en el Elogio al Excmo. Sr. D. Gaspar Núñez de Arce, 
de Juan Valera, publicada el Boletín del Ateneo de Madrid,
por Carmen Valera, en el año 1892.


Nota: Lo de tirar las monedas a una fuente es sólo consecuencia de la ficción cinematográfica de Hollywood, que puso de moda tirar una moneda dando la espalda a la Fontana de Trevi, cerrando los ojos y formulando un deseo con sus películas “Vacaciones en Roma”, de Willian Wyler (1953) y “Tres monedas en la fuente”, de Jean Negulesco (1954) .
La fontana de Trevi, en la ciudad de Roma
Bruno Alcaraz Masáts

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Granada en el Kitab-i Bahriye de Piri Reis
Granada y sus costas en el Kitab i Bahriye de Piri Reis
El otomano Piri Reis, (Pīrī Re’īs), conocido también como Hājjī Mehmet, fue marinero, pirata, berberisco, comerciante y finalmente almirante y cartógrafo otomano del sultán Selim I, nació en Gallípoli (actual Turquía, Gelibolu) en 1465 y falleció decapitado en Egipto en 1554, era sobrino del pirata Kemal Reis, uno de los más famosos piratas turcos que asolaron el mar Mediterráneo entre los siglos XV y XVI.

Piri Reis era conocedor del italiano, el griego, el español y el portugués, pero su gran pasión fue la cartografía, llegando a publicar un libro donde recogía 215 mapas de todos los mares del mundo, el Kitab-i Bahriye, una gran recopilación de antiguos mapas copiados por él y obtenidos de sus saqueos marítimos o comprados a comerciantes en los muchos puertos donde desembarcó.

Se sabe que en 1507, siendo Piri Reis ya pirata otomano del Mediterráneo, capturó en Valencia siete buques españoles, haciendo prisionero a un marino que había tomado parte en los tres primeros viajes de Colón y que tenía una copia del mapa que Colón envió a los Reyes Católicos desde Haití en 1498, haciéndose con ella y presentándola al sultán Selim I y a petición del sultán, Piri Reis trazó un mapamundi (1513).

Páginas del original del Kitab-i Bahriye
En noviembre de 1929, Malil Edhem, a la sazón director de los Museos Nacionales Turcos, ordenó que se procediera a realizar un inventario y clasificación de todo el contenido del Museo Topkapi de Estambul, efectuado por B. Halil Eldem, director del Museo Nacional de Turquía, situado en el palacio de Topkapi.

Fue entonces cuando se encontraron con el Kitab-i Bahriye, el Libro de las Materias Marinas, que  estuvo perdido durante cuatro siglos y que, entre sus planos, contiene dos fragmentos de un mapamundi que se creían desaparecidos, que tomaba como base para el hemisferio occidental el plano de Colón incautado en Valencia, lo que ha permitido que sea conservado.

Dünya Haritasi - Kitab-i Bahriye de Piri Reis

El
Kitab-i Bahriye o Libro de las Materias Marinas, es una obra cartográfica del almirante otomano Piri Reis, elaborado en piel de gacela y dedicado en 1523 a Solimán el Magnífico que contiene el famoso y enigmático Mapa de Piri Reis, basado en anteriores mapas de veinte autores, entre ellos Cristobal Colón, y una copia de esta obra se encuentra preservada en la Biblioteca Estatal de Berlin.

El célebre Mapa de Piri Reis basado en un mapa incautado en 1507 en Valencia
a un marinero español que hizo los tres primeros viajes de Colón y que éste envió
a los Reyes Católicos en 1498 desde Haití. 


''El Libro de las Materias Marinas constituye no sólo una mera guía de navegación, sino uno de los más importantes portulanos (mapa o carta que muestra la posición de los puertos basándose en la idea de que la Tierra era plana) de la época'', según señala el Museo Walter de Baltimore, que dispone de una copia del original.
Piris Reis escribió una defensa de su trabajo, que consta en las primeras 48 páginas, escritas en verso, en la que destacan estas palabras:

Retrato del almirante otomano Piri Reis

“Nadie que se encuentre con vida ha visto un mapa como éste.

Lo he compuesto y confeccionado en base a veinte mapas mapamundis; éstos son los mapas que se compusieron en tiempos de Alejandro de Dos Cuernos, y que muestran la parte habitada de la tierra. Los árabes llaman a estos mapas jáfariya.

He utilizado ocho mapas jáfariya, un mapa árabe de la India y cuatro mapas portugueses recientes -estos mapas muestran el mar de Sind, de la India y de la China de acuerdo con principios matemáticos- y también un mapa de las regiones occidentales trazado por Colón.

Llegué a la forma final reduciendo todos estos mapas a la misma escala.

Por lo tanto, el mapa actual es tan exacto para los Siete Mares como son los mapas de nuestros propios países que utilizan los marinos”.

El Kitab-i Bahriye es uno de los libros premodernos más famosos de la navegación, que contiene la información detallada sobre los puertos principales, las bahías, los golfos, los cabos, las penínsulas, las islas, los estrechos y los abrigos ideales del mar Mediterráneo, así como técnicas de la navegación y de la información navegación relacionada con la astronomía. El libro también contiene la información sobre la gente local de cada país y ciudad, y los aspectos curiosos de su cultura.

El Kitab-i Bahriye fue escrito originalmente entre 1511 y 1521, pero fue revisado con la información adicional e hizo cartas a mano entre 1524 y 1525 para ser presentado como regalo a Suleiman el Magnífico. Piri Reis dibujó estas cartas durante sus recorridos alrededor del mar Mediterráneo con su tío Kemal Reis. La edición revisada de 1525 tiene un total de 858 páginas y contiene 290 mapas.

Europa en el Kitab i Bahriye de Piri Reis
El Kitab-ı Bahriye tiene dos secciones principales, con la primera sección dedicada a la información sobre los tipos de tormentas, las técnicas de usar un compás, las cartas portolanas con la información detallada sobre puertos y líneas de la costa, los métodos de encontrar la dirección usando las estrellas, las características de los océanos principales y las tierras alrededor de ellas. El énfasis especial se da a los descubrimientos en el Nuevo Mundo por Colón y los de Vasco de Gamao y los otros marineros portugueses en su navegación a la India y el resto de Asia.

La segunda sección abarca enteramente cartas y guías portolanas de las travesías.

Cada asunto contiene el mapa de una isla o de una línea de la costa.

En el primer libro (1521), esta sección tiene un total de 132 cartas portolanas, mientras que el segundo libro (1525) tiene un total de 215 cartas portolanas.

La segunda sección comienza con la descripción del estrecho de Dardanelos y continúa con las islas y las líneas de la costa del mar Egeo, mar Jónico, mar adriático, mar de Tyrrhenia, mar de Liguria, Riviera francesa, islas Baleares, las costas de España, las costas de Andalucía: reino de Granada  y estrecho de Gibraltar, Canarias, las costas de África del norte, Egipto y río Nilo, Levante y la línea de la costa de Anatolia.

Esta sección también incluye descripciones y los dibujos de los monumentos y de los edificios famosos en cada ciudad, así como la información biográfica sobre Piri Reis que también explique las razones por las que él prefirió recoger estas cartas en un libro en vez de dibujar un solo mapa, que no podría contener tanto la información y el detalle.

La parte principal del libro consta de 743 páginas (de la 85 a la 858), divididas en 209 capítulos que contienen 215 mapas y cartas. Toda esta parte está escrita en prosa, a fin de ser fácilmente comprensible para cualquier marinero.

Piri Reis describió en su Kitab-i Bahriye las costas andalusíes del reino de Granada y aunque se trate de una exposición somera, no parece, en cambio, ingenua, ya que no se trata de una descripción hecha por el placer de escribir, sino que hay una finalidad política y estratégica.

Granada y sus costas en el Kitab i Bahriye de Piri Reis
El capítulo 49 describe ‘’los castillos de Malika y Almeriye, en el Andalusia, que están en las costas del famoso país de Granada’’.

La ciudad de Granada ocupa una de las escasas descripciones del interior del Reino de Granada, y allí, según el autor, ''el único hecho notable es la conquista del territorio por los castellanos’’  - pag. 658 Sra., fol. 261ª y el plano es el 98 de los 215 planos portulanos, gráficos y cartas de navegación, según la edición original preservada en la Biblioteca Estatal de Berlín.

Todos los planos y cartas de navegación toman como eje de navegación para la medición de distancias la ciudad de Alejandría.

Bruno Alcaraz Masáts

domingo, 21 de noviembre de 2010

La casa nazarí de la calle Real de la Alhambra

La casa nazarí situada en la Calle Real
La Alhambra de Granada, dentro de su recinto amurallado, tenía cuatro calles:

La calle Real de la Alhambra
Fotografía de A. Amorós
  • La calle de Guardia, que circundaba todo el perímetro de la fortaleza y que tenía la anchura suficiente para que dos jinetes pudieran cruzarse con facilidad y su misión era la de mantener la vigilancia y seguridad de la Alhambra.
  • La calle del Foso, que discurría en el foso que hay entre las dos murallas de la parte norte y que lleva desde la Puerta de las Armas a la salida del la Alcazaba, donde está hoy el patio del Aljibe.
  • La calle Real Baja, que, cuando se levantó el palacio de Carlos V, fue destruída, aunque actualmente se puede ver, parte de la calle, entre dicho palacio y los jardines de El Partal.
  • La calle Real Alta, en la que se encuentra la Casa Nazarí, se iniciaba en la Puerta del Vino y terminaba en el Secano, pasando por los palacios de los Abencerrajes y el de Muhammad III, hoy Parador de San Francisco.
La calle Real Alta constituía el principal eje de la medina de la Alhambra, en torno al cual se disponían la zona residencial y los talleres de artesanos que estaban al servicio de la corte nazarí y su trazado partía de la Puerta del Vino y terminaba en la zona donde hoy se encuentra el Parador de San Francisco y el palacio de los Abencerrajes.

Entre las edificaciones de la Calle Real Alta destaca la casa Nazarí,  fechada a finales del siglo XIII y principios del XIV, siendo uno de los edificios más antiguos de la Alhambra, según parecen indicar los motivos decorativos de los muros y del intradós de los arcos.

Patio de la casa nazarí, con la alberca central
Se organiza, como en todos los palacios y casas nobles musulmanas, alrededor de un patio rectangular, con crujías de habitaciones en los cuatro lados, y una alberca central que permitía por un lado refrescar los cálidos veranos granadinos y mejorar la iluminación de las salas inmediatas, y por otro, actuar como espejo reflejando en sus aguas la decoración de atauriques y azulejos de los pórticos.

En la esquina del noroeste hay adosado un baño, obra posterior, que sirve de entrada para ambos edificios, aunque lo más seguro es que en sus momentos la casa tuviera su propio acceso y entrada original por la citada calle Real.


Fotografías anteriores a la restauración integral de la casa nazarí.

El baño se denominaba en Granada en el siglo XIX y XX como el "baño del Polinario" por tener aquí su taberna el padre de Ángel Barrios –compositor y guitarrista granadino- y que tenía una burra, para el acarreo de los vinos, que se llamaba la "Polinaria".

En la época medieval este baño era el de la mezquita Aljama de la Alhambra, construida por Muhhammad III.

La casa solo conserva dos de las cuatro crujías, una al sur y otra al oeste.
Fotografía anterior a la restauración que muestra las yeserías.
La sala principal de la casa, en cuyos muros se apoya el baño, es de gran interés por las yeserías que aún conserva.

Bruno Alcaraz Masáts 

viernes, 12 de noviembre de 2010

El origen de la Granada en al-Ándalus

La granada recibe el nombre científico de Punica granatum
Según la mitología griega, el primer granado fue plantado por Afrodita, diosa griega del amor y de la belleza, mientras que el dios del infierno Hades, le ofreció su fruto a la bella Perséfone para seducirla. El granado es un árbol consagrado a Afrodita en Grecia y a la diosa Rimmel en Siria.

El fruto es originario de una amplia región que abarcaba la antigua Persia, Siria, Kurdistán y Afganistán hasta el norte de India, en la cordillera tibetana, y fue adaptado a la región del mar Mediterráneo, siendo Armenia el lugar del que existe un documento del siglo VII que indica que la granada ya se cultivaba en Yerevan desde la Antigüedad.
La Granada, grabado de Hans Simon Holtzbecker,
publicado en 1649.
Los fenicios o púnicos, y de ahí su nombre científico de Punica Granatum, fueron los grandes mercaderes de la antigüedad, contribuyeron mediante el intercambio o trueque de mercancías que ellos mismos producían y el transporte de las elaboradas por otros pueblos, a crear un importante vínculo entre las civilizaciones mediterráneas y más aún entre las formas artísticas del mundo antiguo, por imitación, fusión y difusión de ellas, exportaron la granada a Roma.

Dioscórides cita que en la antigua ciudad de Roma se la llamaba Pomi Granati o Pomi Malum Granati. Malum era la manzana y Granatum significaba que grana bien o era abundante en granos.


2000 años a.C. 
antes de la cita por Dioscórides, sus virtudes eran conocidas en Egipto por su comercio de caravanas con Siria.

Bodegón con granada y peras, oleo de Paul Cézanne,
pintado entre 1885 y 1890.
Los árabes introdujeron en al-Ándalus nuevos árboles frutales y plantas desconocidas, entre otras,  la caña de azúcar, el  arroz y la granada, que sería un tiempo después el símbolo del reino de Granada.


Bandera nazarí con el símbolo de la granada

El rey Enrique IV la adaptó como su emblema con el lema Sour but sweet; Ana de Austria, su hija y madre del rey Luis XIV, la adaptó con diferente lema, My worth is not in my crown y Catalina de Aragón adoptó la granada como símbolo.

La historia musulmana recoge, en forma de leyenda, que al regreso de un viaje a Siria, Mu'awiya ben Salih, juez de Córdoba en el siglo VIII, presentó a Abd al-Rahman I algunos regalos que para el Emir de Córdoba le habían entregado sus amigos de Siria. 

Entre estos regalos se hallaba una rama de granado, conocido después en al-Ándalus con el nombre de safarí por Safar, uno de los presentes en el lugar, que cuidó la rama de granado hasta obtener fruto.

El granado safarí es un exponente del proceso de siriarización en al-Ándalus, ocurrido a mediados del siglo VIII.


Entre las recetas 
que se elaboraban en al-Ándalus con granada, se conservan varias, entre ellas figuran:

El Sirope de Granadas, que se hacía con el zumo de granadas dulces y ácidas, mezclado con un poco de azúcar o miel y cocinando hasta conseguir el espesor del sirope. Después, se cocinaban las granadas y se les añadía otra vez azúcar o miel hasta obtener el definitivo sirope.

El Jugo de Granada se elaboraba con granadas maduras, a las que se añadía un poco de limón, azúcar o miel y agua de rosas.

Faisinjan era un cocido con granadas que se elaboraba en al-Ándalus y la sopa de granadas que se elaboraba era de origen persa.

Inb Said, en su obra
''Bayan al Mugrib'', escribió una bella narración de cómo aclimataron algunas de estas plantas exóticas, y cómo fue el origen de la granada en al-Ándalus:


"De entre los parques de al-Ándalus mencionaremos en primer lugar el que perteneció a los califas omeyas, a saber, el del alcázar de la Ruzafa.


Refirió mi padre: entre las construcciones que llevó a cabo Abd al-Rahman ibn Muawiya, Abd al-Rahman I, a principios de su reinado, para hacer de ella lugar de esparcimiento y habitar allí buena parte de su tiempo, se encuentra la almunia de la Ruzafa, situada al noroeste de Córdoba.


Allí tuvo un hermoso palacio y situó amplios jardines a los que hizo traer plantas exóticas y magníficos árboles procedentes de las regiones más diversas. En ellos plantó los huesos de frutas seleccionadas y las semillas extrañas que le habían traido Yazid y Safr, sus embajadores en Siria, hasta que crecieron, en un breve espacio de tiempo, gracias a los series esfuerzos y cuidados adecuados, árboles tocados con el turbante en sus hojas, que dieron curiosos frutos y diseminaron, en breve, por toda la tierra de al-Ándalus. El monarca reconoció que estos frutos eran los mejores de su especie.


Su abuelo Hisham fue quien acuñó el término de Ruzafa, aplicándolo a una zona de Siria que era su favorita.
Abd al-Rahmán I la imitó al elegir el asentamiento de esta Ruzafa suya: se prendó de ella, la visitó con frecuencia y residió allí la mayor parte del tiempo. (...)

La granada safarí que se difundió por todos los confines de al-Ándalus, de tal modo que los habitantes de este país la preferían a todas las variedades restantes, tenía su origen en esta Ruzafa. 

Ibn Hayyán, expone cuanto a ella se refiere:





esta variedad se distingue por su calidad, siendo la mejor
de todas las especies de granada por su sabor dulce,
su tacto suave, su carácter especialmente jugoso
 y la belleza de su forma.

La trajo a al-Andalus el embajador enviado a Siria por Abd al-Rahmán I con el encargo de entrar en contacto con su hermana, el cual había traído los mejores ejemplares de granadas de la Ruzafa siria, cuya fundación se atribuye a su abuelo el califa Hisham. Abd al-Rahmán la mostró, entonces, a los hombres de su privanza, poniendo de relieve su belleza. Entre los presentes se encontraba Safr bin Ubayd al-Kilai (...).

El monarca le entregó una parte de estas granadas y él quedó maravillado ante su hermosura y quiso hacer una experiencia con ellas. Las llevó, entonces, a una alquería situada en la cora de Rayya (Málaga).

Allí manipuló sus semillas y se las arregló para plantarlas, alimentarlas y trasplantarlas hasta que surgió un árbol que dio fruto y éste, a su vez, maduró. Safr, entonces, arrancó los frutos de cuajo, quedando asombrado ante su belleza y se dirigió con ellos inmediatamente a presencia de Abd al-Rahmán, quien pudo comprobar que eran semejantes, en todo, a los de la Ruzafa
(siria).

El emir le preguntó cómo lo había conseguido y Safr le informó del procedimiento que había utilizado para obtenerlas. El monarca, entonces, admiró su descubrimiento, apreció sus esfuerzos, le dio las gracias por la tarea que había llevado a cabo y recompensó generosamente su regalo. Acto seguido se plantó aquella granada en la almunia de la Ruzafa y en otros jardines de su propiedad.

Aquella especie de granada se difundió y el pueblo cultivó las plantaciones de esta índole y atribuyó su origen a Safr ya que, desde entonces y hasta ahora es conocida como granada safarí''.
Esquema de la granada en un plato de la cerámica de Fajalauza.
Bruno Alcaraz Masáts 

jueves, 11 de noviembre de 2010

Casida enviada al sultán otomano Bayazid II 
en petición de ayuda a los moriscos


El Sultán otomano Bayazid II

Ahmad ibn Muhammad al-Maqqari
(Tremecén, 1578 - El Cairo, 1632) biógrafo e historiador norteafricano, nacido a finales del siglo XVI, dejó escrito que esta casida (qasîda) era obra de un morisco anónimo, y que le fue enviada al sultán otomano Bayazid II (1481‑1512) en turco-otomano بايزيد ثانى (Bayaceto II), invocando su socorro y, según Mármol, la visita de la delegación mameluca tuvo lugar en 1500.

El poema es ilustrativo de las dificultades espirituales y políticas en que se veían los moriscos en el antiguo territorio de al-Ándalus.

En él se hPublicar entradaace alusión a una serie de acontecimientos históricos, entre ellos, la quema de libros árabes per­petrada en Granada por el Cardenal Cisneros en 1499, la delegación egipcia que llegó a España a entrevistarse con los Reyes Católicos y amenazó con tomar represalias sobre los cristianos que habitaban en sus dominios si los Reyes obligaban a los moros a convertirse y la matanza de los habitantes musulmanes de Huéjar.

Estas alusiones permiten a Monroe, en un artículo en el que edita, traduce al inglés y estudia esta casida, el fechar el año de su composición en 1501, es decir, el año en que se proclamó la orden de conversión de los moriscos granadinos.

La fuente árabe original de esta casida es la obra del biógrafo e historiador al-Maqqarî titulada Azhar al-Riyâd.

Texto de la qâsida enviada al sultán otomano en petición de ayuda



Bautismo de moriscos en Granada

1. Una paz noble, perdurable y siempre renovada es atribución exclusiva de mi Señor, el mejor de los Califas.

2. La paz sea sobre mi muy alto y glorioso Señor, de quien le vinieron al infiel las ropas de la humildad.

3. La paz sea sobre aquel cuyo reinado ensanchó Allah con la victoria sobre toda comarca.

4. La paz sea con aquel que tiene su capital en la noble ciudad de Constantinopla.

5. La paz sea con aquel cuyo reino adornó Allah con ejércitos y pueblos sometidos a los turcos.

6. La paz sea contigo! Que Allah exalte tu rango y te haga reinar sobre todas las naciones.

7. La paz sea con el juez y con quien quiera que sea como él de entre los sabios, los nobles y los grandes.

8. La paz sea con los hombres píos y de religión y con aquellos, los sensatos entre los consejeros.

9. La paz sea contigo en nombre de los esclavos que permanecen en al‑Ándalus, en Occidente exilio,

10. a quienes cerca el oleante mar de Rum y el Océano insondable, profundo y tenebroso.

11. La paz sea contigo en nombre de unos esclavos afligidos por enorme calamidad, ay, y que enorme ha sido!

12. La paz sea contigo en nombre de unos ancianos cuyo blanco cabello se mesó a girones, después de haber conocido la gloria.

13. La paz sea contigo en nombre de unos rostros gados a descubrirse en el seno de bárbaros tras haber permanecido velados.

14. La paz sea contigo en nombre de unas doncellas a quienes el cura arrastra por los cabellos al lecho del deshonor.

15. La paz sea sobre ti en nombre de unas ancianas obligadas a comer cerdo y carne no sacrificada con ritual.

16. Todos nosotros besamos el suelo de tu corte e invocamos el bien sobre ti en todo tiempo.

17. Que Allah prolongue tu reinado y tu vida y te preserve de todo mal y toda desgracia.

18. Y te apoye con la victoria y el triunfo sobre el enemigo y te aloje en su complacencia y su cuidado.

19. Nos quejamos ante ti, mi Señor, del perjuicio, la des­gracia, y la enorme calamidad que nos aflige.

20. Hemos sido traicionados y convertidos al cristianismo, rompiendo con otra nuestra religión; hemos sido opri­midos con deshonor.

21. Y sin embargo, bajo la religión del profeta combatimos a los gobernadores de la cruz con nuestra intención interna,

22. Corriendo en la Guerra Santa grave peligro de ser muer­tos o capturados y sufriendo hambre y sed.

23. Pero los cristianos nos atacaban por todas partes cuerpo de ejército tras cuerpo de ejército como un vasto to­rrente,

24. barriéndonos con su empuje como bandada de langosta en su multitud de caballería y armas.

25. A pesar de todo resistimos a sus ejércitos durante largo tiempo exterminando grupo tras grupo,

26. aunque su caballería crecía por momentos mientras que la nuestra disminuía y escaseaba.

27. Entonces, cuando nos debilitamos, acamparon en nuestro territorio y lo asolaron ciudad por ciudad,

28. utilizando grandes cañones que demolían sus inaccesibles murallas

29. poniéndolas sitio, atacándola.3 durante días y meses, con celo y obstinación.

30. Por eso, cuando nuestra caballería e infantería hubo perecido, y cuando vimos que ninguna ayuda nos venía de nuestros hermanos,

31. y que nuestras vituallas habían disminuido haciendo nuestra situación realmente dura nos plegamos, en contra de nuestra voluntad a sus demandas por miedo a más calamidad,

32. temiendo que nuestros hijos e hijas fueran cogidos cautivos o cruelmente asesinados,

33. con la condición de que habíamos de permanecer en situación semejante a la de los mudéjares anteriores a nosotros, los habitantes del antiguo territorio

34. y que se nos permitiría gozar del derecho de llamar a la oración y celebrar nuestras plegarias rituales y que no se nos haría abandonar ninguna de las prescripciones de la ley religiosa,

35. y a quienquiera de nosotros que deseara cruzar el mar se le permitiría hacerlo de modo seguro hasta la costa africana, con todas las propiedades que quisiera llevar,

36. y otras estipulaciones que sobrepasan las ciento cincuenta.

37. Nos dijo entonces su príncipe y sultán: lo que habéis estipulado se os garantiza en su integridad.

38. Y nos mostró documentos conteniendo pactos y tratados diciéndonos: Esta es mi amnistía y mi protección,

39. por la cual quedáis en goce de vuestras posesiones y hogares, como estabais antes, pero sin armas.

40. Sin embargo, cuando quedamos bajo su tratado de protección la traición se hizo aparente pues rompió el pacto,

41. transgredió las Capitulaciones con que nos había engañado y nos hizo convertirnos al cristianismo por la fuerza, con dureza y severidad,

42. quemando los libros que teníamos y mezclándolos con excrementos e inmundicias.

43. Todos los libros que trataban de asuntos de nuestra religión fueron presa del fuego entre la mofa y la irrisión.

44. No dejaron ni un solo libro que perteneciera a un musulmán, ni un solo tomo con quien uno pudiera refugiarse en soledad y leer,

45. Aquel que ayunaba o rezaba y esto llegaba a saberse, iba a parar a las llamas,

46. aquel de nosotros que dejaba de ir a su lugar de descreencia era severamente castigado por el cura,

47. que le abofeteaba en ambas mejillas, confiscaba sus propiedades y le arrojaba en prisión.

48. Durante el Ramadán interrumpían nuestro ayuno obli­gándonos a tomar alimento y bebidas,

49. y nos ordenaban maldecir a nuestro Profeta y nos prohibían invocarle en tiempos de felicidad o desgracia.

50. Tan pronto oían a un grupo cantando su nombre, le infligían grave perjuicio,

51. pues sus jueces y gobernadores les castigaban con bas­tonazos, multas, prisión y humillaciones.

52. Aquel que moría sin que le hubiera atendido alguien con oraciones, se negaban a enterrarlo.

53. En lugar de ello le arrojaban a un estercolero como un burro muerto o un animal.

54. Además de esto perpetraban otras muchas maldades y actos deshonrosos.

55. Nuestros nombres fueron cambiados y se les dio una nueva forma sin que nosotros lo deseáramos ni diéramos nuestro consentimiento.

56. Ay! pues nos cambiaron la religión de Muhámmad por la de los perros cristianos, las peores de las criaturas.

57. Ay de nuestros nombres que fueron substituidos por los de estos bárbaros ignorantes!

58. Ay de nuestros hijos e hijas que tienen que ir todas las mañanas con el cura,

59. que les enseña descreencia, idolatría y falsedad sin que ellos puedan escabullirse!

60. Ay de aquellas mezquitas que han sido tapiadas y convertidas en estercoleros del infiel después gozado de la pureza ritual!

61. Ay de aquellos alminares en los que cuelgan las campanas sustituyendo a la Shahâda.

62. Ay de aquellas ciudades y de su belleza, como se han obscurecido en la infidelidad!

63. Se han convertido en fortalezas de los adoradores de la cruz, en ellas están a salvo de todo ataque.

64. Nos hemos convertido en esclavos, no en cautivos que puedan ser rescatados, ni siquiera musulmanes que pronuncian su Shahâda.

65. Por eso, si vieran vuestros ojos lo que ha venido a ser nuestra situación, se anegarían en lagrimas,

66. y ay! ay de nosotros! ay de la desgracia que nos aflige, el deshonor, el dolor y la opresión!

67. Te invocamos, Señor, por Allah y por el puro, el elegido, la mejor de las criaturas (Muhámmad),

68. y por los mas excelsos de entre los hombres, la familia de Muhámmad y sus compañeros, cuan nobles compañeros son!,

69. y por ‘Abbas, tío de nuestro Profeta y por su cabellera blanca, la mas venerable de las cabelleras,

70. por los probos varones reconocedores de su señor y todos los hombres íntegros dotados de nobleza,

71. quizá miren por nosotros y por lo que nos ha sucedido, quizá Allah desde su Trono derrame misericordia,

72. pues lo que tu dices es escuchado y lo que tu ordenas se realiza y cualquier cosa que mandes se lleva a cabo con rapidez.

73. Ya que el lugar de origen de la religión cristiana está bajo tu dominio, pues de allí se extendió a todas las regiones,

74. por Allah, Señor nuestro, dígnate favorecernos con un consejo o una palabra de protesta,

75. pues posees la excelencia, la gloria, el rango y el po­der de salvar a los siervos de Allah de todo mal.

76. Pregunta a su Papa, el gobernador de Roma, porque permiten la traición después de haber firmado la amnistía,

77. y porque nos perjudican con su engaño sin que haya habido falta ni crimen por nuestra parte.

78. Cuando su pueblo, que había sido conquistado, estuvo bajo la salvaguardia de nuestra religión y bajo la pro­tección de nuestros gloriosos reyes que cumplían sus promesas,

79. no fueron obligados a abandonar su fe ni sus hogares ni sufrieron traición o deshonor alguno.

80. En cuanto a garantizar un pacto y luego traicionarlo, eso es un acto prohibido por todas las religiones,

81. especialmente por parte de un rey, pues es un acto in­famante y vergonzoso, prohibido por la ley en toda región.

82. Tu carta les ha llegado, pero no han tenido en cuen­ta una sola palabra,

83. no hizo sino aumentar su enemistad y osadía en contra nuestra, y su perseverancia en toda clase de maldades.

84. Los enviados de Egipto llegaron y no fueron tratados con traición ni deshonor,

85. pero les dijeron que habíamos aceptado voluntaria­mente su religión de descreencia,

86. y que no nos habían impuesto, a los sometidos, la conversión a su idolatría; por Allah que nunca aceptaremos esa declaración,

87. han mentido acerca de nosotros con la mayor falsedad en sus palabras y argumentos al decir eso.

88. Fue el miedo a la muerte y a ser quemados lo que nos hizo convertirnos. Dijimos lo que nos hicieron decir; fue en contra de nuestra intención.

89. La fe del Profeta de Allah no se ha extinguido entre nosotros, a primera vista puede observarse que reconocemos el monoteísmo de Allah.

90. No aceptaremos, por Allah, ni nuestro cambio de religión ni lo que dicen acerca de la Trinidad,

91. y si proclaman que hemos aceptado su religión sin que nos hayan causado mal,

92. pregunta a Huejar por sus habitantes, como fueron ex terminados en la humillación y el infortunio,

93. y pregunta a Belfite, donde todos fueron despedazados a espada después de haber sufrido gran angustia,

94. pregunta por Munyafa, sus habitantes fueron aniqui­lados por la espada. Lo mismo ocurrió con la gente de la Alpujarra

95. en cuanto a Andarax, su gente fue consumida por el fuego. Encerrados todos en su mezquita, quedaron convertidos en carbón.

96. Ay de nosotros! Oh Señor nuestro, nos quejamos ante vos pues lo que nos aflige es la peor de las separa­ciones!

97. No podía habérsenos dejado nuestra religión y nuestra oración ritual, como juraron hacerlo antes de romper el pacto?

98. Si no, haz que nos dejen emigrar de su tierra al Norte de África, la tierra de nuestros seres queridos, con nuestras pertenencias,

99. Pues preferimos emigrar a quedar en la descreencia, con poder, pero sin religión.

100. Eso es lo que esperamos de la gloria de tu rango. Que nuestras necesidades sean por ti satisfechas!

101. De ti esperamos el fin de nuestras ansiedades, de nues­tra desgracia y de la humillación que nos aflige,

102. pues tu, que Allah sea alabado, eres el mejor de nues­tros reyes y tu gloria se eleva por encima de toda otra gloria,

103. por ello pedimos a nuestro Señor que prolongue tu vida en realeza y en gloria, en alegría y prosperidad,

104. paz en tus dominios, victoria sobre tus enemigos, tropas numerosas, riqueza y magnificencia.

105. Por ultimo, que la paz de Allah unida a su misericordia sean sobre ti todos los días y en toda hora.

Bruno Alcaraz Masáts