domingo, 30 de noviembre de 2014

Criptas de Granada - 2

La cripta del convento de San Francisco
en la Alhambra 
(II)
Primer enterramiento de los Reyes Católicos en Granada, 
en el actual Parador de San Francisco.
                           
Un ángel inspira a los Reyes Católicos la idea de la cruzada contra los musulmanes.
Ilustración del Rimado de la Conquista de Granada, de Marcuello.
Los Reyes Católicos enferman

Los Reyes Católicos cayeron los dos enfermos en Medina del Campo entre Marzo y Julio de 1504 padeciendo calenturas de "fiebres tercianas" y en el otoño, cuando el rey se restablece, la salud de la reina empeora, quedando Isabel en cama porque estaba gastada por la fiebre y sin apenas tomar alimento y, según Bernáldez, tan sólo ingería pequeños sorbos de agua.






Las "fiebres tercianas" correspondían al paludismo o malaria producida por el "plasmodium vivax", como posteriormente ocurriera con el Emperador Carlos V en el monasterio de Yuste, que se incuba en 15 días, que no presenta síntomas y el carácter terciano surge tras dos días de apirexia.

Muerte y traslado de la reina Isabel la Católica

Isabel I de Castilla en un cuadro de 1490 .
Museo del Prado de autor anónimo, tal vez Antonio Inglés.
El Doctor en Medicina José Luis Gastón Morata, en su libro "Curiosidades Médicas Granadinas"nos indica que las fiebres tercianas en Isabel se mantienen por más de cien días:



"Según Pedro Mártir de Angrelía, Isabel continuó con fiebre alta que persiste a diario, al tiempo que el cuerpo se le ulcera y añade que 

“todo su sistema se halla dominado por una fiebre que la consume; rehúsa toda clase de alimento, y se halla de continuo atormentada por una sed devoradora, y la enfermedad parece que va a terminar en hidropesía”.

El estado general se deteriora y en septiembre el Rey hace venir de Salamanca al prestigioso médico Fernando Álvarez para atenderla. La Reina redacta su testamento el 12 de Octubre de 1504 y finaliza sus días el 26 de Noviembre de 1504 a la edad de 53 años consumida por una hidropesía o edema generalizado.

La clínica relatada, de fiebre alta y prolongada y el deterioro general, hace pensar que Isabel padeciese un cáncer y que la fiebre fuese de origen natural, ya que además el padre Mariana afirma que “en junio Isabel tenía cierta enfermedad fea, prolixa e incurable, aunque no se sabe dónde y de qué clase.

El hecho de que sus médicos personales relaten una fístula en sus partes vergoñozas conduce a la sospecha de que el tumor fuese de origen uterino o rectal, capaz de producir metástasis hepáticas o pulmonares y a la hidropesía final. 

Es posible que en el curso de la enfermedad se agravase aún más por una hipotética diabetes, dada la sed que le atormentaba, que recoge Pedro Mártir de Angrelía, aunque ésta podría ser resultante de la insuficiencia renal o uremia terminal."

Murió la reina Isabel de Castilla el 26 de noviembre de 1504, al filo del mediodía, en una estancia del palacio que había entonces en la población de Medina del Campo, cercana al castillo de la Mota, entre cuyos muros había vivido algún tiempo la soberana.

Ya gravemente enferma, pero con plena conciencia, Isabel había otorgado testamento, en presencia de su marido, su hija Juana y del cardenal Cisneros el 12 de octubre de 1504.

Sus últimas voluntades establecían tanto cómo debían ser sus exequias, como las disposiciones sucesorias y todo tipo de actos de gobierno, así como la justificación de sus actos durante el reinado.  Aún tardaría unas semanas en morir, lo que acaeció el día 26 de noviembre, miércoles, antes del mediodía y tras haber recibido la reina los santos sacramentos.

Treinta años había reinado sobre los españoles la Reina Isabel, que contaba 53 en la fecha de su muerte. 

El convento de San Francisco, hoy Parador de san Francisco,
lugar donde reposarían los cuerpos de los Reyes Católicos,
hasta la terminación de la Capilla Real de Granada
Treinta años plenos de gloria y de grandeza, treinta años con dos acontecimientos felicísimos especialmente memorables: la conquista de Granada, arrebatándola al dominio de los musulmanes, y el descubrimiento de América, en cuya laboriosa gestación ella había tenido un cometido de particular relevancia.

El cadáver de Isabel I de Castilla, cumpliendo sus deseos expresados en la Real Cédula  de 13 de Septiembre de 1540, en la que se disponía la creación de la Capilla de los Santos Juanes Bautista y Evangelista, es amortajado con un hábito de áspera estameña franciscana, fue encerrado en un modesto ataúd al uso en su época, hecho con cuero de becerro, envuelto en una funda encerada.


Primeramente mandamos que en la Iglesia Catedral de la ciudad de Granada
se haga una honrada capilla en la cual sean, cuando la voluntad de
Nuestro Señor fuere, nuestros cuerpos sepultados.

 Dicha capilla se ha de llamar de los Reyes bajo la advocación
de San Juan Bautista y San Juan Evangelista.

(Carta de Privilegio de los Reyes Católicos)

Y, por ende, queremos que los huesos nuestros estén allí para siempre, donde también
han de estar sepultados los de la dicha serenísima señora para que, juntamente,
loen y bendigan su santo nombre.

(Testamento del Rey D. Fernando)

La Qubba del antiguo palacio nazarí del Infante, que fue convento de San Francisco,
en el recinto anexo a la Alhambra de Granada, fue el lugar que eligieron los Reyes
Católicos para depositar sus cuerpos, a la espera de la terminación de las obras
de la Capilla Real de Granada, donde actualmente se encuentran.
Sujeto a unas andas de madera se acomodó en un carro, y veinticuatro horas después del fallecimiento, seguido de un nutrido cortejo de prelados, juristas, capitanes de los ejércitos reales, cortesanos y, naturalmente, las damas de la reina, y con 12 capellanes y 12 cantores, así como los mozos auxiliares para todas las faenas, como el transporte del cadáver regio o las del servicio de cocina, emprendió el camino de Granada, siendo el traslado efectuado durante 22 días invernales e infernales.

Llegó la comitiva real el 18 de diciembre de 1504, permaneciendo en el convento de san Francisco al lado de su esposo Fernando, situado a la derecha de Isabel y del Infante Don Miguel de la Paz, príncipe heredero de los reinos de España y Portugal, situado a la izquierda, hasta 6 de noviembre de 1520, cuando se efectuó el traslado de los cuerpo de la Reina Isabel y el Rey Fernando y del Infante Don Miguel de la Paz a su sepultura actual en la Capilla Real de Granada. 

El recorrido sería Medina del Campo, Arévalo, Ávila, Toledo, Jaén y Granada.

Fotografía de la puerta de entrada al interior de la cripta de convento de San Francisco,
desde el interior de la cripta, estando esta puerta está situada en la zona del jardín,
junto a los restos arqueológicos del hamman o baño árabe.
Los relatos describen invariablemente los traslados de los cuerpos reales desde Castilla la Vieja como unas empresas épicas. En algunos territorios en los que no hay a veces casi caminos, es preciso hacer avanzar a pesar de la lluvia, la nieve, el calor o la crecida de los ríos, pesados carretones y cortejos de mulas.

Es preciso a menudo viajar de noche, pagar guías y ayudantes, reparar sobre la marcha y el importe de los gastos desembolsados para estas empresas es inaudito.

El humanista italiano Pedro Mártir de Anglería, autor de célebres cartas, participa en este viaje apocalíptico, que describe con una amarga ironía:

"Hasta los cielos hizieron sentimiento por esta señora, llorando todo el viaje las nubes,… en todo el camino no vimos sol, ni aun estrellas; llovia de noche y de dia, no parecía que andava la gente por tierra, sino que navegaua por mar, solamente la descubriamos cuando subiamos algun monte, o collado, pero en baxando a lo llano, fluctuavan las mulas por las lagunas, no podian salir de los pantanos, y se quedauan de su voluntad en ellos por no ir con nosotros…

No pasé tantos trabajos en la prolija embajada de Babilonia, como en este de Granada; no hubo en el legua "exempta del temor de la muerte".

La puerta de Elvira enlazaba por levante con los muros que bajaban desde
Puerta Monaita (Bab al-Unaydar), acceso principal de la Alcazaba Qadima,
era la puerta principal de entrada a Granada
En Puerta Elvira, principal entrada a la Granada de entonces, aguardaban la llegada del cadáver de la reina, el Capitán General, conde de Tendilla; el arzobispo, Fray Hernando de Talavera, el Cabildo catedral y el clero de todas las parroquias. 

Ventanas ciegas situadas en la parte alta de la puerta de entrada a la cripta.
Fue una construcción posterior, como la puerta,
y se desconoce cuando fueron abiertas y cegadas.
Allí mismo, inmediatamente, quedó formada la comitiva que, entre el tañido incesante y solemne de cien campanas, entre pendones con crespones negros, responsos y luminarias de infinidad de cirios, discurrió hasta la antigua fortaleza nazarí de la Alhambra.

Puerta de acceso a la capilla del convento de San Francisco,
que accede al claustro antiguo y es uno de los accesos
al Parador de San Francisco.
Esta puerta de acceso procede de una casa señorial de la calle San Antón.




Pequeña capilla situada en el lado izquierdo,
hoy desacralizada.
Qubba de la capilla del convento de San Francisco.
A la derecha, cerca del escalón de mármol blanco, 

se observa una loza rojiza, de color distinto al resto de la solería:
es la loza que se retiraba para introducir y extraer los ataúdes
que contenían los cuerpos de los Reyes Católicos y del Infante.



Esa loza situada en el suelo de la Qubba, en la capilla, y que se retiraba para

introducir o extraer los ataúdes del interior de la cripta subterránea
mediante un sistema de cuerdas y poleas, introduciendo en el interior 

de la cripta a unos operarios para que recogiesen los ataúdes regios 
y los alinearan, conforme a los deseos reales
o colocasen las cuerdas para su extracción.
En el presbiterio del templo conventual de San Francisco aguardaba la sepultura de Isabel I de Castilla, una sepultura "baxa y llana", como ella había querido que fuera, puntualizándolo así expresamente en su testamento. 


Loza situada en el techo del interior de la cripta, bajo la capilla y, que una vez retirada,
era el único acceso para que los ataúdes fuesen descolgados hasta su interior por
un sistema de cuerdas y poleas para que  fuesen depositado en el suelo de la cripta.
Bóveda y suelo de la cripta del convento de San Francisco,
en el Parador de San Francisco, en la Alhambra de Granada,
donde se observa, a la derecha, el primitivo suelo de ladrillería.
Hoy, todo el suelo es de tierra y tan sólo quedan ya restos del suelo.
Allí fueron inhumados provisionalmente sus restos en una cripta donde ya estaba enterrado el príncipe heredero don Miguel de la Paz, príncipe heredero de España y Portugal, que falleció por fiebres en la Alhambra en 1500, siendo enterrado en Toledo, pero después sus restos fueron trasladados hasta la cripta del convento de San Francisco y, posteriormente, a la Capilla Real de Granada donde descansan juntos a los Reyes Católicos y sus tíos, Felipe y Juana, por orden de Carlos I, colocándose encima una sencilla lápida con una emotiva inscripción recordatoria de los Reyes Católicos, en la que no figuraría su nombre.

Hornacina de ladrillería situada en la pared derecha de la cripta,
que sirvió para una imagen de San Francisco.
A la espera del fin de los trabajos de la Capilla Real, emprendidos en septiembre de 1505, la Capilla de los Santos Juanes Bautista y Evangelista de convento de san Francisco funcionó como cenobio o Panteón Real, con sus conmemoraciones fúnebres y sus trece capellanes durante los 17 años que permaneció la reina Isabel, de los cuales 5 permanecería el rey Fernando.

Muerte y traslado de Fernando el Católico

Retrato del rey Fernando por Michel Sittow (finales del siglo XV).
En Madrigalejo (Cáceres) próxima a Guadalupe murió el Rey Fernando, redactando allí su testamento y sus últimas voluntades.

Muere el 22 de enero de 1516 y en su testamento pidió ser enterrado junto a la reina Isabel en la Capilla Real de Granada, ciudad que recuerda significativamente la conquista, para la cual él mismo y la reina fueron elegidos como «Instrumentos de Dios».


Falleció el muy alto y poderoso Rey Don Fernando el V. 
De gloriosa memoria. Aquí en esta cámara de Madrigalejo. 
En la casa de Nuestra Señora de Santa María de Guadalupe. 
Miércoles día de San Ildefonso entre las tres y las cuatro de la mañana,
que fueron XXIII días del mes de Enero de MDXVI.
Ocurrió que en Enero de 1516, cuando la comitiva Real se dirigía camino de Guadalupe procedente de Plasencia y llegando hasta Madrigalejo, donde a causa de un agravamiento en la enfermedad que padecía el Rey buscaron refugio en la llamada casa de Santa María, propiedad de los monjes del Monasterio de Guadalupe, donde además de la casa poseían grandes fincas.

Últimos momentos del Rey don Fernando el Católico (Año 1516)
Dibujo de J. Segrelles (BNE)
Estando acompañado por su segunda esposa, la reina Germana de Foix, por su nieto el infante don Fernando de Aragón y el Duque de Alba, entre otros, vistiendo con el hábito dominicano falleció en una fría y ventosa madrugada el 23 de Enero de 1516, a los 63 años de edad.

Fue enterrado de forma provisional en la iglesia parroquial de Madrigalejo y ese mismo año sus restos mortales fueron trasladados al convento de San Francisco, en la Alhambra, donde reposaban los restos de Isabel la Católica.


Ventanas de la parte alta del cuerpo añadido de ladrillería, que están situadas en la Qubba,
y las dos ventanas ciegas situadas encima de la puerta de acceso a la cripta,

añadidas con posterioridad y años después cegadas.
El cuerpo es acogido en la ciudad con una ceremonia grandiosa, el 6 de febrero siguiente. El cortejo, acompañado especialmente por el marqués de Denia y el alcalde Rodrigo Ronquillo, de doce monjes del monasterio de Guadalupe y doce dominicos, siendo recibido en la localidad de Pinos Puente, con un primer túmulo.

Delante de la puerta de Elvira se levanta un segundo túmulo, elevado con pilares y arcos y con un entablamento, destinado a recibir el féretro con un responso fúnebre. Cinco grandes altares distribuidos a continuación en el recorrido de la ciudad hasta la Alhambra. 

Después de una parada en Plaza Nueva, cuyo acondicionamiento había comenzado dos años antes, el cortejo sube a la Alhambra y entra en la Capilla del convento de la Alhambra, en cuya fachada se fija una granada negra.


Hueco en un ángulo del techo de la cripta que comunicaba ésta con la capilla

Una gran cruz con una corona dorada pintada con piedras preciosas a sus pies, adorna el coro. Sin embargo, después de este recorrido oficial por las calles de la ciudad, el rey es enterrado, según su voluntad, a la derecha de la reina, con el hábito dominico, «quitada toda pompa y vanidad del mundo».


Muerte del Príncipe Miguel de la Paz de Portugal


Antigua fotografía de la Alhambra y la ciudad, con la Catedral al fondo,
tomada desde el Sacromonte.
Miguel de la Paz de Portugal (1498-1500), príncipe de Gerona (jurado por las cortes aragonesas en septiembre de 1498), príncipe de Asturias (jurado por las cortes de Ocaña en enero de 1499), y príncipe heredero de Portugal (jurado por las cortes portuguesas en marzo de 1499).

Fue hijo de los reyes de Portugal Manuel I e Isabel de Aragón, princesa de Asturias e hija de los Reyes Católicos.

Murió en Granada el 19 de julio de 1500, mientras sus abuelos sofocaban la primera rebelión morisca de las Alpujarras.

Sus restos fueron trasladados a Toledo y posteriormente de vuelta a Granada para descansar en el panteón real junto a sus abuelos maternos en la cripta del convento de San Francisco, donde sería el primer féretro introducido y ya con posterioridad junto a sus tíos Felipe I y Juana I, en la cripta en la Capilla Real de Granada con los féretros de plomo de los Reyes Católicos, en el centro, los reyes Felipe I y Juana I en el lateral derecho, y el príncipe Miguel en el lateral izquierdo.

El historiador portugués Manuel de Faría e Sousa escribió en su “Europa portuguesa” sobre las exequias del príncipe Miguel:

“Fue cosa notable que usando aquellos reyes ponerse luto por menos persona, no hubo alguno por ésta en ambos reinos, pareciendo que no mereciera señas de dolor un príncipe en quien ellos se juntaban, como un agüero de que el verdadero dolor era verlos juntados”.

Traslado a la Capilla Real de Granada.

La Capilla Real de Granada.
Plaza del mercado frente a la sacristía y la puerta de la Catedral de Granada,
pintura de Edwin Lord Weeks, durante su estancia en Granada, 
en 1879-1880. 
Más tarde volvieron a ser trasladados de forma definitiva a la cripta la Capilla Real de la Catedral de Granada. Los monarcas murieron antes de tiempo y, mientras se terminaba esta obra, sus cuerpos reposaron en la cripta erigida para ellos bajo la Qubba de la capilla del convento de San Francisco de la Alhambra.

El Emperador Carlos V se encargó posteriormente, en 1521, de trasladar los cuerpos de sus abuelos a la Capilla Real recién terminada, siendo este lugar definitivo enterramiento de los Reyes Católicos.


Cierto tiempo después, visitaría Granada el Emperador Carlos V visitaría la Capilla Real de Granada y mostraría un profundo malestar al verla, ya que su expresión lo diría todo:


¡¡Esta no es una Capilla para Reyes de España, esto no es más que una Lonja de Mercaderes,
es oscura y no es digna para tan egregios ocupantes!!

Dibujo de la Cripta de la Capilla Real - Nuria B. 1859
El rey Carlos I de España y V de Alemania fue elegido Emperador del Sacro Imperio el 28 de junio de 1519, en una coyuntura económica difícil, el anuncio de su partida para ser coronado en Aquisgrán es vivido como una traición. Entre abril y junio de 1520, Castilla se rebela.

No obstante, el 20 de septiembre de 1521, en pleno levantamiento de las Comunidades, Carlos V ordena el traslado de los cuerpos de los Reyes Católicos del monasterio de San Francisco de la Alhambra a la Capilla Real de Granada, «con la mayor solemnidad».

En ese presbiterio del templo conventual de San Francisco, cuando, el 6 de febrero de 1516, dejó esta vida el rey Fernando el Católico, sus restos mortales se transportaron a Granada en cumplimiento de los deseos expresados por el mismo monarca de ser sepultado en aquella fosa junto a Isabel “situando su ataúd a la derecha del ataúd de Isabel la Católica.

El 20 de Septiembre de 1521, Carlos V ordena el
traslado de los cuerpos de los Reyes Católicos.

En una 
Carta misiva posterior, 
firmada en la villa de Briviesca
el 10 de Octubre 1521, 
ordena que los restos reales se trasladendesde la cripta del Monasterio de San Francisco de la Alhambra hasta la Capilla Real de Granada,  dirigida:


"Al Conçejo, justicia, regidores de Granada que entienda quel baxar
los cuerpos delos Reyes Católicos de San Francisco dela Alhanbra a la
nuestra capilla real questá hecha por manera que se hagan con toda solenidad"
Ahí reposaron ambos cuerpos hasta el l0 de noviembre de 1521, en que, al fin, fueron trasladados definitivamente a la Capilla Real, monumento artístico anejo a la que García Sanchíz llamó «la más española de las Catedrales».

Este interés apremiante por la sepultura de sus abuelos, en un momento tan crucial para el provenir de su poder, es claramente la prueba de que se trata para él de una empresa de una real importancia política.


Cripta de la Capilla Real de Granada. Xilografía de 1892.
De hecho, Carlos V enterró en la Capilla Real de Granada a casi todos los muertos de la familia:
  • Los Reyes Católicos, Fernando e Isabel.
  • La Reina Juana la Loca y Felipe el Hermoso.
  • La esposa de Carlos V, Isabel de Portugal y sus hijos.
  • El Príncipe de Asturias Miguel de la Paz, príncipe heredero de España y Portugal.
  • La princesa María de Portugal, esposa del príncipe Felipe. 
Posteriormente, sería Felipe II quien trasladaría casi todos los allí enterrados a la gran cripta de su recién construido Monasterio de El Escorial, dejando en Granada tan sólo a los Reyes Católicos, a la pareja formada por Felipe el Hermoso y la Reina Juana, que descansan actualmente junto con el Príncipe Miguel de la Paz, de Portugal, llamado a ser Rey de Portugal, muerto en Granada, era hijo del rey don Manuel y de Doña Isabel, Princesa de Asturias, hija mayor de los Reyes Católicos y nieto favorito de la Reina Isabel la Católica.

Reposan en unas cajas de plomo Isabel y Fernando, situadas en el centro de la cripta,  Doña Juana y Don Felipe en el lado derecho y en un quinto ataúd situado en el lado izquierdo el Príncipe Miguel de la Paz, de Portugal, muerto en Granada el 20 de Julio de 1500.
Cripta de la Capilla Real, enterramiento de los RR. CC., en la Catradral de Granada.
 Grabado de 1897 - Centro Artístico de Granada
Aunque no hemos podido descubrir las pruebas que lo demuestren, es completamente posible que un carro semejante haya sido empleado en esta ocasión.

Los carros alegóricos, llamados triunfales en referencia a la Roma antigua, son entonces un hallazgo novedoso en los funerales, donde representarían la apoteosis gloriosa del soberano.

En 1516, en Bruselas, un carro de este tipo participa así en el cortejo fúnebre de Fernando el Católico.

Así, el descenso de los ataúdes desde el convento de San Francisco hasta la Capilla Real, según recoge el Libro de Actas Capitulares de 1521, el trayecto de la comitiva real discurrió desde el convento y, tras atravesar los bosques de la Alhambra, por la cuesta de Gomérez, plaza Nueva o del Hatabín, el Zacatín y plaza de Bib-Rambla, pasando frente a la Catedral hasta llegar a la Capilla Real, siendo voluntad del Ayuntamiento que se desarrollase con la mayor solemnidad posible, ordenando que se mandara pregonar por las calles por donde transcurriría la comitiva real, que se debían encontrar con la mayor limpieza posible:

"…que ninguna persona sea osado de colgar trapos ni otra cosa alguna en sogas ni en varas en las calles del Çacatín e la calle de Elvira y en la de Pellejería y en las otras calles principales desta cibdad…"

Panteón Real de la cripta de la Capilla Real de Granada.
En el centro, los féretros de los Reyes Católicos.
A la derecha, los de la Reina Juana I, la Loca, y Felipe I.
A la izquierda, el féretro del Príncipe Miguel de la Paz de Portugal.
La municipalidad hizo construir tres túmulos, Puerta de Gomérez, en el camino que conduce a la Alhambra, en Plaza Nueva y en la Plaza Bibarrambla, y se encargaría a los dominicos del convento de Santa Cruz, los franciscanos de San Francisco y los jerónimos de San Jerónimo levantar unos altares. El cortejo se detendría en ellos para cantar unos responsos fúnebres, después descendería la calle del Zacatín hasta la plaza Bib Rambla, y llegaría a la Capilla Real pasando por la Catedral.

Finalmente, delante y detrás del cortejo, unos clérigos sostienen las imágenes santas y las numerosas reliquias destinadas por los Reyes a la Capilla Real bajo un baldaquino, y todos los gremios de Granada salieron en la comitiva con sus pendones y velas, barriéndose y entoldándose las calles y plazas "por do a de yr la procesión", con consonancia con la petición que se le hizo por mediación del Regente del Emperador Carlos V.

Fotografía de los 5 ataúdes que hay en la cripta de la Capilla Real de Granada.
En el centro, a la derecha, la reina Isabel y a su derecha el rey Fernando.
Los dos ataúdes del fondo corresponden a Juana la Loca, junto a la reina Isabel
y a Felipe el Hermoso y en el ataúd más adelantado, a la derecha, 

el Infante Miguel de la Paz, de Portugal, muerto en Granada el 20 de Julio de 1500. 
Esta procesión organizada sobre el modelo del Corpus Christi evoca el traslado de reliquias de un templo antiguo a uno nuevo. Los Reyes Católicos sobre su carro dorado se convierten así en unas imágenes santas que, puestas en movimiento en la procesión, vuelven a tomar vida en medio de su pueblo.

Hoy en día, la última conversión del convento de San Francisco de Granada, situado en la calle Real de la Alhambra, el corazón del recinto urbano de la Alhambra, tuvo lugar en 1945 y es hoy el Parador de San Francisco, uno de los Paradores más atractivos de la Red.

http://youtu.be/NnuTBe9z52k

Vídeo sobre la cripta del Parador de San Francisco,
antiguo convento franciscano, fue el lugar del primer
enterramiento de los Reyes Católicos en Granada.

Vídeo Mayte Martínez Caro y Nicolás Cabello Martínez.
Música: Josquin des Pres - Missa Paegue Lingua (1515)

Etimología de cripta: 

Una cripta era un espacio arquitectónico subterráneo donde se enterraba a los seres fallecidos.

La palabra cripta (del latín crypta y a su vez del griego kryptē) etimológicamente significa esconder, lo cual indica bien su significado.

En términos medievales, una cripta era una cámara de roca, normalmente bajo el suelo de una iglesia, posteriormente evolucionó en su forma constructiva.

Las primeras criptas o grutas sagradas fueron excavadas en la roca, para esconder a los ojos de los profanos las tumbas de los mártires; más tarde, sobre estos hipogeos venerados por los primeros cristianos, se levantaran las capillas y las vastas iglesias; después se estableció las criptas bajo los edificios destinados al culto para encerrar los cuerpos de los santos recogidos por la piedad de los fieles.

Algunas iglesias fueron elevadas sobre el nivel del suelo para albergar una cripta a nivel del suelo, como es el caso de la catedral de Granada y otros 29 templos de la capital donde las criptas se encuentran tipicamente bajo el ábside ocasionalmente se encuentran bajo las alas o las naves laterales. 

Agradecimientos:
A Juan Carlos Sánchez Gálvez, director del Parador de San Francisco, por su inestimable colaboración desde el primer instante en que le informé de mi deseo de dar a conocer la Capilla, la Qubba y la Cripta del convento de San Francisco cuando le solicité acceder a la cripta para que fuese fotografiada cada vez que subimos para hacer una sección de fotografías y por mostrarnos la documentación que posee. Gracias por todo lo que ha representado para nosotros esas atenciones.

A Mayte Martínez Caro, por documentar fotográficamente con tanto mimo este trabajo de fotografiar la Capilla Qubba en todos sus detalles y la Cripta Real  del convento de San Francisco en todos sus aspectos.

A Nicolás Cabello Martínez, Arquitecto Técnico, por acudir en mi rescate con su metro láser para la elaboración de la planimetría de la capilla y la Qubba y de la cripta real del conveto de San Francisco la Alhambra.

A la Orden Franciscana y al personal que custodia el Archivo Franciscano por permitir el acceso a sus fondos históricos y por el cariño puesto en su relato y en sus explicaciones, cuantas veces fue preciso. 

Bruno Alcaraz Masáts ©

jueves, 27 de noviembre de 2014

Criptas de Granada - 1

La cripta del convento de San Francisco
en la Alhambra
(I)
Primer enterramiento de los Reyes Católicos en Granada, 
situada en el actual Parador de San Francisco.

Exterior de la qubba del convento de San Francisco,
hoy Parador de San Francisco, en suyo interior se sitúa,
en el nivel superior la capilla y la qubba y debajo
la cripta del primer enterramiento regio.
La mayoría de las órdenes aunque no nacieron urbanas, sino monásticas, eremíticas y mendicantes, a medida que los tiempos medievales se alejan, se clericalizaron y se acercaron a las ciudades para ejercer la pastoral y la predicación, no sin repercusión, porque ello suponía relajación de las normas primitivas.

La tarea fundamental de todos los mendicantes fue desde entonces la predicación, aunque el nombre de "predicadores" lo llevaran sólo los dominicos, una vez se concedió la autorización papal que superaba la exclusividad de los obispos.

San Francisco de Paula.
Grabado granadino de G. Navarro. 1776
Quizás por ello, sus templos están estructurados en una sola nave con un gran púlpito para la predicación más que para el culto, o en todo caso, de tres naves con las laterales convertidas en capillas y tribunas para enterramientos de patronos y protectores.

Los mendicantes huyen en origen de la ciudad y de todo lo que ello significa de poder económico, político y religioso, y de igual manera, de la estabilidad y autosuficiencia de los monasterios, pero no del mundo. Piensen que todas negaron la propiedad privada de los frailes, que los franciscanos rehuían la propiedad, incluso comunitaria, y la práctica comercial, y que los mínimos llegaron al extremo de rehusar los títulos académicos.

Alhambra. Hospedería de San Francisco.
Alzado de los arcos de entrada y sección - 1942-1954
El devenir del antiguo convento franciscano de Granada se iniciaría en la historia del monasterio de San Francisco el Viejo de Talavera de la Reina, en Toledo, a finales del siglo XV, estando unido al proceso de reforma de la orden y el traspaso de la comunidad al nuevo monasterio de San Francisco que fundaría el arzobispo de Granada fray Hernando de Talavera en 1494. Tras su abandono, el edificio de Talavera de la Reina, según cuenta Torrejón, fue derribado:

«después que los padres claustrales la dexaron (no) han biuido en ella otros religiosos sino que se derribó la casa y quedó solamente la yglesia que es agora hermita de la magdalena»

Alhambra. Huerta de San Francisco.
 Planta de la antigua iglesia, cripta y capilla y vivienda de noche,
con dormitorio y portería - Escala 1 100
"La Provincia de Granada, como desmembrada de Andalucía", halló fundados varios conventos para Casas de Estudios; así la Casa Chica fundada por los Reyes Católicos en la Alhambra (1492), pero que luego se pasó a otro, que eran antes la catedral y casas inmediatas, que se llamaron "Colegio y Casas del Arzobispado" (1516), fundado el convento de San Francisco o Casa Chica en la Alhambra, por el marqués de Mondéjar, con veinticuatro frailes y posteriormente se levantaría otro convento de la orden franciscana, Casa Grande, en la parroquia de San Matías con ochenta religiosos.


Sección longitudinal de la capilla y sección por el patio - Escala 1 100
Sin embargo, durante algunos años quedó el monasterio e iglesia a expensas de las limosnas que recogía un beato, actitud que levantó los recelos de la comunidad franciscana observante. La edificación que se mantuvo en pie con toda seguridad fue la iglesia, cuya capilla mayor estaba, al menos desde la segunda mitad del siglo XV, bajo el patronazgo de la familia Zúñiga.

Por su parte, la Provincia de San Pedro de Alcántara hace lo mismo que su provincia madre de San Juan Bautista y asigna a cada convento los lugares para la limosna con los productos que se pueden pedir en ellos:

Sección transversal del patio y capilla.
"Al Convento de Granada:

Toda su vega hasta el río Ansola, y las villas hasta el término de Guadix, el Campillo de Arenas y Huelma y del río Cacin hasta el término del Alhama. El estado de Orgiba y el valle de Lecrin salvo Albuñuelas y Saleres que son de Alhama.

Para azúcar: Motril, Salobreña y Lobres.

Para aceite: Jaen, Manchuela, Andújar, Arjona, Arjonilla, Marmolejo, y la Guardia.

Para nassa: Vélez-Málaga, el Real, Almayate, Venamocarra, Iznate, y Venamargosa.

Para almendra: Competa, Canillas de Albayda, Archez, Curumbela, Saylonga, Daymalos, Arenas y Algarrobo.

"Crónica de la provincia de San Pedro de Alcántara de los religiosos descalzos de los reinos de Granada y Murcia, Granada 1708, A.F.I.O, FS/6".

Ese convento granadino que, en tiempo de los andalusíes era un palacio nazarí similar al Generalife, es decir una villa rústica, con la conquista se fundó en él un convento de franciscanos donde serían posteriormente enterrados los reyes Isabel y Fernando hasta su traslado a la Capilla Real.

Está situado en un convento del siglo XV, dentro del recinto de la Alhambra, en la cabecera de la calle Real, construido por los Reyes Católicos en 1494 sobre un palacio nazarita, el llamado palacio del Infante o de los infantes de Muhammad III (1303-1309), del que aún se conservan importantes restos como la Qubba o Mirador y la Sala Nazarí.

Huerta de San Francisco. Vivienda del hortelano. Sección
En su claustro y habitaciones se exponen numerosas piezas de arte y mobiliario.

En el Censo del Marqués de la Ensenada (1756) se indica la existencia de estas dos Casas franciscanas en Granada:

39ª Si hay algunos conventos, de qué Religiones, y sexo, y qué número de cada uno.

·        Otro, del Señor San Francisco, llamado Casa Grande, con ciento y onze Religiosos;

·         Otro, de dicho Orden, Casa Pequeña, situado en la Real Fortaleza de la Alhambra, con quarenta y cinco Religiosos.

Zenón de Somodevilla y Bengoechea, marqués de la Ensenada,
fue un estadista y político ilustrado español. Llegó a ocupar los
cargos de secretario de Hacienda, Guerra y Marina e Indias.
En el apartado Mesones, indica este Censo de la Ensenada una curiosidad, como era la existencia de un mesón en la Casa Grande:

Fotografía antigua de la fachada del convento de San Francisco.
También ay diferentes mesones, cuias propiedades y arrendamientos anuales es, a saber:

·    Otro, llamado de la Cruz, perteneciente a la Hermandad de Nuestra Señora de la Conzepción en el Convento de San Francisco, Casa Grande, en mil seiscientos y ochenta reales.

Recoge también en el apartado nº 22, donde se habla de “casas inhabitadas, quantas arruynadas”, se dice de la Alhambra:

·       Y en ellas la Real fortaleza de la Alhambra, torres de du zerca y castillos nombrados de Vivataubín el uno y de Torres Bermejas el otro, cons sus avitaciones;

·     Veinte casas ynavitables, con la que en dicha Real Fortaleza de la Alhambra se halla nombrada la del Emperador;

·       Y doscientos y treinta arruynadas y solares a corta distancia”

Antigua puerta de acceso al convento de San Francisco.
Con la Desamortización de Mendizabal, es abandonado el convento en 1835 por los franciscanos y fue utilizado durante el siglo XIX como cuartel, almacén de artillería y casa de vecinos y el hamman se destinó como cuadra de bestias.

Habitaciones altas del claustro  del convento de San Francisco
años antes de su restauración
Claustro del antiguo convento de san francisco,
antes de su restauración.
El hipotético oratorio, cuya existencia ha sido muy discutida, lo conocemos gracias a testimonios confusos, y posiblemente no sea más que un mirador que, equivocadamente, los cristianos tomaron por oratorio nazarí, sin tener en cuenta que su orientación no es a la Meca.

Un cronista franciscano, A. de Torres, escribió en 1683, en su "Crónica de la provincia franciscana de Granada, de la regular observancia de N. Seráfico padre San Francisco", 2 vols., volumen 7 de la colección "Crónicas franciscanas de España", Juan García Infançon (imp.), Madrid, 1683:

Ubicación de la cripta dentro del Parador (Escala 1:400)
"Conservase dicha Capilla en la mesma forma, que quando era Mezquita de los Reyes Moros, pues sus bóvedas, y paredes son de la primorosa labor Mosayca.

El principal nicho de su Altar Mayor lo ocupa una Imagen de talla de poco más de una vara, con titulo de nuestra Señora de los Remedios, es tenida en gran veneración, y devoción, assi por averia traído, y puesto alli los Catholicos Reyes, como sus muchas maravillas".

Sección de la Qubba, la capilla y la entrada,
con las zonas de la cripta y lápida (Escala 1:150)
El 13 de septiembre de aquel 1504, los Reyes Católicos, habían dictado una Real Cédula, en virtud de la cual fundaban la Capilla Real de la Catedral granadina, destinada a acoger los restos mortales del regio matrimonio.

Un mes más tarde, el 12 de octubre, la Reina había hecho testamento, renovando la fundación de la real capilla y, previsoramente, disponiendo que si no estaba terminada al tiempo de su muerte, se la enterrara provisionalmente en el convento de San Francisco, de la Alhambra:

Planta de la qubba, capilla y zaguán. (Escala 1:150)
"E quiero y mando que mi cuerpo sea sepultado en el Monasterio de Sant Francisco que es en la Alhambra en la Ciudad de Granada... en una sepultura baxa que no tenga bulto alguno, salvo una losa en el suelo..."

"Manda que su cuerpo sea enterrado en el Monasterio de San Francisco de la Alhambra, que fue la primera fundación monacal de la ciudad tras su conquista".

«Y quiero y mando que mi cuerpo sea sepultado en el monasterio de San Francisco de la Alhambra de la ciudad de Granada siendo de religiosos o de religiosas de la dicha orden».

«Item mando que, luego que mi cuerpo fuere puesto y sepultado en el Monasterio de Santa Isabel de la Alhambra de la ciudad de Granada, sea luego trasladado por mis testamentarios al dicho monasterio el cuerpo de la reina y princesa Isabel mi hija, que haya santa gloria»

(Testamento de Isabel la Católica, hecho en Medina del Campo el 12 de octubre de 1504).

Fachadas (Escala 1:100)
Secciones transversales (Escala 1:100)
Secciones longitudinales (Escala 1:100)
En el libro La Alhambra. Como fue y como es”, Luis Seco de Lucena recoge el testimonio de un fraile franciscano que asegura que el convento de San Francisco fue creado por los Reyes Católicos en cumplimiento de una promesa al Seráfico patriarca

El patio del claustro tras la restauración de 1920-1936
efectuada por el arquitecto-conservador de la Alhambra,
D. Leopoldo Torres Balbás.
Restaurado, a partir de 1920, por el arquitecto Torres Balbás fue rehabilitado como Residencia de Artistas o Pintores Paisajistas y, en 1945, convertido en Parador Nacional de Turismo.

Casas ubicadas en la calle Real que fueron demolidas en el primer tercio del s. XX.
Destaca el mal estado de la portada del ex convento, hoy Parador,
y que parece que tuvo una función ornamental.

Bajo la dirección del arquitecto Leopoldo Torres Balbás se rescató de la ruina casi total entre 1927 y 1936, reconvirtiendo el edificio en residencia de pintores.

Francisco Prieto-Moreno Pardo, como arquitecto-jefe y conservador de la Alhambra realizó excavaciones arqueológicas aflorando entre sus restos el hammám del palacio musulmán, edificando la zona que se usa hoy como parador.


Alzado lateral de la Hospedería de San Francisco.
Francisco Prieto Moreno y Pardo
(Arquitecto-conservador de la Alhambra),
José Jiménez Barrera (delineante) - Julio 1945
Los trabajos más completos que poseemos sobre el palacio nazarí, con minuciosas descripciones de los restos arqueológicos y reconstrucciones hipotéticas, son el clásico estudio de Leopoldo Torres Balbás: "El ex convento de San Francisco de la Alhambra".

Las sucesivas reformas del convento en los siglos XVI y XVIII dejaron inalterada buena parte de su primitiva construcción árabe que estuvo a punto de desaparecer al dejar de pertenecer a los franciscanos y ya en época francesa tuvo uso militar.

Alzado principal de la Hospedería de San Francisco.
Francisco Prieto Moreno y Pardo
(Arquitecto conservador de la Alhambra),
José Jiménez Barrera (delineante) - Julio 1945
En 1.928 se rehabilitó y se instaló una residencia para Pintores Paisajistas.

El conde de las Infantas evitó, con sus propios medios, la ruina total hasta que la insistencia de Gallego Burín consiguió que el Ministerio de Educación cediera el edificio a la dirección de Turismo y se construyera el Parador.

En 1.945 se convirtió en Parador Nacional de Turismo, hoy Parador de San Francisco.

Tenía un patio rectangular con pórticos en los extremos y la Acequia Real pasaba por en medio de la edificación.

Fachada del ex convento de San Francisco,
tras la restauración de D. Leopoldo Torres Balbás.
En el lado norte se conserva la Sala cuadrada o qubba, que tiene cúpula de mocárabes y linterna con cinco ventanas en cada lado.

Tiene un patio andalusí bien conservado, con mocárabes, balcón cerrado con celosías y aljibe y al Oeste de esta sala se descubrieron unos baños por debajo del patio.

Capilla y qubba del Parador de San Francisco,
tras la celosía de la zona de jardines.
Fue casa noble andalusí que, después de la conquista, se donó a los franciscanos siendo así el primer convento de Granada.

Su origen se remonta al primitivo palacio de un príncipe nazarí, reconstruido en el siglo XIV por Yusuf I y dedicado a convento de franciscanos tras la conquista de 1492, en cumplimiento de un voto de la Reina Isabel.

En la cripta de la iglesia construida bajo la Qubba del convento, estuvieron enterrados provisionalmente la Reina y el Rey hasta que en 1521 fueron trasladados sus restos a la Capilla Real. La elección de este cenobio, en detrimento del complejo monástico toledano de San Juan de los Reyes, vino motivada por la trascendente carga simbólica que ostentaba esta ciudad desde 1492.
Mirador de la capilla del convento de san Francisco o Qubba
del actual parador, antes de ser restaurado por Leopoldo Torres Balbás.
El convento edificado en el siglo XVI sobre un palacete musulmán tuvo obras en su Qubba para ejecutar la construcción de una cripta para las fosas sepulcrales de los Reyes Católicos, el provisional primer Panteón Real de la Alhambra sería esta cripta de la iglesia del convento de San Francisco.

La iglesia, situada en la Qubba, estaba formada por una nave de 21´50 metros por 6´20 metros con varias capillas en el lateral izquierdo, tras esta nave se accedía, a través de un arco apainelado, a una sala de 3´90 metros de lado, cubierta con bóveda de mocárabes, que a sus lados tenía dos pequeñas capillas con techo de casetones, estando decoradas las albanegas de sus arcos con adornos del tiempo de Mohamed V.

Mirador del convento de San Francisco o Qubba, con las ventanas bajas abiertas.
El techo es de mocárabes, las paredes con yeserías y grecas epigráficas.
El suelo es de barro.
Ésta última sala terminaba en la Qubba en un pequeño mirador con bóveda de mocárabes y paredes decoradas de manera similar a las del Patio de los Leones, y en el subsuelo, en un cripta subterránea, construida para ellos, fueron enterrados los Reyes Católicos.

La cripta del convento de san Francisco, es de una planta irregular.

A través de un documento conservado en el Archivo General de Simancas, podemos saber que el 4 de junio de 1504 la Reina ordenó el pago de:

“dozientos e çinquenta mill maravedís para aquellos gastos en las obras del monasterio de san francisco de la çibdad de Granada”.

En el mismo documento se especifica que el pago se hizo:

“para comprar çiertas casas para la obra del dicho monesterio”,

Información de la que se deduce que, antes de que dicho lugar se erigiese en lugar de enterramiento de doña Isabel, ya se estaban realizando trabajos de ampliación y mejora en el complejo monástico.

En un documento de 1512 aparece con cargo a las cuentas de la Capilla Real el pago de 393.724 maravedís por los gastos ocasionados en el convento de San Francisco de la Alhambra por:

“…agrandar la iglesia de sant Francisco del Alhambra e solarla e dorar las Capillas e hazer la rexa e otros gastos ...”.

“Dize el dicho Pedro Garçia de Atiença capellán mayor que le escrivió al rey nuestro señor que avía nesçesidad de fehazer çiertas obras en la yglesia e capellanía del monesterio de san Franscisco de la halhambra de Granada donde está el cuerpo de la reyna doña Ysabel de gloriosa memoria nuestra señora que en gloria es porque el cuerpo de su alteza pudiese estar en la veneraçión que convenía…”.

“para ser conforme a la clávsula del testamento, se deve hazer de vna losa de mármol tan alto como quatro dedos sobre el suelo de la Capilla con sus letras.

Ençima desta piedra, porque no se pueda hollar, devía aver vna rexa de plata con vnas puntas en las junturas della tan altas como dos dedos, y sobre todo, para lo contino, vna caxa de palo; ençima della vn paño brocado no mayor que la sepoltura. El antepuerta brocado, que vino sobre el cuerpo, paresçe que se devía guarrnesçer de sus goteras o alparguazes con flocadura, y que en los días de fiestas, aviendo personas prinçipales la alçen como çielo en alto en derecho de la sepoltura”.


En 1512, con cargo a las cuentas de la Capilla Real, se realizó el pago por una reja para el sepulcro de la Reina en San Francisco. Dicha reja fue agrandada en 1521 para ser trasladada a la Capilla Real y colocada en la cercana Capilla de la Cruz. Se trataba, según la documentación, de:

“la rexa para la Capilla donde está el cuerpo de su alteza”,

por la que se pagaron, según el documento de Simancas,

“cincuenta e nueve mill e sesenta maravedís”.

Reja esta que según Gómez Moreno pudo ser obra del maestre Bartolomé.

“solar de losas de mármol todo el suelo de la capilla. Dorar y pintar todo el çielo de la capilla que es de mocárabez blanco agora. A las capilletas de los lados hazérseles sus çielos de madera bien labrada y pintada y dorada ricamente que son muy pequeñas. Hazer una reja de hierro bien hecha para el arco prinçipal de la Capilla que puede tener treze pies de hueco…”

La carga simbólica del convento de San Francisco en la Alhambra aumentó al convertirse, provisionalmente, en el enterramiento de los Reyes Católicos y motivó el que don Íñigo López de Mendoza, rompiendo con la tradición familiar, eligiese este lugar para su enterramiento, en vez del convento de Santa Ana de Mondéjar. Para ello obtuvo el patronato del mismo en 1508.

En el verano de 1515 el cuerpo del II conde de Tendilla fue enterrado en la Capilla del capítulo de dicho monasterio, pasando en 1523 al espacio de la capilla mayor que habían ocupado los restos de los Reyes Católicos.

Agradecimientos:
Juan Carlos Sánchez Gálvez, director del Parador de San Francisco, por su inestimable colaboración desde el primer instante en que le informé de mi deseo de dar a conocer la Capilla, la Qubba y la Cripta del convento de San Francisco cuando le solicité acceder a la cripta para que fuese fotografiada cada vez que subimos para hacer una sección de fotografías y por mostrarnos la documentación que posee. Gracias por todo lo que ha representado para nosotros esas atenciones.

Mayte Martínez Caro, por documentar fotográficamente con tanto mimo este trabajo de fotografiar la Qubba y la Capilla en todos sus detalles y la Cripta Real  del convento de San Francisco en todos sus aspectos.

Nicolás Cabello Martínez, Arquitecto Técnico, por acudir en mi rescate con su metro láser para la elaboración de la planimetría de la Capilla y la Qubba y de la Cripta Real del conveto de San Francisco la Alhambra.

A la Orden Franciscana y al personal que custodia el Archivo Franciscano por permitir el acceso a sus fondos históricos y por el cariño puesto en su relato y en sus explicaciones, cuantas veces fue preciso. 

Bruno Alcaraz Masáts ©