domingo, 26 de octubre de 2014

ESOS RINCONES DE GRANADA QUE, POCO A POCO, DESAPARECIERON…

LA ERMITA DEL CRISTO DE LA YEDRA.
La calle Real de Cartuja coronada por la ermita del Cristo de la Yedra.
Fotografía de principios del siglo XX.
El barrio de la Calle Real de Cartuja era un barrio cuyos vecinos estaban dedicados la mayoría, hasta hace pocas décadas, a las labores de la agricultura en la Vega de Granada, se les llamaba "ajeros o gargajosos", por el cultivo de ajos en la Vega.

En contraposición, a sus vecinos del Barrio de San Lázaro, que se les denominaba con el mote de "cebolleros", como cultivadores de cebollas, no menos apreciadas.

El barrio de los ajeros, en primer término y, al fondo, el barrio de los cebolleros.
El origen de la ermita se remonta al año 1708 cuando los vecinos del barrio, situado en el límite de la ciudad, decidieron tener una pequeña ermita, ya que no tenían suficiente población para no pertenecer a la Parroquia de San Ildefonso, y edificaron la ermita que dependía de esta parroquia, titular del terreno que ocuparía.

La ermita del Cristo de la Yedra fue dibujada por el granadino
Enrique Villar Yebra, que nació un 9 de Noviembre de 1922
en El Albayzín, en la placeta de Carvajales.
El Padre de la Chica Benavides en 1764 cuenta que: 
"...habiendo un Crucifixo de gran devoción con este título a media legua de Baeza...a donde acuden muchos Christianos en Romería, acordó alguno que se le diese este mismo
nombre, por devoción que tendría a aquella Soberana imagen".


Mosaico del Cincuenta aniversario del Stmo. Cristo de la Yedra
y Ntra. Sra. de la Caridad.
El culto era oriundo del santuario homónimo de La Yedra, aldea pedánea de Baeza (Jaén), cuyo origen se remonta a principios del siglo XV y se extendió por casi toda Andalucía, aunque la tradición granadina alude a la construcción de la ermita en 1708, debido a la presencia de una cruz de madera a la que se atribuyeron propiedades milagrosas.

Decidieron construir una pequeña ermita para celebrar misa, no sin antes tener un pequeño conflicto con la vecina parroquia de San Ildefonso la cual se oponía a la construcción del edificio.


Fotografía ampliada para ver la portada de la ermita del Cristo de la Yedra.
Aunque de pequeñas dimensiones tuvo que ser muy preciosa la ermita.

En 1750 fue fundida la campana de la ermita del Cristo de la Yedra.

Esta campana de "cuartos" era la que se colocaba en todas las ermitas y estaba construida sobre una cruz compuesta de pequeñas estrellas sobre calvario de 5 escalones, decorados con soles, a ambos lados tiene 2 pináculos de estrellitas bajo un yugo de madera en mal estado.

Tras el derribo de la ermita, la campana se trasladó y se encuentra hoy instalada en un muro de un pequeño patio interior del colegio del Cristo de la Yedra.


Fotografía del Cristo de la Yedra que presidía el altar de la ermita.
Todas las imágenes del interior se rescataron y forman parte del
patrimonio de la Hermandad del Cristo de la Yedra.
Era la ermita una obra de planta rectangular en ladrillo, que quedó destruida por una tempestad en 1811, siendo reconstruida a partir de 1818, según cánones neoclásicos muy semejantes a los de la ermita de San Miguel Alto.

La formaba una planta rectangular con un camarín sobresaliendo en la cabecera.

Su construcción y el estilo de su decoración hay que imaginarlo situándose en el dieciochesco  granadino, construido en ladrillo y decorada con yeserías talladas propias del barroco.


Documento de 1872 de la Cofradía del Cristo de la Yedra, donde se describen
las obligaciones de la Hermandad y de los Hermanos.
Tras la desaparición de esta primera ermita en 1811 a consecuencia de una tempestad, los vecinos volvieron a levantar una nueva ermita en 1818, de mayores dimensiones pero más humilde en su decoración.

Su fachada era de estilo neoclásico compuesto por cuatro pilastras enmarcando a sus lados dos ventanas y en el centro una austera portada sobre la que se situaba una ventana que iluminaba el interior.

Plumilla de la portada de la ermita del Cristo de la Yedra - 1940
Las pilastras sustentaban una cornisa con un frontón muy al estilo neoclásico como apuntábamos. Una importante espadaña flanqueada por dos pilastrillas toscanas remataba el conjunto. Mucho más austero era el interior, el cual presentaba sencillas bóvedas de cañón.

Con esta configuración pasaría el devenir de los años hasta que en 1933 con las insurrecciones anarquistas sufriera un primer intento de destrucción al intentar unos desconocidos prenderle fuego.

Pocos daños ocasionó este conato aunque sería una circunstancia natural lo que iniciará el principio del fin de este monumento.

Fotografía de la Hermandad en la Cuaresma de 1940.
Un terremoto acontecido en la ciudad en 1957 dejó a la ermita muy afectada además de hundir todas las dependencias anejas.

A partir de este suceso el deterioro de la ermita se irá agravando sin que nadie haga nada por su restauración.

Paradójicamente el mismo día, el 4 de mayo de 1962, que la Comisión de monumentos de Granada presentaba un informe destacando el valor que tenía la ermita dentro  del modesto barrio comenzó las tareas de demolición del edificio.

Parroquia de San Ildefonso, propietaria de la ermita del Santo Cristo de la Yedra.
La polémica que levantó este suceso apuntaba en un principio al ayuntamiento granadino quién autorizó la operación, aunque sería la Parroquia de San Ildefonso  quién inicio los trámites de este desastre al vender la ermita al Ministerio de Obras Públicas, el cual quería mejorar la intersección de la carretera Jerez-Cartagena por lo que no tuvo ningún inconveniente en demoler el oratorio.

Pocos años después se construiría al otro lado de la carretera un centro educativo para los niños del barrio que recogería el nombre de la desaparecida ermita.


Esta antigua ermita estaba ubicaba sobre un pequeño jardín entre Real de Cartuja y la Carretera de Murcia y como se aprecia en la actualidad, el terreno ajardinado no suple lo que antes ahí se asentaba siendo otra demolición en vano de muchos de nuestros monumentos. 

Algunos destrozos acaecidos durante las revueltas de 1933, amén de los daños del terremoto de 1957, afectaron su fábrica, siendo demolida en 1962 para ensanchar la carretera.

Fotografía de 1921 de la imagen del Cristo de la Yedra.
Al otro lado se construyó entonces el actual colegio del Cristo de la Yedra, en cuya moderna capilla se guarda el Crucifijo titular, del siglo XVIII.

Son varias las imágenes del Cristo de la Yedra con esta advocación en Andalucía, algunas de ellas con una importante significación ritual y festiva.

En la provincia de Granada en Válor las fiestas patronales del Cristo de la Yedra tienen una notable capacidad de atracción sobre el entorno comarcal.

De hecho, la imagen, datada en el siglo XVI, es considerada popularmente "el patrón de las Alpujarras".

Iglesia Parroquial de Válor (siglo XVI).
Dispone de un interesante artesonado de estilo mudéjar, así
como de la magnífica imagen barroca del Cristo de la Yedra
y una Inmaculada de la escuela de Alonso Cano.
Esto hace de su procesión del día 14 de septiembre un importante foco devocional, caracterizado por la afluencia de numerosos devotos provenientes de las poblaciones vecinas, y por la gran cantidad de cohetes que se lanzan durante todo el ritual, como testimonio de promesas cumplidas.

Con motivo de la fiesta tiene lugar uno de los rituales de moros y cristianos más elaborados de la provincia granadina: relaciones entre enemigos históricos y una muy cuidada vestimenta en ambos bandos con la representación de la toma del castillo y se celebran entre del 12 al 15 de Septiembre.

Cristo de la Yedra de Santa Gadea de Alfoz, destruido por abandono en 1917.
Son las fiestas más populares de la comarca, no sólo por su colorido sino por el derroche de pólvora que se realiza durante la representación.

La fiesta tiene su origen en el siglo XVI en las milicias civiles, conocidas entonces como "soldadescas", que tenían como objeto la protección de la población ante la posible llegada de los "moros".

El texto actual es del siglo XIX, estando atribuido a la granadina Enriqueta Lozano, poetisa que definió los personajes y sus papeles recogiendo lo que se contaba en Válor, se han transmitido por tradición oral desde antaño.

Postal de 1928 de ''Hermita de Nª Srª de la Yedra'' en Constantina (Sevilla)
Bruno Alcaraz Masáts ©

viernes, 17 de octubre de 2014

"Los Llamados Lunes De Aguas"
Vida y muerte del Infante don Juan, Príncipe de Asturias,
primogénito de las Casas de Aragón y Trastamara de Castilla, del que antaño decían
"murió en la Alhambra de una caída del caballo en Granada".

El infante don Juan, tartamudo y vulgar, según los historiadores de la época.
El primogénito de las Casas de Aragón y Trastamara de Castilla (Reina Isabel I del Castilla y Fernando V de Aragón) fue el infante don Juan, tartamudo y vulgar, según los historiadores de la época.

El príncipe español Juan como el niño Jesus.
Grabado holandés de finales de siglo XVII.
El 4 de octubre de 1497, pese a los denodados esfuerzos del famoso doctor Gonzalo de la Parra, fallece en Salamanca el infante Juan, hijo de los Reyes Católicos, cuando contaba 19 años, ya que nació en Sevilla el 30 de junio de 1478.

El día 3 de abril de 1497, en Burgos, contrajo nupcias con Margarita de Austria, hija del emperador Maximiliano, y era, según todos los cronistas de la época, la princesa más bella de su tiempo.

La infanta Margarita de Austria, con vestimenta de viuda,
según el retrato de Bernaerd van Orley.
Según Villar y Macías, en su Historia de Salamanca, en los funerales por el infante se vistió por última vez en Castilla la jerga blanca como señal de luto. Dato trascendente para los etnólogos que vienen estudiando las costumbres de aquella época, como ha escrito Ángel Carril.

Grabado de la época de Pedro Mártir de Anglería.
Una carta de Pedro Mártir de Anglería, que en su tiempo dijo "que en la cama lo agotó", dirigida al cardenal de Santa Cruz, Bernardino de Carvajal, en la que estos últimos motivos quedan explícitamente condensados:

"Pallet iam nimis, huius puelle amore pellectus, hic noster ephebus Princeps. Hortant medici Reginam, hortant et Rex, ut a Principis latere Margaritam aliquando semoveat, interpellet indutias precantur, pretestant periculum ex frequenti copula ephebo imminere."

(Pérez Priego, op. cit., p. 21).

("Preso del amor de la doncella, nuestro joven Príncipe vuelve a estar demasiado pálido. Tanto los médicos como el Rey aconsejan a la Reina que, de cuando en cuando, aparte a Margarita del lado del Príncipe, que los separe y les conceda treguas, pretextando el peligro que la cópula tan frecuente constituye para el príncipe").

Otros historiadores le darían una muerte más honrosa, romántica y menos putañera:

"murió en la Alhambra de Granada de una caída del caballo en Granada".

Aunque la realidad fue otra bien distinta.

El Príncipe de Asturias Juan con su hermana Catalina.
Grabado alemán de la Época Dorada, hacia 1751.
En el siglo XIV, se extiende por toda Europa una ola de moralidad que reglamenta el desempeño de la prostitución. Durante años los distintos estados habían estado luchando para hacer desaparecer de las calles a las mujeres que desempeñaban tan antiguo oficio, fracasando en su intento. Al no poder conseguirlo dictan normas que obligan a las prostitutas a segregarse dentro de un determinado espacio reservado exclusivamente para trabajadoras que ejercen dicho arte.

Este afán reglamentista no llegará a España hasta finales del siglo XV, principios del XVI., cuando empiezan a estructurarse normas, auspiciadas por los Reyes Católicos, con una concisa reglamentación para el desempeño de este oficio que se realice dentro de las Casas de Mancebía.

Sabemos por Alonso Canales que Diego Fajardo existió realmente y que a su padre, Alonso Fajardo, de una familia noble de Guadalajara, los reyes le concedieron en 1486 el privilegio de establecer mancebías, en recompensa por sus hazañas militares en la reconquista. 

Puente Romano del río Tormes a su paso por Salamanca.
Al morir Diego Fajardo, su viuda, Leonor de Mendoza, consigue que su hijo Luis Fajardo le ceda la mancebía, y ella convierte las mancebías en beaterios de arrepentidas donde catequiza a algunas rameras.

En 1496 los propios Reyes Católicos nombraron a su hijo, el infante don Juan, Señor de Salamanca. Un año más tarde el infante don Juan -como ya hicieran sus padres con el padre de Diego Fajardo- concedía a García de Albarrátegui, su compañero de caza y mozo de ballesta de los Reyes, un privilegio para construir una casa de mancebía en la ciudad de Salamanca.

El proceso había empezado con Alfonso XI quien autorizó el burdel de Sevilla. 

Las razones se constatan con frecuencia en la documentación y hay tres principales: el miedo a la extensión del crimen nefando y bestialidad que era muy común en el campo, donde vivía el 80 por ciento de la población; segundo, el miedo al otro pecado nefando o crimen contra natura, la homosexualidad, a la que se atribuía la debilidad del reino de Nápoles; y tercero, un deseo de despejar las calles de "las cantoneras".

Distinciones ente mujeres enamoradas, cortesanas, rameras y cantoneras.
El infante don Juan, hijo de los Reyes Católicos, decide crear en 1.497 una casa conocida como mancebía debido a la numerosa presencia de mujeres de "vida alegre" en la ciudad. Ese mismo año muere a la edad de 19 años el hijo de los Reyes Católicos y Príncipe de Asturias. 

Muere, durante su estancia en Salamanca, en extrañas circunstancias, consumido por una debilidad extrema que degeneraría en "una tisis galopante". Tenía sólo 19 años y acababa de casarse y Alicia, una de las prostitutas con las que se acostó el príncipe don Juan en la mancebía Salamanca, aparecería muerta en el pilón de una fuente.

El dictamen oficial afirmaba que su muerte se debía a un esfuerzo en su amor matrimonial por dejar un heredero, pero el pueblo comentaba que la causa había sido la enfermedad contraída en su alterne con ciertas mujeres.

La mancebía, que fue sometida a concurso mediante pregón, se situó al lado del Colegio de Fonseca y se establecieron ciertas normas: la profesión no podía ser ejercida por mujeres casadas, con padres en esta ciudad, ni mulatas.

Grabado de Margarita de Austria en la adolescencia .
Grabado austriaco del siglo XVII.
Antes del anochecer, las mujeres debían recogerse en esta casa y permanecer en ella toda la noche. Aquellas que ejerciesen y salieran por la ciudad debían llevar las puntillas de sus enaguas de color gris parduzco como distintivo, de ahí el conocido dicho "ir de picos pardos".

La multa por no llevar la indumentaria ascendía a 300 maravedíes, y estaba prohibido ejercer en días de fiesta, en Cuaresma y Vigilia.

Felipe II dentro de su rectitud cuasi monacal queda perplejo con tamaño espectáculo y lo primero que hace es promulgar un edicto en el cual ordena que durante los días de Cuaresma y Pasión la prohibición de comer carne se haga extensible en todos los sentidos, y para evitar conductas que conlleven pecado carnal, obliga a que las prostitutas sean expulsadas de la ciudad, y conducidas extramuros (al llamado Arrabal del Puente, en la orilla izquierda del Tormes) durante el citado periodo cuaresmal, poniendo además como condición que ninguna sea osada de acercarse a menos de una legua de los límites de la ciudad so pena de sufrir gran castigo.

Dicho y hecho, a partir de este edicto, las prostitutas de Salamanca abandonaban la ciudad antes de comenzar la Cuaresma y el tiempo de abstinencia, y desaparecían de ella de manera temporal, recogiéndose en algún lugar al otro lado de río Tormes.

Grabado donde se representa al "Padre Putas"
caminando acompañado de la Muerte.
El "Padre Putas" era el encargado del orden del barrio y de que las mujeres pasaran las revisiones médicas. La función por la que era conocido es la que ha dado lugar al famoso "lunes de aguas".

El padre putas reunía a todas estas mujeres el Miércoles de Ceniza para sacarlas de la ciudad y llevarlas al otro lado del río, donde pasaban los 40 días de Cuaresma.

La octava de Pascua, 8 días después de la Resurrección, los estudiantes partían a buscar a las mujeres en barcas, ya que éstas no podían pasar por el puente romano. Las barcas iban adornadas con abundantes ramas, por lo que acabó llamándose "rameras" a las mujeres que albergaban en la mancebía.

Postal de Salamanca.
El río Tormes atravesando el Puente Romano.
Esa tarde toda la gente de la ciudad se acercaba al río para cotillear y festejar el alborozo de estudiantes y mujeres de vida alegre. En este día de campo se merendaba el hornazo, una empanada a base de harina de trigo rellena del mejor jamón, chorizo y lomo de la casa, acompañado de un buen vino.

Hoy cada lunes de aguas los salmantinos salen al campo y algunos se acercan hasta las orillas del Tormes para festejar este día acompañados del hornazo, que también sirve acompañamiento habitual en sus meriendas o celebraciones familiares.

"En el repertorio luctuoso marroquí figura como "endecha" el romance clasificado como "La muerte del príncipe don Juan", cuyo incipit es "De Burgos partió ese rey..."

El número 11, cantado por Alicia Bendayán, de Tetuán (Marruecos), grabado en 1983, en Ashkelon

"De Burgos partió ese rey, de Burgos pa' Salamanca,
y en mitad de aquel camino del cielo cayó una carta.
-Tomadla, mis caballeros. tomadla bien y notadla.
-Para vos, mi señor rey, para vos era mandada. 

Malo y estaba ese rey, ese rey de Salamanca,
malo está de calentura, que otro mal no se le añada.
Ya mandan por los doctores, doctores de toda España,
todos dicen a una boca: -mi señor no tiene nada. 

Si non era el más chiquito, que Sebastián se llamaba,
de rodillas en el suelo. el pulso le demandara:
-Perdón, perdón, mi señor rey, por estas tristes palabras
tres horas tiene de vida, la una y media ya es pasada.

Ellos en estas palabras, su madre por ahí entrara:
-dónde estabas tú, mi madre, mi madre, la desdichada?
-Rogando iba a Dios del cielo que troque alma por alma.
-Tarde recordatis madre la sentencia ya está dada,
tres horas tiene de vida, la una y media ya es pasada.

Ellos en estas palabras, su esposa por ahí entrara,
un velo negro en la cara y una soga en la garganta.
Y a todo esto, señores, la infanta queda preñada:
si la infanta pare niño, rey será de toda España,
si la infanta pare niña, reina es de Salamanca."

Menéndez Pidal y esposa, durante su viaje de novios por el valle del Duero, se toparon casualmente con una pastora que les recitó el romance, en el año 1900:

"Si la infanta pare niña, 
reina es de Salamanca; 
si la infanta pare niño,
rey será de toda España".

La debilidad del príncipe de Asturias, junto con los ardores sexuales propios de la juventud de los cónyuges y "otros ardores distintos", acabaron por quebrar su precaria salud.  

No en vano, el duque de Maura, erudito de la mitad del siglo XX, tituló su obra dedicada a la biografía de don Juan con estas esclarecedoras palabras:

                                          "El príncipe que murió de amor…". 

Óleo de la Virgen de los Reyes Católicos (hacia 1480)
Único óleo donde figuran los hijos mayores de los Reyes Católicos:
El Infante Juan (1478-1497) y la Infanta Juana (1497-1555)
Escuela flamenca - Museo del Prado.
Virgen de los Reyes Católicos (hacia 1480) 

"Maestro de la Virgen de los Reyes Católicos" es el nombre asignado por la historiografía, en espera de poder asociarlo de forma fehaciente a alguno de los pintores hispano-flamencos conocidos, al maestro anónimo autor de la tabla Virgen de los Reyes Católicos, procedente del Real Monasterio de Santo Tomás de Ávila y actualmente en el Museo del Prado, y que fue pintada hacia 1480.

Esta pintura muestra a los Reyes Católicos en la postura que adoptaban tradicionalmente los benefactores de las órdenes religiosas en la Edad Media.

La tabla recoge dos ventanales del paisaje del convento de Santo Tomás de Ávila, que fue la sede del primer tribunal de la Inquisición en España, que sería decisiva para exterminar el protestantismo y el judaísmo.

El paisaje se describe en sus más mínimos detalles. De esto y de la iluminación de todas las figuras, se deduce que el autor es un pintor flamenco.

A la derecha, detrás de la reina Isabel, figura santo Domingo, fundador de la orden (1170-1221) con su atributo, una azucena, símbolo de castidad y el libro abierto alude a la regla de su orden y tras él, el confesor de la reina Isabel y la infanta doña Juana (1497-1555).

A la izquierda, detrás del rey Fernando, figura santo Tomás (1225-1274) sosteniendo una maqueta de iglesia conventual para ofrecerla a la Virgen, según la costumbre iconográfica.

Detrás del rey está presente fray Tomás de Torquemada, el primer inquisidor general y, entre ambos, aparece el infante don Juan (1478-1497)

Texto descriptivo de la obra "Virgen de los Reyes Católicos"
aportado por Eva López-Amat Acosta.
Bruno Alcaraz Masáts ©

lunes, 13 de octubre de 2014

La Casa de las Chirimías de Granada
y
Las chirimías suenan
en 'Los Tristes' 300 años después.

La Casa de las Chirimías en Granada fue levantada en 1609
y era para uso oficial del Cabildo de la Ciudad de Granada
en los actos públicos y fiestas populares en el río Darro

A comienzos del siglo XVII, en el año 1609, en los terrenos cedidos por los Señores de Castril, el Cabildo de la Ciudad de Granada construyó la plaza o ensanche en el lugar conocido como Paseo de la Puerta de Guadix Baja, que hoy ocupa el Paseo de los Tristes o Paseo del Padre Manjón y, cuando se remodeló esta zona de la ciudad, con cargo a las rentas y propios de la ciudad, puso una fuente que indicaba el lugar donde, antiguamente, se celebrarían las fiestas de toros y juegos de cañas, ya que se cubría el río Darro con un gran tablao para formar un escenario donde celebrar corridas de toros, obras de teatro, verbenas y juegos de cañas, por lo que transformó el espacio público del Paseo de los Tristes en un referente que siempre ha sido un lugar muy animado, aunque a partir del XIX, se desplazaría el eje lúdico-festivo de la ciudad a las riberas del río Genil.

Documento y textos aportados por Rogelio Gámez Lopez,
bibliotecario en la Universidad de Granada:
"En 1861, se emite el título de propiedad de la casa de las Chirimías a favor del Convento de religiosas Agustinas Recoletas del Santísimo Sacramento de Granada. 

El Paseo de los Tristes, llamado en la antigüedad paseo de la puerta de Guadix, fue hasta el siglo XIX uno de los más concurridos, y en él se celebraban fiestas de toros y cañas, para lo cual se cubría con andamiaje el cauce del río Darro.

Según Gallego Burín se hizo en 1609, en terrenos cedidos por los señores de Castril, y allí se construyó la Casa de las Chirimías ese mismo año para la música de chirimías y trompetas que animaban los espectáculos.

Se trata de un pequeño edificio cuadrado con su cuerpo alto en forma de torrecilla, y en cuya fachada aparecen los escudos de Granada".

Cuando en 1801 se creó el Cementerio Municipal de Granada en la colina de la Sabica, siendo el segundo más antiguo de España, en el Paseo de los Tristes terminaban antiguamente los entierros en Granada y se despedía el cortejo en este lugar, en el que era un signo de distinción social saber cuántos ''veleros'' iban, que eran hombres que se situaban en la cercana iglesia de Santa Ana, en Plaza Nueva, a la espera de ser contratados para portar una vela encendida en la comitiva fúnebre que iría por la Carrera del Darro en silencio. Por la Cuesta del Rey Chico, también llamada Cuesta de los Chinos, los hombres subían al muerto a lomos de una mula hasta el Cementerio Municipal, rodeando las murallas y torres de la Alhambra, y es por ello que a esta cuesta también se la conoce en Granada como la Cuesta de los Muertos.

Antonio Gallego y Burín escribió una descripción del lugar, que recoge toda la magia de su paisaje:

‘’Desde este paseo, la visión de la Alhambra ofrece un aire heroico: fortaleza asaltada por la frondosidad de los árboles, que acarician y quiebran las líneas de sus murallas y que, desde el siglo XVII, ha variado poco sus perfiles, a juzgar por el cuadro que, firmado en 1636 por
Juan de Sabis, existe en el Palacio Arzobispal’’.


Esta pintura del Paseo de los Tristes es una copia anónima
del siglo XVII de la obra pintada por Juan de Sabis en 1636
y que estaba conservada en el Palacio Arzobispal de Granada.
En ella figuran la Casa de las Chirimías y la fuente.

La antigua fuente erigida en 1609, y que se ve en la anterior pintura, llevaba la siguiente inscripción:

“Granada mandó hacer esta obra siendo corregidor en ella Monse
Rubí de Bracamonte Dávila, señor de las villas de la Fuente, el
Sol y Cespedosa, comendador de Villarubia y alcaide de la
fortaleça de Calatrava del consejo de su Magestad''


En el lado Oeste del Paseo de los Tristes se edificó en 1609 una pequeña torre-mirador, cuadrada en su base, que contaría con una planta baja y dos alturas, con balcones adintelados y que originalmente estaba exenta, construida con fábrica de ladrillo, destinada al uso del Cabildo de Granada y de sus alguaciles, con el fin presidir los actos públicos y las fiestas populares que en el lugar celebraría la ciudad y así tener una representación institucional.

En la planta baja se instalaban los alguaciles, que eran los oficiales inferiores y eran los ejecutores de los mandatos del Alcalde y de los Caballeros Veinticuatro del Cabildo de la Ciudad de Granada, y los ministriles, que eran una autoridad de menor rango que ostentaban unos cargos de escasa relevancia.

En la primera planta se reservaba al Alcalde de la ciudad y a los Caballeros Veinticuatro, que era el nombre que se daba a los regidores del Ayuntamiento de Granada, debido a que este fue el número de regidores asignado a Granada por la Carta de Privilegio dada por los Reyes Católicos el 20 de Septiembre de 1500.

En la segunda planta, se situaban los músicos que, entre otros instrumentos, tocaban las chirimías, que por su sonido singular darían el nombre al edificio, cuyo interior se articulaba en torno a la caja de escalera.


El escudo de la ciudad se situó entre las enjutas de los arcos superiores, siendo flanqueado
por dos granadas, como señal de que su construcción había sido promovida 
por el Cabildo de la Ciudad de Granada.

En el siglo XVIII, la casa de las Chirimías se vendió, pasando en el siglo XIX a ser pasando su uso al de alojamiento, siendo recuperado por el Ayuntamiento, para la ciudad, en el siglo XX, cuando ya, en la década de los años 90, es rehabilitada por los arquitectos J. Gárate Rojas y J. Gallego Roca.

Junto a esta Casa de las Chirimías, uniendo las dos orillas del río Darro, se encuentra el Puente de las Chirimías, que cuando se construyó en 1882, cubrió el antiguo puente árabe “Qantarat Inb Raxiq”, o “Puente del Hijo de Raxiq” por el que se accede al Carmen de las Chirimías y al Hotel Reuma.

El Carmen de las Chirimías, en la otra orilla,
según pintura al oleo de Ricardo Santacruz de la Casa.


Muestra de c
hirimías simples y de chirimías de doble tubo
que permiten hacer música con armónicos


La chirimía es un antiguo instrumento musical de viento, antecedente del clarinete, hecho de madera y aunque las primeras chirimías datan del siglo III a.C., como son las 3 chirimías egipcias y las 2 chirimías árabes del Museo de Topkapi, en Turquía, es en el siglo XIII cuando se difunden por toda Europa, y éstas eran ya en el siglo XVII algo más evolucionadas en su construcción, aunque mantuvieran su sonido y hoy en día se siguen fabricando, que solo había variado el modelo de la misma en Europa, han evolucionado durante los últimos 700 años, debido a que su construcción es la de un instrumento meramente artesanal, de diseño sencillo y a los países donde ha sido utilizada. La simplicidad del instrumento le dio mucha popularidad, pero relativa inserción en la música clásica.

Las primeras chirimías eran de 4 agujeros en la parte delantera y dos en la posterior, y ya a finales del siglo XVIII y principios del XIX, los ingleses comenzaron a fabricar el instrumento con 6 agujeros en el frente, tanto en madera como en metal.Un luthier inglés, William Bainbridge, patentaría en 1810 un instrumento de doble tubo, que permitía interpretar canciones con armónicos. También inventó una chirimía triple, con digitación similar a la de una ocarina.

A finales del siglo XV es llevada por España a las colonias de América, y en la época renacentista se le mencionaba como “dulzaina o gralla”.La Chirimía sería utilizada en Colombia y en Méjico, en donde tiene un fuerte significado en el folklore. Hoy es un instrumento de madera que estaba casi totalmente desaparecido por ser difícil su ejecución, pero que ha recuperado su popularidad y sus músicos han vuelto a recuperar su sonido, que se aproximaría al de la gaita escocesa y que exige un considerable esfuerzo pulmonar. Siempre se ha dicho que el sonido de una chirimía se produce realmente en la garganta del músico.En Méjico se suele usar en las corridas de toros.

Dice la historia sudamericana que la Chirimía llegó con los frailes franciscanos, quienes enseñaron a los indígenas su sonido y su interpretación y con la que participaban principalmente en fiestas y ceremonias religiosas, como las fiestas del Corpus, figurando detrás de vírgenes y santos como en las procesiones españolas.


  
Chirimías egipcia, española y árabe

A lo largo de su historia, y debido a su gran extensión mundial, la chirimía ha recibido en cada país un nombre distinto para el mismo instrumento, siendo sus nombres, por continentes:

Europa:

España: Chirimía, Flajeolet, Flajolé

Francia: Flageolet, Flajol, Flajolet, Flajolez, Flute douce

Inglaterra: Flageolet, Floyle
Alemania: Flageolett, Pikkeflöte, Pikkolo
Turquìa: Kaba Zuma, Kaba Zurna, Zurna
Italia: Flaute piccole, Piccolo
Austria: Flageolet francés

América del Sur:

Colombia: Chirimía, Dulzaina
Guatemala: Chirimía, Pínfano
Bolivia: Gralla
Méjico: Chirimía dulzaina, Chirimía de Autlán

África:

Marruecos: Ghaita
Túnez: Mizmar
Egipto: Sib
Kenya: Zumari
Argelia: Douz
Mauritania: Ghaita Dhaib
Líbia: Douz Dhima

Asia:

Iran: Sorna
Pakistan: Sharnai
Tibet: Rgya-Gling
Sri Lanka: Souz
Tailandia: Pi nai
China: So-na
Taiwam: Sou-Nam
Vietnam: Sou Naip
Malasia: Gling So

Los egipcios se proclaman a si mismos como los músicos creadores de la chirimía, ya que ésta aparece en pinturas de varias mastabas y tumbas faraónicas, figurando en la tumba de Djeser-Kere-Somb, en Tebas, donde aparecen varias mujeres dedicadas al arte de la música con una lira, una chirimía doble, un crótalo, una citara y un arpa de pie, siendo esta la imagen mas antigua atribuida a una chirimía.


Pintura de la tumba de Djeser-Kere-Somb, en Tebas donde aparecen, de izquierda a derecha, una lira, una chirimía doble, un crótalo, una citara y una arpa de pie 

Las chirimías suenan en 'Los Tristes'
300 años después.


 La compañía Teatro para un Instante recreó el uso que tenía ese emblemático edificio

Diario IDEAL , de Granada
17 de Noviembre de 2013

El sonido de las chirimías, el instrumento con el que se anunciaban eventos y espectáculos en el siglo XVIII, vuelve a oírse en el Paseo de los Tristes, desde el balcón de la Casa de las Chirimías, recién restaurada. Músicos, actores, hombres y mujeres ataviados con trajes de época, representaron lo que era habitual en la Granada de hace 300 años. Fue para conmemorar el Día Internacional del Patrimonio Mundial.



La compañía Teatro para un Instante recreó el uso que tenía ese emblemático edificio, que se sometió a una rehabilitación integral en el año 1982, después de que fue comprado por el Ayuntamiento. El Paseo de los Tristes fue siempre un lugar de reunión de los granadinos desde el siglo XVI, y en esa explanada se celebraban desde verbenas a corridas de toros que los ciudadanos podían contemplar en unas gradas colocadas sobre el río. 


Desde la Casa de las Chirimías, donde se ubicó el Cabildo de Granada, se asomaban los alguaciles y los ministriles en la planta baja, el corregidor y los alcaldes en la primera planta y los músicos, con trompetas y chirimías entre otros instrumentos, en la planta alta.


La música servía para amenizar los juegos de cañas y los toros. Esa esencia fue lo que se reprodujo en la Casa de las Chirimías, a lo largo de todo el día, dos veces por la mañana y otras dos por la tarde.


Todo un espectáculo y una sorpresa para los muchos visitantes y granadinos que pasaron por la plaza y el paseo de Los Tristes.

Las fotografías de la noticia son del periodista gráfico Alfredo Aguilar.