Practicada por la mayoría de los pueblos antiguos, la esclavitud era también conocida en Israel (Gn. 17, 12; Ex. 21, 1.11; Lev. 25, 39-40; Deu. 15, 12-18; 21, 10-12; 2 Rey. 4, 1; Am. 2, 6; 8, 6; Neh. 5, 5). Sin embargo, la ley israelita no permitía un dominio total sobre el esclavo (Ex. 21, 20.26; Eclo. 7, 20; 33, 25-33); e incluso, si se trataba de esclavos hebreos, debían ser liberados al séptimo año (Ex. 21, 2; Deu. 15, 12-15.18; Jer. 34, 8-9), o al menos en el año jubilar (Lev. 25, 8-10.39).
El Nuevo Testamento a primera vista parece tolerar la esclavitud (1 Cor. 7, 20-24; Ef. 6, 5-9; Col. 3, 22-25; 4, 1), pero en el fondo la considera anticristiana " por eso la verdadera esclavitud es la del pecado (Rom. 5, 12-14; 6, 6.16.20; 7, 13-23), de la que Cristo nos libera (Rom. 7, 25) "que y pone los fundamentos para su total abrogación" (1 Cor. 12, 13; Gal. 3, 28; Ef. 6, 5-9; Col. 3, 11; 4, 1; Flm. 1, 16).
Los discípulos de Cristo, por su parte "que ya no son esclavos, sino hijos que gozan de plena libertad" (Jn. 8, 31-36; Rom. 6, 17-18; 8, 14-17; 1 Cor. 7, 22; Gal. 4, 1-7; 1 Jn. 3, 1) "deben convertirse en «esclavos de la justicia» (Rom. 6, 18) y hacerse «esclavos los unos de los otros por amor»" (Gal. 5, 13).
En las predicaciones primeras del cristianismo si se pedía ya la igualdad, pero no era esta igualdad civil, sino la igualdad ante Dios. Aquel cristianismo nunca pensó en abolir la esclavitud existente, ya que nunca trabajó ni mejoró la suerte del esclavo.
Este antiguo estado de la esclavitud no se abolió, solamente se transformaría en servidumbre, ya que el antiguo esclavo podía ser muerto, mutilado o vendido sin ninguna pena para sus propietarios.
En el Concilio de Elvira (Siglo II) se recogía que, a la mujer que matase a un esclavo, se le había de imponer tan sólo como pena siete años de penitencia.
El Fuero Viejo de Castilla equiparaba al esclavo a las bestias, ya que en la Ley IV del Título III (Libro II) se decía:
El Fuero Juzgo que se utilizaba en tiempos del rey Alfonso X el Sabio, y en el que, en varias ocasiones, figuran entre paréntesis palabras del castellano actual y dado que aún no existía la palabra esclavo, se adoptaba una palabra derivada de "eslavo" en los tiempos en que los esclavos del sur de Europa procedían de estos pueblos centroeuropeos.
Utilizaban en época visigoda tres palabras: "mancipia, servi, ancillae" y en tiempo de Alfonso X el Sabio se registra la personalidad jurídica de "siervo", como entidad propia, y se le reconocen derechos; así, el que matase a un siervo, mataba a un hombre y, como pena y condena, éste debía ser desterrado perpetuamente y desposeído de sus bienes.
Del Privilegio otorgado por Alfonso X el Sabio en 20 de Junio de 1277, queda consignada la idea generalizada de la época de la Escuela de Traductores de Toledo, en la que no faltaron árabes:
"Todas las cosas mostrencas, asi como
En dictamen 239 aprobado en el Concilio de Mérida (666) se hace una prohibición expresa a obispos, clérigos y sacerdotes de causar maltrato corporal al esclavo mediante la mutilación, ordenando dicho dictamen que se entregue al esclavo al juez secular.
Esto vino a poner de relieve nuevos datos:
1 – La Iglesia Católica tenía esclavos al servicio de obispos, clérigos y sacerdotes de diócesis importantes.
2 – Cuando se prohíbe a obispos, clérigos y sacerdotes la mutilación del esclavo lo es porque alguna vez, por algunos, se hizo. Se recogen, al menos, dos precedentes iguales en seis documentos diferentes, en un periodo de 59 años:
Un texto de la época, fechado en Palencia en 691, recoge un eufemismo para describir una situación real, así, donde se habla de los malos tratos a esclavos, se dice de Obispos y Prelados que “los labios de la Iglesia se convierten en ajenjo y acíbar”.
En la Historia del Obispado de Acci (Guadix) y Basti (Baza), al norte de la provincia de Granada y publicada en Madrid por P. Suárez en 1696, se habla de la esclavitud destinada a satisfacer los caprichos sexuales de sus dueños, recogiendo los casos del Capitán D. Pedro Guiral, de Diezma o del Cabildo D. Diego Silva, de la catedral de Guadix, en concreto.
El obispo Felix, de la Silla de Acci, que presidiera el Concilio de Elvira, acaparó la regulación del hecho esclavista en la zona y por sus intervenciones se adoptó, en cierto modo, una actitud anticrítica o permisiva a favor de la esclavitud, dado que el Comites Gudiliuva construyó las iglesias de Acci y Basti con sus esclavos propios.
El obispo Fonseca, de la diócesis de Guadix y Baza, era señor de esclavos cuya propiedad transmite a sus herederos en testamento fechado en 12 de Septiembre de 1601.
En Guadix era costumbre, a partir de 1510, herrarlos, como si de animales se tratase, directamente sobre la piel, con la leyenda o marca “guadix” y en Baza se les herraba al cuello, mediante una argolla, sobre la cual los clérigos ponían la advertencia de su propiedad ecleciástica: “soy del maestrescuela.... de Baça”, para su recuperación en caso de fuga.
La denuncia de Fray Bartolomé de las Casas quizás sea un hito histórico, pero la documentación histórica existente viene a decirnos que, durante 2796 años, ha existido la esclavitud en Europa, desde el primer documento encontrado en Éfeso, fechado en 785 a.C., y que la esclavitud en Europa y América se reduce, en nuestra tradición histórica, a anécdotas y no a análisis.
Cristóbal Colón repartió entre los cristianos a los “sometidos para ser esclavos”, pero la denuncia de Fray Bartolomé de las Casas era clara: sólo interesaba a la Iglesia de Roma la salvación de las almas en la primitiva Isabela. Más tarde llegaría un nuevo hecho: Importar negros de África, en sustitución de los nativos, que fallecían de enfermedades y mala alimentación.
Uno de los más importantes y mayores esclavistas de ese llamado Nuevo Mundo sería el granadino, natural de Baza, Dº Manuel de Yllanes (1530 / 1585), el cual traficó con esclavos en Puerto Rico.
Llegaba allí después de conocer en 1568 / 1570 el aumento de esclavitud en el Reino de Granada y se hacían sacas de esclavos para los reinos de Castilla y Aragón y para el condado de Barcelona.
El esclavismo en la España cristiana del musulmán enemigo hecho prisionero tuvo dos nombres:
- Mudéjar, utilizado hasta 1492 y en desuso en 1500.
El cristiano apresado era esclavizado en tierras africanas, a donde llegaba a través de abordajes de naves en el Mediterráneo o de las incursiones berberiscas a las costas del sur de España, Italia o Grecia.
Charles Verlinden, de nacionalidad belga, es quien escribe sobre el Medievo y su cara oscura y oculta: la esclavitud, en su libro “L’esclavage dans la Europa Medieval: Peninsule Ibérique – France”, publicado en Brujas, y que hoy se admite como el referente de un nuevo estado de actitud de los historiadores: el análisis de un hecho y la denuncia social.