domingo, 5 de octubre de 2008

Cuadernos Andalusíes de Granada
- nº 1 / 1997 -
Asociación Cultural Medina Andalusí
y
Excmo. Ayuntamiento de Granada

Número Extra Dedicado a
Federico García Lorca y los Poetas de al-Ándalus

- I -

Prólogo

"Granada Siempre Será
Un Mundo Que Recomienza"

(Verso de Ibn al-Jatib)

Rafael Alberti, en un poema dedicado al arabista madrileño Emilio García Gómez, confiesa:

"Nunca fuí a Granada..."

Hoy, un sefardí o un morisco que habite en el Magreb o en la curva del Niger, podría expresarse así:

"Nunca fuí a al-Ándalus..."

Nunca ha recorrido las sinagogas de Toledo, las sendas de la Alhambra y de Medina Azahara, cenáculos de las letras y artes. Nunca ha subido al alto alminar de la Giralda o a la Torre de la Vela, desde donde se oteaba y alumbraba la noche medieval del esplendor de al-Ándalus, haciendo de España "el más importante centro cultural del mundo en la Edad Media" (G. Sarton); la cultura árabe depositada en estas tierras durante 781 años de presencia y 122 años de dominación cristiana, hasta la expulsión de los moriscos.

Compartir el pan y la sal de la amistad y de la nacionalidad con españoles tan universales como Averroes, Ibn al-Jatib, Maimónides, Ben Quzman, Ibn Zaydun, Ibn al-Arabí o al-Mu'tamid, el rey poeta de Sevilla... que son universales como todo hombre que da con la verdad.

Debería hacerse un inventario con la mente y desde el corazón de esos más de 9 siglos, un periodo rico y largo, con aportaciones decisivas al arte de la edificación, a las letras y a las ciencias, a la agricultura y al derecho y aprender a reescribir el usos de esas 5.000 palabras (vocablos, voces, términos o apellidos) que nos ha legado la presencia de la cultura islámica de al-Andalus.

El decreto de expulsión de gente española de 9 de Abril de 1609, firmado en tiempos de Felipe III, hasta que el duque de Lerma, en un 20 de Febrero de 1614, en que se dió por practicamente concluida dicha expulsión, haría escribir a Ibn al-Albbana:

"¡Ay, cuánto llanto se llevaba el agua!"
"¡Ay, cuántos corazones se iban rotos,
en aquellas galeras insensibles!"

y aún se cursarían instrucciones para "perfeccionar e amejorar" durante dos años más.

El principal conflicto para el sefardí o para el morisco expulsado a la otra orilla del mar fue pretender "arrancarse" esos siglos del tronco común histórico, olvidando que una Historia no se inventa, ya que la convivencia es algo propio del nexo social y era como arrancar el alma o "suicidar" las raices del ser colectivo, quitando del discurso histórico las palabras y los verbos a las que le dieron sentido los poetas y las poetisas del al-Ándalus.

Pero el instinto, la sensibilidad y la inteligencia harían que ese traumatizantedesgarro se dualizara para permanecer, de una parte, conservando la música y la poesía del Reino de Granada y, de otra parte, manteniendo la realidad histórica de al-Ándalus en su "nueva cultura", ya que elaboran su cultura en una lenta dinámica incluyente, no excluyente, aunque sin llegar a despejar su "enigma histórico" sobre identidad cultural y pasado.

La memoria de la Historia de al-Ándalus conoce de una indicación común a todas las historias:

Que la intolerancia, del orden que sea, condiciona los espíritus creadores de un pueblo, mata las preguntas y desvirtua lo mejor del ser humano.

De la lectura oculta de los hechos históricos de una época determinada, a través por su poetas y poetisas y pensadores, nace ahora una voluntad de desandar el camino, de recuperar nuesra historia, de exorcizar los prejuicios y los tópicos.

Al despertar actual del mundo islámico, correspondemos cada día más, por derechos de historia y cultura comunes, con un conocimiento puntual de los hechos pasados y un reconocimiento generoso, por parte de la ciudad de Granada, de tantas cosas cercanas y comunes como tenemos con el mundo islámico.

En las palabras que Ricote, el morisco que regresara desde el Magréb y que se esconde tras la expulsión de 1609, aún sabiendo el grave riesgo de ser detenido por la Santa Inquisición, cuando le dice a Sancho Panza en Don Quijote de La Mancha:

"Do quiera que estemos,
lloramos por España,
que en fin nacimos en ella
y es nuetra patria natural"

Ibn Zaydun diría una triste constatación, que sigue siendo verdad:

"¡Ay... qué cerca estuvimos
y ahora qué lejos!"

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II

- Introducción -

El Corán contiene una sura denominada "de los poetas", en la que éstos quedan definidos como "embusteros", aunque sea retóricamente y pueda interpretarse como una definición de la "irrealidad", del convencionalismo esencial a toda lírica.

El Profeta cedió ante la poesía y así el "Diwan al-Arab" (Archivo de los Árabes) fue prohijada por el Islam, dando entrada a la poesía puramente religiosa (ascética o mística), alguna muy notable, pero el sello musulmán de la poesía profana escrita en al-Ándalus es un campo de experimentación para el estudio de la islamización en los paises no árabes en los que penetró el Islam.


En todas las civilizaciones y en todas las lenguas la literatura empieza por la poesía y no por la prosa.


El prestigio de la creación literaria en al-Ándalus no ha estado siempre a la altura de la importancia y de la originalidad de una tradición literaria de milenios, pero aún está presente en la actualidad.


La idea que se percibe hoy de esa poesía de al-Ándalus es la de que es un terreno acotado para eruditos y aficionados al mundo árabe. Con ello quiere decirse que, aunque no se le reconozca un pasado prestigioso, es raro que se la perciba como parte del panorama literario marginal. Esta relación actual con la literatura no es fortuita, sino que a su manera refleja el intercambio que se ido implantando en el panorama literario con otros planos de la cultura, con los efectos retroactivos que ello tiene sobre el diálogo entre culturas.


La corriente central de la poesía de al-Ándalus es profana y representa, junto con la arquitectura y la cultura del agua, una de las grandes peculiaridades de al-Ándalus.
La convivencia de dos poesías - la árabe y la romance - es todavía un aspecto original importante.

Aunque se ignoraron en un principio, se fundirían en nuevos géneros que quedaron sometidos de inmediato a un doble proceso, primero de "adaptación" y luego de "reabsorción. El análisis de este proceso andaluz con esa esperanza de hispanizarla y elevarla a una poesía equiparable a la de Oriente (Bagdag, Beirut, Damasco, El Cairo, Teherán, Samarkanda...).


El "Siglo de Oro de la poesía de al-Ándalus se manifiesta en el siglo XI, en los llamados Reinos de Taifas, con una calidad y altura quizás inferior a la de poetas anteriores como Ben Shuhaid y Ibn Hazm de Córdoba, con poetas de la perspectiva y número como Ben Zaidun y al-Mu'tamid, el rey poeta de la Taifa de Sevilla.

Bajo los Almorávides se inicia una decadencia que sólo se recobra con la llegada de los Almohades, en que adopta un tono mayestático y solemne, de raras y admirables excepciones intimistas. El molde técnico de la lírica sigue casi perfecto, pero el alma ha desaparecido. En el mejor de los casos es poesía decorativa. Por eso, en su acaso último representante genial, Ibn Zamrak, quien, junto a Ibn al-Jatib de Loja e Ibn al-Yayyab de Granada, conforman los denominados poetas de la Alhambra y decoran las paredes de la Alhambra, en la edición poética de mayor lujo que conoce la Historia. Ibn Zamrak fue a morir dignamente "sobre los muros".

Se conservan de la poesía de al-Ándalus algunos "diwanes" personales.

El enciclopedista tunecino Tifasi escribió en el siglo XIII, basándose en antiquísimas tradiciones:


"En lo antiguo,
las canciones de las gentes de al-Ándalus,
o eran por el estilo de los cristianos,
o eran por el estilo de los camelleros árabes"


Cuando ambas formas, la modalidad "clásica" y la modalidad estrófica y popular, se "fundieron" en un género surgido a comienzos del siglo X, creado por el poeta ciego Muqaddam Ben Mu'afá Qabri, natural de Cabra, en Córdoba, se le llamó Moaxaja o "La Engalanada" que, en lo esencial, es el poema originalmente basado en una coplilla cristiana en la lengua romance de al-Ándalus y que difiere de las Qasidas en que tiene estrofas y variedad de rimas.

Al final de la Moaxaja se colocaba una "coplilla" que se llama Jarcha o "Salida". El poeta egipcio Ibn Sana´al-Mulk, del siglo XII, definió que la Jarcha debe estar escrita en lengua romance y que algunos autores tomaban las Jarchas de Moaxajas de otros poetas anteriores.

Todavía en este género, y a caballo entre los siglos XI y XII, surge el Zéjel que tal vez imaginara el filósofo Ben Bayya o Avempace, que derivaba de la Moaxaja, estaba todo él en árabe coloquial andaluz , disponía de una extensión más larga y carecía a menudo de Jarcha. El Zéjel que utilizaran la cantiga galaicoportuguesa y el villancico, tenía su forma más común un estribillo asonante, sin número fijo de versos, que entonaba un coro y una mudanza, cantada por una solista, siendo así apta para el canto coral y se hallaría presente en los inicios líricos de diversas literaturas.

Un recorrido humano, cuya joya es sin duda alguna, en la época clásica árabe, "El Libro de los Avaros" de Al Gahiz, una especie de Le Bruyère árabe aunque más bromista aún que el autor francés, de enciclopédica cultura, que murió (y no es un chiste) bajo un alud de libros, tratados, diwanes y pergaminos que atestaban su biblioteca.

En al-Ándalus vivieron y crearon por entonces una pléyade de grandes espíritus cuya huella se conserva aún en el pensamiento y la literatura modernos: poetas como Ibn Hazm, Al-Mu'tamid y Ben Quzman, místicos como Ibn Arabí, pensadores como Ibn Tufayl, geógrafos como al-Idrisi, historiadores como Ibn al-Jatib, médicos como Avenzoar, filósofos como Ibn Gabirol (Avicebrón), Ibn Masarra, Ibn Bayya (Avempace) y, sobre todo, Maimónides y Averroes.

"Ibn 'Abbas decía:
Si leyendo el Libro de Dios
halláis algo que no conoceis,
buscadlo en la poesía árabe,
ya que ésta es el registro
(diwan) de los árabes.

Y, cuando alguien le
preguntaba por algo
del Qur'án, le recitaba
textos poéticos"

'Umda I 30 - Ibn Rasiq (m.1063)


Existe un texto de referencia, de cita obligada hoy, que define la pérdida de al-Ándalus, recogida en una poesía premonitoria hoy, con el transcurrir de la Historia:


Elegía de Retirada


Andalusíes,
arread vuestras monturas:
el quedarse aquí es un error.
Los vestidos
suelen deshilacharse
por las puntas,
y veo que el vestido de la península
se ha roto desde el principio
por el centro.



Abd Allah al-Assal de Toledo (m. 1094)
elegía escrita a la caída de la ciudad de Toledo
en manos de Alfonso VI en el año 1085.



Bruno Alcaraz Masáts
Prólogo e Introducción publicados en
Cuadernos Andalusíes de Granada
- Nº 1 - 1997 - para la III Expedición
Cultutral Marrakech - Granada
26 Diciembre 1997 - 5 Enero de 1998
Editado por la Asociación Ccultural Medina Andalusí,
en colaboración con el Excmo Ayuntamiento de Granada.