viernes, 26 de enero de 2018

ADIÓS A ENCARNA, 
uno de los rostros más conocidos de Granada


Viernes, 26 enero 2018.

Durante 60 años ha salido cada día a regentar su puesto de venta ambulante para vender fruta, flores o chuches.

Encarnación Fernández ha sido un rostro emblemático de la ciudad durante sesenta años. Desde que con apenas veinte empezara a trabajar como vendedora ambulante, ha regentado puestos callejeros en plaza de la Trinidad, Carril del Picón, Puerta Real o la plaza de la Romanilla, a donde acudía a diario en los últimos tiempos.


Su moño cano, su delantal y su sonrisa aparecían a diario tras las flores, las frutas o las chuches. 

También ha regentado puestos en navidad en Bib-Rambla, con las clásicas zambombas o panderetas.


Encarnación ha fallecido a los 88 años tras una larga vida de trabajo y dedicación a sus doce hijos, seis hijos y seis hijas, que hablan con admiración de su madre.

Con apenas seis o siete años, Encarna empezó a salir al campo a trabajar para ayudar a su familia. Recogía patatas o lo que hubiera en la Vega en esos momentos. Eran años de escasez y ella, como muchos niños de esa época, aprendió pronto a trabajar.


Sin tiempo para ir a la escuela, aprendió sola a leer, escribir y a hacer números. Lo suficiente para trabajar cada día, de sol a sol. Cuando se casó, empezó en la venta ambulante, actividad a la que también se dedicaba su madre.

Trabajadora incansable, no dejaba nunca a un cliente sin atender, y si alguien le había hecho un encargo, no cerraba el puesto hasta que llegaba a recogerlo. Esto no le impidió tener una rica vida familiar.


Sus hijos destacan de ella su entrega y constancia. Cocinaba para ellos cada día, y los atendía, pero también aprendieron a cuidar unos de otros.

"Por eso ahora estamos tan unidos", destaca María Teresa, una de sus hijas.


La despiden con cierta pena, pero con la tranquilidad de que fue feliz y disfrutaba con lo que hacía.


"Sólo una noche tuvo un problema, le dieron una paliza para robarle. Pero nunca más ocurrió, era tan conocida que todo el mundo la protegía", recuerda su hija con cariño.

Publicado esta tarde en IDEAL DIGITAL por M. V. COBO.

Bruno Alcaraz Masáts