La Madraza, la escuela islámica de Granada
Fachada de La Madraza de Granada en una fotografía antigua.
El concepto de madraza, del árabe ﻣﺩﺭﺴة, nació en Irán en el siglo XI, gracias al visir Nizam al-Mulk, y en la actualidad no se conoce ninguna de sus "Nizamiyya’’, aunque no es de este origen iraní la unidad arquitectónica que caracterizaría a una madraza: la planta cruciforme, cuatro iwan, un oratorio y una alberca sobre un patio central, parece ser el patrón constructivo de las madrazas.
Planta de la Mezquita-Madrasa de Hassan, en El Cairo, Egipto (1356-1363) |
Madraza (en árabe madrása, مَدْرَسَة , en plural madāris, مَدَارِس) es el nombre que se da en la cultura árabe a cualquier tipo de escuela, sea religiosa o secular.
El término madraza se encuentra en varias lenguas de influencia árabe como el urdu, hindi, persa, turco, kurdo, indonesio, malayo y bosnio.
En idioma árabe, la palabra مدرسة tiene el mismo significado que escuela en español, aplicándose indistintamente a instituciones públicas, privadas, primarias, secundarias, musulmanas o seculares.
La palabra utilizada para universidad, en el árabe, es جَامِعَة (yāmi'a).
El uso específico en español se refiere por lo general a una escuela religiosa islámica. Se utilizan a veces en castellano otras transliteraciones del árabe como madraza, madrasa o medersa.
La Real Academia Española no incluyó la palabra Madraza
como Escuela musulmana de estudios superiores hasta
la edición del Diccionario Usual de la R.A.E de 1984,
siendo el Primer Diccionario de Autoridades de 1726.
Madraza en español refiere a una universidad o escuela islámica superior, aunque en forma creciente se ha extendido su uso aproximándose a la acepción del idioma original, incluyendo su aplicación a los edificios donde funcionan o han funcionado escuelas.
Una madrasa se consideraba una escuela coránica, sin embargo, es un lugar donde estudió derecho, basado en la sharia, la ley islámica, como se explica en El Corán, dado que, en el mundo islámico, el Corán regula la mayoría de los aspectos de la vida cotidiana.
Grabado de una lectura de El Corán en una madrasa.
La típica escuela religiosa islámica ofrecía dos formas de enseñanza de El Corán: el «Hafiz» y el «Ulema».
La enseñanza Hafiz consiste en la memorización simple de El Corán, y Hafiz es el título que recibe quien ha logrado memorizar todo el libro sagrado. Un número importante de Hafiz u Huffāz memorizadores de El Corán surge de las madrazas y de las mezquitas.
La enseñanza Ulema abarca los conocimientos seculares, incluyendo lengua, el tafsir, la sharia, los hadith, la lógica e historia islámica.
En las madrazas estudian para ser Imán en una mezquita y el diploma de Ulema requiere unos doce años de estudio.
Existen varios casos de madrazas femeninas en el mundo islámico antiguo y moderno.
Una madraza fermenina de Irán.
Una madraza femenina de Pakistán.
Las madrazas enseñaban e instruían en uno o más de los cuatro ritos ortodoxos (Hanafi, Shafii, Maliki y Hanbali), que corresponden a las cuatro escuelas de derecho musulmán diferentes.
Además, en la madraza también se enseñaba estudios de filología, lingüística y la ciencia árabe (con excepción de medicina, que se impartía en las escuelas especiales).
A menudo, la madraza servía mezquita del barrio y por ello siempre se llamaban Waqf (fundación piadosa).
En España, la enseñanza del derecho coránico se llevó a cabo sobre todo en las mezquitas y la importancia de la Madraza de Granada se debe a sólo existió una madraza en la región, lo que indica una importante influencia de los meriníes: La Medersa o Madrása de Granada.
Fotografía antigua de la Madraza de Granada
La Madraza de Granada, del árabe ﻣﺩﺭﺴة, una escuela también llamada Yusufiyya o Casa de la Ciencia, fue la primera escuela musulmana con la que contó Granada, y fue inaugurada en 1349, año 750 de la Hégira, por el rey nazarí Yusuf Abul Hachán, Yusuf I de Granada, y se erigió en la medina de la ciudad, en el barrio de Los Gelices, donde se impartían, entre otras, enseñanzas de Derecho, Medicina y Matemáticas y entre sus profesores figuraron al-Maqqari, Ibn al-Jatib, Ibn Marzuk e Ibn al-Fajjar.
La Madraza se encontraba en uno de los sitios privilegiados de la medina de Granada, junto a la Mezquita Mayor y la Alcaicería, la zona más noble del comercio y cerca del Funduq, el actual Corral del Carbon.
El Palacio de la Madraza , escuela musulmana de estudios superiores, fue cedida por los Reyes Católicos a la ciudad, tras la conquista en 1492, por Carta Real de Merced de 20 de septiembre de 1500, como Casa del Cabildo de la ciudad, que provisionalmente residía en la plaza de Bibarrambla, y en este palacio se celebraron los actos del Ayuntamiento de la ciudad de Granada a partir de 1500, aunque sería derribada en 1722 y se conservó la sala de oraciones, el Ayuntamiento de Granada la ocupó hasta 1841, que fue vendida a un particular, siendo conocida hoy como el Ayuntamiento Viejo.
En la actualidad, a pesar de seis siglos de historia e innumerables remodelaciones, incendios y derrumbes, todavía conserva en su interior importantes vestigios de su origen nazarí, como el mihrab (oratorio), y mudéjar, como la Sala de los Caballeros XXIV, que acogía los cabildos. La gran parte de lo que hoy perdura corresponde al barroco tardío.
El edificio se organiza alrededor de un patio central con galerías en sus cuatro lados, los trabajos han consistido en la restauración global de su interior, con la limpieza de las estructuras arquitectónicas, la sustitución de pavimentos no originales y la recuperación de los estucos maderas y azulejos primitivos.
Patio central de la Madraza de Granada,
al fondo figura la puerta del oratorio.
El edificio se organiza alrededor de un patio central con galerías en sus cuatro lados, los trabajos han consistido en la restauración global de su interior, con la limpieza de las estructuras arquitectónicas, la sustitución de pavimentos no originales y la recuperación de los estucos maderas y azulejos primitivos.
La última fase de las obras incluyó la eliminación de añadidos como la entreplanta de oficinas bajo la Sala de los Caballeros XXIV, la remodelación de la zona de planta baja como zona de exposiciones y la sustitución de la montera central por otra más ligera que reduzca el peso visual, entre otras actuaciones.
Entre las intervenciones más delicadas destacó la restauración del oratorio, donde se ha actuado cuidadosamente sobre las frágiles yeserías y zócalos de cerámica que revisten los laterales y el techo del mismo. Además, la rehabilitación acometida conllevaría la recuperación integral de la Sala de los Caballeros XXIV, sobre todo del artesonado de madera y la pintura ornamental que la recubre, destacando este techo sobre el resto de la estancia a través de un estudiado sistema de iluminación.
Además, con el último proyecto se ha pretendido la revalorización de los restos arqueológicos presentes en el edificio, para que queden visibles al público gracias a pavimentos flotantes transparentes. Es el caso de la alberca hispanomusulmana del patio central o los restos bajo el oratorio.
La reforma de La Madraza ha corrido a cargo del equipo que dirige el arquitecto Pedro Salmerón.
La madraza de los Príncipes estaba situada junto a la plaza de los Algibes,
entre el patio de Machuca y la Alcazaba de la Alhambra.
En la Alhambra, existió otra madraza, que era un centro de enseñanza exclusivo para los hijos de la familia de los reyes, conocida como la Madraza de los Príncipes de la que, en la actualidad, sólo quedan restos de lo que fue, situada entre el patio de Machuca y la Alcazaba.
Disponía esta Madraza de los Príncipes de una sala de estudio, una pila para las abluciones y un oratorio, y de otra serie de dependencias para los que trabajaban allí. En la sala de estudio existía un lugar donde se colocaba el alfaquí -maestro- y los libros y el estudio eran muy importantes.
Se traducían numerosos manuscritos para difundir el saber y el conocimiento de la época, aunque muy pocos de esos manuscritos han sobrevivido, pues, con la llegada del Cardenal Cisneros, tras la conquista, quemó la biblioteca del Palacio de la Madraza y los manuscritos que se hallaron en la Alhambra.
Bruno Alcaraz Masáts
Fotografía antígua de la Madraza de Granada
Bruno Alcaraz Masáts