TRAS EL MITO DE LA ''ORZA DE ORO''
Artículo publicado a doble página en IDEAL. |
Los tesoros
de moros, moriscos, judíos y piratas permanecen ocultos
en montañas, cuevas,
sótanos y murallas de Granada.
Tierras de
historias y leyendas de grandes riquezas abandonadas
tras la conquista de
Granada y la guerra de las Alpujarras.
Por JUAN
ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE
Publicado en Diario IDEAL / Waste
Magazine
Morayma,
la esposa de Boabdil, escondió sus más preciadas pertenencias en los
alrededores del castillo de Mondújar.
Poco antes su suegro, Muley Hacén, mandó
buscar tres diamantes negros escondidos por Alhamar, en grutas de las altas
cumbres de Sierra Nevada, mientras Aixa, su esposa despechada, dejó su ajuar en
los muros del castillo de Salobreña, y años más tarde, con la expulsión de los
moriscos y judíos, los cerros de Granada, la Alpujarra y tierras del noreste y
del poniente, se llenaron de recónditos escondrijos en los que ocultaron orzas
repletas de monedas de oro y piedras preciosas que aún esperan a ser
recuperadas cuando, algún día, las familias vuelvan de su destierro centenario.
Morayma, la esposa de Boabdil, escondió sus más preciadas pertenencias
en los alrededores del castillo de Mondújar. |
La noticia
de la muerte de un joven pastor de procedencia marroquí en una finca de Zamora,
en agosto de 2016, mientras buscaba un tesoro escondido desde hace siglos, no
resulta extraña en tierras del Reino de Granada, donde se encuentran los
orígenes de muchos de los supuestos tesoros escondidos por los moriscos o
mudéjares que tras la conquista de la capital nazarí se vieron obligados a
marchar a tierras castellanas, y después a huir de ellas tras las órdenes de
expulsión, por lo que ocultaron las riquezas que les quedaban, en muchos casos
procedentes de legados familiares, donde pudieron, unos en tierras de Granada,
antes del destierro, y otros en los lugares donde fueron llevados como
esclavos.
Documentos de ayuntamientos y tribunales narran numerosos casos de
personas que fueron descubiertas enterrando sus riquezas, y otras que, tras
asentarse en sus nuevas tierras y antes de que se decretase la expulsión,
pidieron a las autoridades permiso para desplazarse a los lugares donde habían
dejado ''a buen recaudo'' sus más preciadas posesiones, como recoge el
historiador Barrios Aguilera en un trabajo sobre ''Tesoros moriscos y picaresca'',
que narra el caso de Luis Gostín, un vecino de Zaragoza que en 1580 «pide
licencia al rey para recuperar los ocho o nueve mil ducados que dejaron
escondidos al salir del Reino de Granada».
El casco de Boabdil expuesto en 1992 en el balcón de Lindaraja. |
La capital granadina
es fuente de la mayoría de las leyendas sobre tesoros escondidos y pasadizos
que conducen hacia grandes yacimientos auríferos.
La colina de la Alhambra, la
Sabika, y el Cerro del Sol, han sido siempre objeto de seguimiento por parte de ''tesoreros'' (profesionales que aunque en el argot de los arqueólogos se trata
de personas que buscan piezas arqueológicas, en realidad su objetivo primordial
fue siempre la búsqueda de oro, monedas y piedras preciosas).
Desde poco
después de la Toma de Granada, algunos puntos de las laderas de Valparaíso, las
más cercanas a la ciudad y la actual Abadía, fueron materialmente agujereadas
para buscar las ''ollas de oro'' escondidas por nazaríes adinerados antes de la
llegada de las tropas castellanas.
En el Barranco de los Negros, en el
Sacromonte, las leyendas cuentan que numerosas personas de raza negra, esclavos
liberados tras la conquista de la ciudad, horadaron gran parte del barranco en
busca de los cofres y orzas escondidas por sus antiguos amos antes de la caída
de Granada. (…)
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completo. Vídeos, fotogalerías y datos en Waste Magazine. http://waste.ideal.es/tesoros.htm
Escrito por JUAN ENRIQUE GÓMEZ Z Y MERCHE S. CALLE.
Bruno Alcaraz Masáts