jueves, 29 de agosto de 2013

Casi un siglo de amor escondido en
un artesonado mudéjar de Granada

En primer plano, la iglesia de San Gil, a la izquierda, detrás,
el campanario de Santa Ana y, al fondo, la Alhambra.
Foto de origen desconocido.
La misiva fue escrita por un tal Pepe a una mujer llamada Emilia en 1921. 

Los trabajos de documentación del Museo de la Alhambra la han hallado en un hueco del techo de la extinta iglesia de San Gil.

Fotografía de la carta de amor hallada en el artesonado mudéjar
de la desaparecida iglesia de San Gil, en Granada.
Foto de Miguel Ángel Molina (Efe)
Los trabajos de documentación del Museo de la Alhambra para catalogar sus fondos han sacado a la luz, en el hueco de un artesonado mudéjar de la desaparecida iglesia de San Gil, de Granada, la carta de amor que un tal Pepe escribió a su amada Emilia en 1921. 

La iglesia de San Gil, construida hacia 1560, antes de su demolición en 1869.
Fotografía tomada desde la Torre de la Vela, en la Alhambra.
Los jardines y rincones de la Alhambra esconden en cada esquina leyendas, secretos, amoríos y traiciones, muchos enterrados para siempre y otros descubiertos por la labor de conservación del personal del monumento.

Plataforma de Ambrosio de Vico, de 1613, grabada por Francisco Heylan.En 1795 se imprimió una nueva plancha a cargo de Félix Prieto. 
De esta última versión, vigente hasta el s. XIX, se ha extraído la imagen aquí usada,
con la Alhambra, las iglesias de Santa Ana, junto al río Darro
y la de San Gil, que figura junto al patíbulo de Plaza Nueva.
La misiva, de una pobre ortografía y en un papel sin importancia, ha envejecido escondida en un artesonado de madera hasta que el Museo ha rescatado esas palabras de amor. 

Su valor no puede competir con el de otras piezas alhambreñas utilizadas por sultanes y princesas, pero sí dejan un reguero de misterios, anécdotas y las historias que la imaginación de cada uno pueda diseñar.

La carta de amor hallada en el artesonado mudéjar de desaparecida iglesia
de San Gil, de Granada.
El equipo de arqueólogos que descubrió la carta ha explicado que el trocito de papel que enmarca las palabras de amor han visto la luz en uno de los paños de madera que componían el artesonado de la extinta iglesia de San Gil de Granada, almacenados en el Museo alhambreño y de talla mudéjar.

Portada de la Iglesia de San Gil, un tiempo antes de su demolición en 1869.
En la carta, que se aborda con guantes como si de una joya más se tratase, fue escrita un lunes hace este jueves 92 años por Pepe, un vecino del municipio alpujarreño de Sorvilán que le contaba a su amada Emilia que le mandaría con un recadero otra misiva junto a un racimo de uvas dirigido a un tal don Antonio:

Fotografía de Miguel Ángel Molina, de la Agencia Efe, donde se muestra la carta.
"Si el miércoles no las llevara, no hables el jueves al otro que va con uvas...

Me dirás si recibiste las uvas y que mandarás las cartas con el que lleve las uvas... 

Sin otra cosa por hoy, besos del que te quiere", reza la carta.

Entre Sorvilán y la iglesia granadina que refugió las letras de amor y uvas, entre Pepe y Emilia, distaban más de 92 kilómetros de vías sinuosas, quizá demasiados para declarar un amor que hoy habría llegado a golpe de clic y con emoticono incluido por Internet. 

El pueblo de Sorvilán, en la Alpujarra de Granada.
La misiva ha descansado escondida en el recoveco sin que nada se sepa de sus protagonistas y con un final abierto para que cada cual decida si Emilia leyó aquellas letras, las respondió y cosechó una vida feliz con Pepe. O si quizás un desatino llevó a los amantes a quedar como se dice, a por uvas, sin recibir noticias del otro. 

Diario de Madrid - 1810:
Nombramiento del parroco de san Gil, dado por Josef Napoleón ,
hacia el sacerdote Don Miguel Rodríguez Carretero,
ex-regular de la Orden de los Agustinos Descalzos.
Lo que sí han detallado en el Museo de la Alhambra es que la carta nunca colgó del techo de la iglesia de San Gil, un extinto templo ubicado al final de la calle Elvira de Granada que se destruyó a finales del siglo XIX, para dar el ensanche de Plaza Nueva durante la revolución de 1869.

El saliente del templo suponía un obstáculo para la nueva rectangularidad de Plaza Nueva, lograda con la demolición de las viviendas y el templo situados en su acera derecha. 


Fotografía de Plaza Nueva ocupada por los sillares de la derruida iglesia de San Gil.
Posteriormente, se colocaría la actual fuente gallonada (ver grabado de la Plataforma de Ambrosio de Vico) antes de las letras de Pepe en 1921, para albergar el diseño de la Plaza Nueva y el anchuroso centro de la ciudad. 

El personal de la Alhambra seguirá ahora la pista para conocer cada detalle de los lugares que cobijaron los paños de madera del artesonado mudéjar y con ellos, la carta de amor.

Bruno Alcaraz Masáts.