domingo, 26 de octubre de 2014

ESOS RINCONES DE GRANADA QUE, POCO A POCO, DESAPARECIERON…

LA ERMITA DEL CRISTO DE LA YEDRA.
La calle Real de Cartuja coronada por la ermita del Cristo de la Yedra.
Fotografía de principios del siglo XX.
El barrio de la Calle Real de Cartuja era un barrio cuyos vecinos estaban dedicados la mayoría, hasta hace pocas décadas, a las labores de la agricultura en la Vega de Granada, se les llamaba "ajeros o gargajosos", por el cultivo de ajos en la Vega.

En contraposición, a sus vecinos del Barrio de San Lázaro, que se les denominaba con el mote de "cebolleros", como cultivadores de cebollas, no menos apreciadas.

El barrio de los ajeros, en primer término y, al fondo, el barrio de los cebolleros.
El origen de la ermita se remonta al año 1708 cuando los vecinos del barrio, situado en el límite de la ciudad, decidieron tener una pequeña ermita, ya que no tenían suficiente población para no pertenecer a la Parroquia de San Ildefonso, y edificaron la ermita que dependía de esta parroquia, titular del terreno que ocuparía.

La ermita del Cristo de la Yedra fue dibujada por el granadino
Enrique Villar Yebra, que nació un 9 de Noviembre de 1922
en El Albayzín, en la placeta de Carvajales.
El Padre de la Chica Benavides en 1764 cuenta que: 
"...habiendo un Crucifixo de gran devoción con este título a media legua de Baeza...a donde acuden muchos Christianos en Romería, acordó alguno que se le diese este mismo
nombre, por devoción que tendría a aquella Soberana imagen".


Mosaico del Cincuenta aniversario del Stmo. Cristo de la Yedra
y Ntra. Sra. de la Caridad.
El culto era oriundo del santuario homónimo de La Yedra, aldea pedánea de Baeza (Jaén), cuyo origen se remonta a principios del siglo XV y se extendió por casi toda Andalucía, aunque la tradición granadina alude a la construcción de la ermita en 1708, debido a la presencia de una cruz de madera a la que se atribuyeron propiedades milagrosas.

Decidieron construir una pequeña ermita para celebrar misa, no sin antes tener un pequeño conflicto con la vecina parroquia de San Ildefonso la cual se oponía a la construcción del edificio.


Fotografía ampliada para ver la portada de la ermita del Cristo de la Yedra.
Aunque de pequeñas dimensiones tuvo que ser muy preciosa la ermita.

En 1750 fue fundida la campana de la ermita del Cristo de la Yedra.

Esta campana de "cuartos" era la que se colocaba en todas las ermitas y estaba construida sobre una cruz compuesta de pequeñas estrellas sobre calvario de 5 escalones, decorados con soles, a ambos lados tiene 2 pináculos de estrellitas bajo un yugo de madera en mal estado.

Tras el derribo de la ermita, la campana se trasladó y se encuentra hoy instalada en un muro de un pequeño patio interior del colegio del Cristo de la Yedra.


Fotografía del Cristo de la Yedra que presidía el altar de la ermita.
Todas las imágenes del interior se rescataron y forman parte del
patrimonio de la Hermandad del Cristo de la Yedra.
Era la ermita una obra de planta rectangular en ladrillo, que quedó destruida por una tempestad en 1811, siendo reconstruida a partir de 1818, según cánones neoclásicos muy semejantes a los de la ermita de San Miguel Alto.

La formaba una planta rectangular con un camarín sobresaliendo en la cabecera.

Su construcción y el estilo de su decoración hay que imaginarlo situándose en el dieciochesco  granadino, construido en ladrillo y decorada con yeserías talladas propias del barroco.


Documento de 1872 de la Cofradía del Cristo de la Yedra, donde se describen
las obligaciones de la Hermandad y de los Hermanos.
Tras la desaparición de esta primera ermita en 1811 a consecuencia de una tempestad, los vecinos volvieron a levantar una nueva ermita en 1818, de mayores dimensiones pero más humilde en su decoración.

Su fachada era de estilo neoclásico compuesto por cuatro pilastras enmarcando a sus lados dos ventanas y en el centro una austera portada sobre la que se situaba una ventana que iluminaba el interior.

Plumilla de la portada de la ermita del Cristo de la Yedra - 1940
Las pilastras sustentaban una cornisa con un frontón muy al estilo neoclásico como apuntábamos. Una importante espadaña flanqueada por dos pilastrillas toscanas remataba el conjunto. Mucho más austero era el interior, el cual presentaba sencillas bóvedas de cañón.

Con esta configuración pasaría el devenir de los años hasta que en 1933 con las insurrecciones anarquistas sufriera un primer intento de destrucción al intentar unos desconocidos prenderle fuego.

Pocos daños ocasionó este conato aunque sería una circunstancia natural lo que iniciará el principio del fin de este monumento.

Fotografía de la Hermandad en la Cuaresma de 1940.
Un terremoto acontecido en la ciudad en 1957 dejó a la ermita muy afectada además de hundir todas las dependencias anejas.

A partir de este suceso el deterioro de la ermita se irá agravando sin que nadie haga nada por su restauración.

Paradójicamente el mismo día, el 4 de mayo de 1962, que la Comisión de monumentos de Granada presentaba un informe destacando el valor que tenía la ermita dentro  del modesto barrio comenzó las tareas de demolición del edificio.

Parroquia de San Ildefonso, propietaria de la ermita del Santo Cristo de la Yedra.
La polémica que levantó este suceso apuntaba en un principio al ayuntamiento granadino quién autorizó la operación, aunque sería la Parroquia de San Ildefonso  quién inicio los trámites de este desastre al vender la ermita al Ministerio de Obras Públicas, el cual quería mejorar la intersección de la carretera Jerez-Cartagena por lo que no tuvo ningún inconveniente en demoler el oratorio.

Pocos años después se construiría al otro lado de la carretera un centro educativo para los niños del barrio que recogería el nombre de la desaparecida ermita.


Esta antigua ermita estaba ubicaba sobre un pequeño jardín entre Real de Cartuja y la Carretera de Murcia y como se aprecia en la actualidad, el terreno ajardinado no suple lo que antes ahí se asentaba siendo otra demolición en vano de muchos de nuestros monumentos. 

Algunos destrozos acaecidos durante las revueltas de 1933, amén de los daños del terremoto de 1957, afectaron su fábrica, siendo demolida en 1962 para ensanchar la carretera.

Fotografía de 1921 de la imagen del Cristo de la Yedra.
Al otro lado se construyó entonces el actual colegio del Cristo de la Yedra, en cuya moderna capilla se guarda el Crucifijo titular, del siglo XVIII.

Son varias las imágenes del Cristo de la Yedra con esta advocación en Andalucía, algunas de ellas con una importante significación ritual y festiva.

En la provincia de Granada en Válor las fiestas patronales del Cristo de la Yedra tienen una notable capacidad de atracción sobre el entorno comarcal.

De hecho, la imagen, datada en el siglo XVI, es considerada popularmente "el patrón de las Alpujarras".

Iglesia Parroquial de Válor (siglo XVI).
Dispone de un interesante artesonado de estilo mudéjar, así
como de la magnífica imagen barroca del Cristo de la Yedra
y una Inmaculada de la escuela de Alonso Cano.
Esto hace de su procesión del día 14 de septiembre un importante foco devocional, caracterizado por la afluencia de numerosos devotos provenientes de las poblaciones vecinas, y por la gran cantidad de cohetes que se lanzan durante todo el ritual, como testimonio de promesas cumplidas.

Con motivo de la fiesta tiene lugar uno de los rituales de moros y cristianos más elaborados de la provincia granadina: relaciones entre enemigos históricos y una muy cuidada vestimenta en ambos bandos con la representación de la toma del castillo y se celebran entre del 12 al 15 de Septiembre.

Cristo de la Yedra de Santa Gadea de Alfoz, destruido por abandono en 1917.
Son las fiestas más populares de la comarca, no sólo por su colorido sino por el derroche de pólvora que se realiza durante la representación.

La fiesta tiene su origen en el siglo XVI en las milicias civiles, conocidas entonces como "soldadescas", que tenían como objeto la protección de la población ante la posible llegada de los "moros".

El texto actual es del siglo XIX, estando atribuido a la granadina Enriqueta Lozano, poetisa que definió los personajes y sus papeles recogiendo lo que se contaba en Válor, se han transmitido por tradición oral desde antaño.

Postal de 1928 de ''Hermita de Nª Srª de la Yedra'' en Constantina (Sevilla)
Bruno Alcaraz Masáts ©