"Los Llamados Lunes
De Aguas"
Vida y muerte del Infante don Juan, Príncipe de Asturias,
Vida y muerte del Infante don Juan, Príncipe de Asturias,
primogénito de las
Casas de Aragón y Trastamara de Castilla, del que antaño decían
"murió en la Alhambra de
una caída del caballo en Granada".
El infante don Juan, tartamudo y vulgar, según los historiadores de la época. |
El primogénito de las Casas de
Aragón y Trastamara de Castilla (Reina Isabel I del Castilla y Fernando V de
Aragón) fue el infante don Juan, tartamudo y vulgar, según los historiadores de
la época.
El príncipe español Juan como el niño Jesus. Grabado holandés de finales de siglo XVII. |
El 4 de octubre de 1497, pese a
los denodados esfuerzos del famoso doctor Gonzalo de la Parra, fallece en
Salamanca el infante Juan, hijo de los Reyes Católicos, cuando contaba 19 años,
ya que nació en Sevilla el 30 de junio de 1478.
El día 3 de abril de 1497, en
Burgos, contrajo nupcias con Margarita de Austria, hija del emperador
Maximiliano, y era, según todos los cronistas de la época, la princesa más
bella de su tiempo.
La infanta Margarita de Austria, con vestimenta de viuda, según el retrato de Bernaerd van Orley. |
Según Villar y Macías, en su
Historia de Salamanca, en los funerales por el infante se vistió por última vez
en Castilla la jerga blanca como señal de luto. Dato trascendente para los
etnólogos que vienen estudiando las costumbres de aquella época, como ha
escrito Ángel Carril.
Grabado de la época de Pedro Mártir de Anglería. |
Una carta de Pedro Mártir de
Anglería, que en su tiempo dijo "que
en la cama lo agotó", dirigida al cardenal de Santa Cruz, Bernardino
de Carvajal, en la que estos últimos motivos quedan explícitamente condensados:
"Pallet
iam nimis, huius puelle amore pellectus, hic noster ephebus Princeps. Hortant
medici Reginam, hortant et Rex, ut a Principis latere Margaritam aliquando
semoveat, interpellet indutias precantur, pretestant periculum ex frequenti
copula ephebo imminere."
(Pérez Priego, op. cit., p. 21).
("Preso del amor de la doncella,
nuestro joven Príncipe vuelve a estar demasiado pálido. Tanto los médicos como
el Rey aconsejan a la Reina que, de cuando en cuando, aparte a Margarita del
lado del Príncipe, que los separe y les conceda treguas, pretextando el peligro
que la cópula tan frecuente constituye para el príncipe").
Otros historiadores le darían una muerte más honrosa, romántica
y menos putañera:
"murió en la Alhambra de Granada de una caída del caballo en
Granada".
Aunque la realidad fue otra bien
distinta.
El Príncipe de Asturias Juan con su hermana Catalina. Grabado alemán de la Época Dorada, hacia 1751. |
En el siglo XIV, se extiende por
toda Europa una ola de moralidad que reglamenta el desempeño de la prostitución.
Durante años los distintos estados habían estado luchando para hacer
desaparecer de las calles a las mujeres que desempeñaban tan antiguo oficio,
fracasando en su intento. Al no poder conseguirlo dictan normas que obligan a
las prostitutas a segregarse dentro de un determinado espacio reservado
exclusivamente para trabajadoras que ejercen dicho arte.
Este afán reglamentista no
llegará a España hasta finales del siglo XV, principios del XVI., cuando
empiezan a estructurarse normas, auspiciadas por los Reyes Católicos, con una
concisa reglamentación para el desempeño de este oficio que se realice dentro
de las Casas de Mancebía.
Sabemos por Alonso Canales que Diego
Fajardo existió realmente y que a su padre, Alonso Fajardo, de una familia
noble de Guadalajara, los reyes le concedieron en 1486 el privilegio de
establecer mancebías, en recompensa por sus hazañas militares en la
reconquista.
Puente Romano del río Tormes a su paso por Salamanca. |
Al morir Diego Fajardo, su viuda, Leonor de Mendoza, consigue que
su hijo Luis Fajardo le ceda la mancebía, y ella convierte las mancebías en
beaterios de arrepentidas donde catequiza a algunas rameras.
En 1496 los propios Reyes
Católicos nombraron a su hijo, el infante don Juan, Señor de Salamanca. Un año
más tarde el infante don Juan -como ya hicieran sus padres con el padre de Diego
Fajardo- concedía a García de Albarrátegui, su compañero de caza y mozo de
ballesta de los Reyes, un privilegio para construir una casa de mancebía en la
ciudad de Salamanca.
El proceso había empezado con
Alfonso XI quien autorizó el burdel de Sevilla.
Las razones se constatan con frecuencia
en la documentación y hay tres principales: el miedo a la extensión del crimen
nefando y bestialidad que era muy común en el campo, donde vivía el 80 por
ciento de la población; segundo, el miedo al otro pecado nefando o crimen
contra natura, la homosexualidad, a la que se atribuía la debilidad del reino
de Nápoles; y tercero, un deseo de despejar las calles de "las cantoneras".
El infante don Juan, hijo de los
Reyes Católicos, decide crear en 1.497 una casa conocida como mancebía debido a
la numerosa presencia de mujeres de "vida alegre" en la ciudad. Ese
mismo año muere a la edad de 19 años el hijo de los Reyes Católicos y Príncipe
de Asturias.
Distinciones ente mujeres enamoradas, cortesanas, rameras y cantoneras. |
Muere, durante su estancia en Salamanca, en extrañas circunstancias, consumido por una debilidad extrema que degeneraría en "una tisis galopante".
Tenía sólo 19 años y acababa de casarse y Alicia, una de las prostitutas con
las que se acostó el príncipe don Juan en la mancebía Salamanca, aparecería
muerta en el pilón de una fuente.
El dictamen oficial afirmaba que
su muerte se debía a un esfuerzo en su amor matrimonial por dejar un heredero, pero
el pueblo comentaba que la causa había sido la enfermedad contraída en su
alterne con ciertas mujeres.
La mancebía, que fue sometida a
concurso mediante pregón, se situó al lado del Colegio de Fonseca y se establecieron
ciertas normas: la profesión no podía ser ejercida por mujeres casadas, con
padres en esta ciudad, ni mulatas.
Grabado de Margarita de Austria en la adolescencia . Grabado austriaco del siglo XVII. |
Antes del anochecer, las mujeres
debían recogerse en esta casa y permanecer en ella toda la noche. Aquellas que ejerciesen
y salieran por la ciudad debían llevar las puntillas de sus enaguas de color
gris parduzco como distintivo, de ahí el conocido dicho "ir de picos pardos".
La multa por no llevar la
indumentaria ascendía a 300 maravedíes, y estaba prohibido ejercer en días de
fiesta, en Cuaresma y Vigilia.
Felipe II dentro de su rectitud
cuasi monacal queda perplejo con tamaño espectáculo y lo primero que hace es
promulgar un edicto en el cual ordena que durante los días de Cuaresma y Pasión
la prohibición de comer carne se haga extensible en todos los sentidos, y para
evitar conductas que conlleven pecado carnal, obliga a que las prostitutas sean
expulsadas de la ciudad, y conducidas extramuros (al llamado Arrabal del
Puente, en la orilla izquierda del Tormes) durante el citado periodo cuaresmal,
poniendo además como condición que ninguna sea osada de acercarse a menos de
una legua de los límites de la ciudad so pena de sufrir gran castigo.
Dicho y hecho, a partir de este
edicto, las prostitutas de Salamanca abandonaban la ciudad antes de comenzar la
Cuaresma y el tiempo de abstinencia, y desaparecían de ella de manera temporal,
recogiéndose en algún lugar al otro lado de río Tormes.
Grabado donde se representa al "Padre Putas" caminando acompañado de la Muerte. |
El "Padre Putas" era el encargado del orden del barrio y de que las mujeres
pasaran las revisiones médicas. La función por la que era conocido es la que ha
dado lugar al famoso "lunes de aguas".
El padre putas reunía a todas estas
mujeres el Miércoles de Ceniza para sacarlas de la ciudad y llevarlas al otro lado
del río, donde pasaban los 40 días de Cuaresma.
La octava de Pascua, 8 días
después de la Resurrección, los estudiantes partían a buscar a las mujeres en
barcas, ya que éstas no podían pasar por el puente romano. Las barcas iban adornadas
con abundantes ramas, por lo que acabó llamándose "rameras" a las mujeres que
albergaban en la mancebía.
Postal de Salamanca. El río Tormes atravesando el Puente Romano. |
Esa tarde toda la gente de la
ciudad se acercaba al río para cotillear y festejar el alborozo de estudiantes
y mujeres de vida alegre. En este día de campo se merendaba el hornazo, una
empanada a base de harina de trigo rellena del mejor jamón, chorizo y lomo de
la casa, acompañado de un buen vino.
Hoy cada lunes de aguas los
salmantinos salen al campo y algunos se acercan hasta las orillas del Tormes
para festejar este día acompañados del hornazo, que también sirve
acompañamiento habitual en sus meriendas o celebraciones familiares.
"En el repertorio luctuoso
marroquí figura como "endecha" el romance clasificado como "La muerte del príncipe don Juan",
cuyo incipit es "De Burgos partió
ese rey..."
El número 11, cantado por Alicia
Bendayán, de Tetuán (Marruecos), grabado en 1983, en Ashkelon:
"De Burgos partió ese rey, de Burgos pa' Salamanca,
y en mitad de aquel camino del cielo cayó una carta.
y en mitad de aquel camino del cielo cayó una carta.
-Tomadla, mis caballeros. tomadla bien y notadla.
-Para vos, mi señor rey, para vos era mandada.
-Para vos, mi señor rey, para vos era mandada.
Malo y estaba ese rey, ese rey de Salamanca,
malo está de calentura, que otro mal no se le añada.
Ya mandan por los doctores, doctores de toda España,
todos dicen a una boca: -mi señor no tiene nada.
todos dicen a una boca: -mi señor no tiene nada.
Si non era el más chiquito, que Sebastián se llamaba,
de rodillas en el suelo. el pulso le demandara:
-Perdón, perdón, mi señor rey, por estas tristes palabras
tres horas tiene de vida, la una y media ya es pasada.
Ellos en estas palabras, su madre por ahí entrara:
-dónde estabas tú, mi madre, mi madre, la desdichada?
-Rogando iba a Dios del cielo que troque alma por alma.
-Tarde recordatis madre la sentencia ya está dada,
tres horas tiene de vida, la una y media ya es pasada.
-Rogando iba a Dios del cielo que troque alma por alma.
-Tarde recordatis madre la sentencia ya está dada,
tres horas tiene de vida, la una y media ya es pasada.
Ellos en estas palabras, su esposa por ahí entrara,
un velo negro en la cara y una soga en la garganta.
un velo negro en la cara y una soga en la garganta.
Y a todo esto, señores, la infanta queda preñada:
si la infanta pare niño, rey será de toda España,
si la infanta pare niña, reina es de Salamanca."
si la infanta pare niño, rey será de toda España,
si la infanta pare niña, reina es de Salamanca."
Menéndez Pidal y esposa, durante
su viaje de novios por el valle del Duero, se toparon casualmente con una
pastora que les recitó el romance, en el año 1900:
"Si la
infanta pare niña,
reina es de Salamanca;
si la infanta pare niño,
rey será de toda
España".
La debilidad del príncipe de
Asturias, junto con los ardores sexuales propios de la juventud de los cónyuges
y "otros ardores distintos",
acabaron por quebrar su precaria salud.
No en vano, el duque de Maura,
erudito de la mitad del siglo XX, tituló su obra dedicada a la biografía de don
Juan con estas esclarecedoras palabras:
"El
príncipe que murió de amor…".
Virgen de los Reyes Católicos (hacia 1480)
"Maestro de la Virgen de los Reyes Católicos" es el nombre asignado
por la historiografía, en espera de poder asociarlo de forma fehaciente a
alguno de los pintores hispano-flamencos conocidos, al maestro anónimo autor de
la tabla Virgen de los Reyes Católicos, procedente del Real Monasterio de Santo
Tomás de Ávila y actualmente en el Museo del Prado, y que fue pintada hacia
1480.
Esta pintura muestra a los Reyes
Católicos en la postura que adoptaban tradicionalmente los benefactores de las
órdenes religiosas en la Edad Media.
La tabla recoge dos ventanales
del paisaje del convento de Santo Tomás de Ávila, que fue la sede del primer
tribunal de la Inquisición en España, que sería decisiva para exterminar el
protestantismo y el judaísmo.
El paisaje se describe en sus más
mínimos detalles. De esto y de la iluminación de todas las figuras, se deduce
que el autor es un pintor flamenco.
A la derecha, detrás de la reina
Isabel, figura santo Domingo, fundador de la orden (1170-1221) con su atributo,
una azucena, símbolo de castidad y el libro abierto alude a la regla de su
orden y tras él, el confesor de la reina Isabel y la infanta doña Juana (1497-1555).
A la izquierda, detrás del rey
Fernando, figura santo Tomás (1225-1274) sosteniendo una maqueta de iglesia
conventual para ofrecerla a la Virgen, según la costumbre iconográfica.
Detrás del rey está presente fray
Tomás de Torquemada, el primer inquisidor general y, entre ambos, aparece el
infante don Juan (1478-1497)
Texto descriptivo de la obra "Virgen de los Reyes Católicos"
aportado por
Eva López-Amat Acosta.
Bruno Alcaraz Masáts ©