La Casa de las Chirimías de Granada
y
Las chirimías suenan
y
Las chirimías suenan
en 'Los Tristes' 300 años después.
La Casa de las Chirimías en Granada fue levantada en 1609
y era para uso oficial del Cabildo de la Ciudad de Granada
en los actos públicos y fiestas populares en el río Darro
A comienzos del siglo XVII, en el año 1609, en los terrenos cedidos por los Señores de Castril, el Cabildo de la Ciudad de Granada construyó la plaza o ensanche en el lugar conocido como Paseo de la Puerta de Guadix Baja, que hoy ocupa el Paseo de los Tristes o Paseo del Padre Manjón y, cuando se remodeló esta zona de la ciudad, con cargo a las rentas y propios de la ciudad, puso una fuente que indicaba el lugar donde, antiguamente, se celebrarían las fiestas de toros y juegos de cañas, ya que se cubría el río Darro con un gran tablao para formar un escenario donde celebrar corridas de toros, obras de teatro, verbenas y juegos de cañas, por lo que transformó el espacio público del Paseo de los Tristes en un referente que siempre ha sido un lugar muy animado, aunque a partir del XIX, se desplazaría el eje lúdico-festivo de la ciudad a las riberas del río Genil.
Documento y textos aportados por Rogelio Gámez Lopez, bibliotecario en la Universidad de Granada: |
"En 1861, se emite el título de
propiedad de la casa de las Chirimías a favor del Convento de religiosas
Agustinas Recoletas del Santísimo Sacramento de Granada.
El Paseo de los Tristes, llamado
en la antigüedad paseo de la puerta de Guadix, fue hasta el siglo XIX uno de
los más concurridos, y en él se celebraban fiestas de toros y cañas, para lo
cual se cubría con andamiaje el cauce del río Darro.
Según Gallego Burín se hizo
en 1609, en terrenos cedidos por los señores de Castril, y allí se construyó la
Casa de las Chirimías ese mismo año para la música de chirimías y trompetas que
animaban los espectáculos.
Se trata de un pequeño edificio
cuadrado con su cuerpo alto en forma de torrecilla, y en cuya fachada aparecen
los escudos de Granada".
Cuando en 1801 se creó el Cementerio Municipal de Granada en la colina de la Sabica, siendo el segundo más antiguo de España, en el Paseo de los Tristes terminaban antiguamente los entierros en Granada y se despedía el cortejo en este lugar, en el que era un signo de distinción social saber cuántos ''veleros'' iban, que eran hombres que se situaban en la cercana iglesia de Santa Ana, en Plaza Nueva, a la espera de ser contratados para portar una vela encendida en la comitiva fúnebre que iría por la Carrera del Darro en silencio. Por la Cuesta del Rey Chico, también llamada Cuesta de los Chinos, los hombres subían al muerto a lomos de una mula hasta el Cementerio Municipal, rodeando las murallas y torres de la Alhambra, y es por ello que a esta cuesta también se la conoce en Granada como la Cuesta de los Muertos.
Antonio Gallego y Burín escribió una descripción del lugar, que recoge toda la magia de su paisaje:
‘’Desde este paseo, la visión de la Alhambra ofrece un aire heroico: fortaleza asaltada por la frondosidad de los árboles, que acarician y quiebran las líneas de sus murallas y que, desde el siglo XVII, ha variado poco sus perfiles, a juzgar por el cuadro que, firmado en 1636 por
Juan de Sabis, existe en el Palacio Arzobispal’’.
Esta pintura del Paseo de los Tristes es una copia anónima
del siglo XVII de la obra pintada por Juan de Sabis en 1636
y que estaba conservada en el Palacio Arzobispal de Granada.
En ella figuran la Casa de las Chirimías y la fuente.
del siglo XVII de la obra pintada por Juan de Sabis en 1636
y que estaba conservada en el Palacio Arzobispal de Granada.
En ella figuran la Casa de las Chirimías y la fuente.
La antigua fuente erigida en 1609, y que se ve en la anterior pintura, llevaba la siguiente inscripción:
“Granada mandó hacer esta obra siendo corregidor en ella Monse
Rubí de Bracamonte Dávila, señor de las villas de la Fuente, el
Sol y Cespedosa, comendador de Villarubia y alcaide de la
fortaleça de Calatrava del consejo de su Magestad''
Rubí de Bracamonte Dávila, señor de las villas de la Fuente, el
Sol y Cespedosa, comendador de Villarubia y alcaide de la
fortaleça de Calatrava del consejo de su Magestad''
En el lado Oeste del Paseo de los Tristes se edificó en 1609 una pequeña torre-mirador, cuadrada en su base, que contaría con una planta baja y dos alturas, con balcones adintelados y que originalmente estaba exenta, construida con fábrica de ladrillo, destinada al uso del Cabildo de Granada y de sus alguaciles, con el fin presidir los actos públicos y las fiestas populares que en el lugar celebraría la ciudad y así tener una representación institucional.
En la planta baja se instalaban los alguaciles, que eran los oficiales inferiores y eran los ejecutores de los mandatos del Alcalde y de los Caballeros Veinticuatro del Cabildo de la Ciudad de Granada, y los ministriles, que eran una autoridad de menor rango que ostentaban unos cargos de escasa relevancia.
En la primera planta se reservaba al Alcalde de la ciudad y a los Caballeros Veinticuatro, que era el nombre que se daba a los regidores del Ayuntamiento de Granada, debido a que este fue el número de regidores asignado a Granada por la Carta de Privilegio dada por los Reyes Católicos el 20 de Septiembre de 1500.
En la segunda planta, se situaban los músicos que, entre otros instrumentos, tocaban las chirimías, que por su sonido singular darían el nombre al edificio, cuyo interior se articulaba en torno a la caja de escalera.
En la segunda planta, se situaban los músicos que, entre otros instrumentos, tocaban las chirimías, que por su sonido singular darían el nombre al edificio, cuyo interior se articulaba en torno a la caja de escalera.
El escudo de la ciudad se situó entre las enjutas de los arcos superiores, siendo flanqueado
por dos granadas, como señal de que su construcción había sido promovida
por el Cabildo de la Ciudad de Granada.
En el siglo XVIII, la casa de las Chirimías se vendió, pasando en el siglo XIX a ser pasando su uso al de alojamiento, siendo recuperado por el Ayuntamiento, para la ciudad, en el siglo XX, cuando ya, en la década de los años 90, es rehabilitada por los arquitectos J. Gárate Rojas y J. Gallego Roca.
Junto a esta Casa de las Chirimías, uniendo las dos orillas del río Darro, se encuentra el Puente de las Chirimías, que cuando se construyó en 1882, cubrió el antiguo puente árabe “Qantarat Inb Raxiq”, o “Puente del Hijo de Raxiq” por el que se accede al Carmen de las Chirimías y al Hotel Reuma.
El Carmen de las Chirimías, en la otra orilla,
según pintura al oleo de Ricardo Santacruz de la Casa.
Muestra de chirimías simples y de chirimías de doble tubo
que permiten hacer música con armónicos
según pintura al oleo de Ricardo Santacruz de la Casa.
Muestra de chirimías simples y de chirimías de doble tubo
que permiten hacer música con armónicos
La chirimía es un antiguo instrumento musical de viento, antecedente del clarinete, hecho de madera y aunque las primeras chirimías datan del siglo III a.C., como son las 3 chirimías egipcias y las 2 chirimías árabes del Museo de Topkapi, en Turquía, es en el siglo XIII cuando se difunden por toda Europa, y éstas eran ya en el siglo XVII algo más evolucionadas en su construcción, aunque mantuvieran su sonido y hoy en día se siguen fabricando, que solo había variado el modelo de la misma en Europa, han evolucionado durante los últimos 700 años, debido a que su construcción es la de un instrumento meramente artesanal, de diseño sencillo y a los países donde ha sido utilizada. La simplicidad del instrumento le dio mucha popularidad, pero relativa inserción en la música clásica.
Las primeras chirimías eran de 4 agujeros en la parte delantera y dos en la posterior, y ya a finales del siglo XVIII y principios del XIX, los ingleses comenzaron a fabricar el instrumento con 6 agujeros en el frente, tanto en madera como en metal.Un luthier inglés, William Bainbridge, patentaría en 1810 un instrumento de doble tubo, que permitía interpretar canciones con armónicos. También inventó una chirimía triple, con digitación similar a la de una ocarina.
A finales del siglo XV es llevada por España a las colonias de América, y en la época renacentista se le mencionaba como “dulzaina o gralla”.La Chirimía sería utilizada en Colombia y en Méjico, en donde tiene un fuerte significado en el folklore. Hoy es un instrumento de madera que estaba casi totalmente desaparecido por ser difícil su ejecución, pero que ha recuperado su popularidad y sus músicos han vuelto a recuperar su sonido, que se aproximaría al de la gaita escocesa y que exige un considerable esfuerzo pulmonar. Siempre se ha dicho que el sonido de una chirimía se produce realmente en la garganta del músico.En Méjico se suele usar en las corridas de toros.
Dice la historia sudamericana que la Chirimía llegó con los frailes franciscanos, quienes enseñaron a los indígenas su sonido y su interpretación y con la que participaban principalmente en fiestas y ceremonias religiosas, como las fiestas del Corpus, figurando detrás de vírgenes y santos como en las procesiones españolas.
Chirimías egipcia, española y árabe
A lo largo de su historia, y debido a su gran extensión mundial, la chirimía ha recibido en cada país un nombre distinto para el mismo instrumento, siendo sus nombres, por continentes:
Europa:
España: Chirimía, Flajeolet, Flajolé
España: Chirimía, Flajeolet, Flajolé
Francia: Flageolet, Flajol, Flajolet, Flajolez, Flute douce
Inglaterra: Flageolet, Floyle
Alemania: Flageolett, Pikkeflöte, Pikkolo
Turquìa: Kaba Zuma, Kaba Zurna, Zurna
Italia: Flaute piccole, Piccolo
Austria: Flageolet francés
América del Sur:
Colombia: Chirimía, Dulzaina
Guatemala: Chirimía, Pínfano
Bolivia: Gralla
Méjico: Chirimía dulzaina, Chirimía de Autlán
África:
Marruecos: Ghaita
Túnez: Mizmar
Egipto: Sib
Kenya: Zumari
Argelia: Douz
Mauritania: Ghaita Dhaib
Líbia: Douz Dhima
Asia:
Iran: Sorna
Pakistan: Sharnai
Tibet: Rgya-Gling
Sri Lanka: Souz
Tailandia: Pi nai
China: So-na
Taiwam: Sou-Nam
Vietnam: Sou Naip
Malasia: Gling So
Los egipcios se proclaman a si mismos como los músicos creadores de la chirimía, ya que ésta aparece en pinturas de varias mastabas y tumbas faraónicas, figurando en la tumba de Djeser-Kere-Somb, en Tebas, donde aparecen varias mujeres dedicadas al arte de la música con una lira, una chirimía doble, un crótalo, una citara y un arpa de pie, siendo esta la imagen mas antigua atribuida a una chirimía.
Pintura de la tumba de Djeser-Kere-Somb, en Tebas donde aparecen, de izquierda a derecha, una lira, una chirimía doble, un crótalo, una citara y una arpa de pie
Las chirimías suenan en 'Los Tristes'
300 años después.
300 años después.
Diario IDEAL , de Granada
17 de Noviembre de 2013
17 de Noviembre de 2013
El sonido de las chirimías, el instrumento con el que se anunciaban eventos y espectáculos en el siglo XVIII, vuelve a oírse en el Paseo de los Tristes, desde el balcón de la Casa de las Chirimías, recién restaurada. Músicos, actores, hombres y mujeres ataviados con trajes de época, representaron lo que era habitual en la Granada de hace 300 años. Fue para conmemorar el Día Internacional del Patrimonio Mundial.
La compañía Teatro para un Instante recreó el uso que tenía ese emblemático edificio, que se sometió a una rehabilitación integral en el año 1982, después de que fue comprado por el Ayuntamiento. El Paseo de los Tristes fue siempre un lugar de reunión de los granadinos desde el siglo XVI, y en esa explanada se celebraban desde verbenas a corridas de toros que los ciudadanos podían contemplar en unas gradas colocadas sobre el río.
La compañía Teatro para un Instante recreó el uso que tenía ese emblemático edificio, que se sometió a una rehabilitación integral en el año 1982, después de que fue comprado por el Ayuntamiento. El Paseo de los Tristes fue siempre un lugar de reunión de los granadinos desde el siglo XVI, y en esa explanada se celebraban desde verbenas a corridas de toros que los ciudadanos podían contemplar en unas gradas colocadas sobre el río.
Desde la Casa de las Chirimías, donde se ubicó el Cabildo de Granada, se asomaban los alguaciles y los ministriles en la planta baja, el corregidor y los alcaldes en la primera planta y los músicos, con trompetas y chirimías entre otros instrumentos, en la planta alta.
La música servía para amenizar los juegos de cañas y los toros. Esa esencia fue lo que se reprodujo en la Casa de las Chirimías, a lo largo de todo el día, dos veces por la mañana y otras dos por la tarde.
Todo un espectáculo y una sorpresa para los muchos visitantes y granadinos que pasaron por la plaza y el paseo de Los Tristes.
Las fotografías de la noticia son del periodista gráfico Alfredo Aguilar.