miércoles, 19 de noviembre de 2014

Post publicado el 13 de Marzo de 2011, actualizado hoy, 19 de Noviembre de 2013.

Quema de libros árabes en la plaza de Bib-Rambla en 1502

Óleo de Heinrich Heine, pintado por Moritz Danien Oppenheim.
El poeta alemán Heinrich Heine escribió, en 1821, en su tragedia Almansor :

‘’Dort, wo man Bücher verbrennt, verbrennt man am Ende auch Menschen’’

"Allí donde queman libros, acaban quemando hombres’’.

En 1998, existió en la ciudad de París un librero francés fue detenido, resultando culpable y sería condenado a dos años de suspensión por destruir numerosos libros musulmanes escritos en caracteres arábigos existentes en una Biblioteca Municipal de París.

El fanático librero visitaba todos los viernes, el día sagrado para los musulmanes, esta Biblioteca Municipal de París y, entre sus ropas escondía los libros árabes, se los llevaba a su casa donde procedía a su destrucción por el fuego; en su defensa argumentó: ‘’los quemaba para evitar que pudieran leerse’’.

Hoy en día, en las montañas Chiltan, situadas en la comunidad de Quetta, en Pakistán, existen 56 túneles donde cada día un grupo de bibliotecarios, documentalistas y sirvientes se desvive por custodiar un atípico cementerio que contiene 70.000 bolsas de plástico transparente amarillo donde se resguardan, conservan y restauran, en la medida de lo posible, 70.000 ejemplares dañados del Corán.

Estos depósitos son llamados Jabal-E-Noor-Ul-Quran.

Desde antes de la toma de Granada y hasta la guerra de Bosnia, este libro ha sido enviado a la hoguera una y otra vez.

Lo triste, lo trágico, es la cantidad de veces que este incidente ha ocurrido con consecuencias amargas, ya que las primeras destrucciones del Corán se iniciaron cuando se terminó con el proceso de recopilación, entre los años 650 y 656, cuando Utman envió copias del texto final a todos los rincones del imperio islámico, que se ordenaría la destrucción de todas las copias que difirieran de esta nueva versión, la única que ha llegado a nosotros.

Así, la frase de Heinrich Heine es citada con mucha frecuencia por los historiadores que se refieren a las diferentes historias de las quemas de libros y de ejemplares del Corán, como la ocurrida en la plaza de Bib-Rambla, en la ciudad de Granada en 1502, tras su conquista por los Reyes Católicos en 1492.

Óleo del Cardenal Francisco Ximénez de Cisneros
En 1500, el sacerdote franciscano, Francisco Ximénez de Cisneros, que fue confesor de la Reina Isabel la Católica, ordenó recoger cualquier edición de libros árabes, y especialmente del Corán, decidió que fueran sometidos al juicio implacable de las llamas, siendo quemados los libros requisados por las tropas del cardenal Cisneros, a finales de 1499 durante el asalto y posterior expolio de la biblioteca de la Madraza de Granada, considerada la primera Universidad de esta ciudad, y los libros y los ejemplares del Corán fueron llevados con posterioridad, tras un exhaustivo examen para conservar los de medicina y botánica, a la plaza de Bib-Rambla donde se quemaron en pública hoguera el 22 de Febrero de 1502, tras la requisa y saqueo que, en el barrio de El Albayzín, hicieron las tropas del Cardelnal Cisneros casa por casa.

Entre los ejemplares del Corán y los libros y textos de filosofía islámicos expoliados de la biblioteca de la Madraza figuraban el diccionario árabe y la gramática de fray Pedro de Alcalá.

Alvar Gómez, el biógrafo del Cardenal Cisneros, indicó que fueron cinco mil los libros quemados, y en sus "Paseos por Granada y sus contornos", Echevarría dice que fueron en torno a un millón veinticinco mil los ejemplares que fueron a la hoguera.


Foto antigua de la plaza de Bib-Rambla de Granada
La plaza de Bib Rambla tras la reforma
El 23 de febrero de 1502 el cardenal Francisco Ximénez de Cisneros ordenó que se quemaran en la plaza de Bib-Rambla todos los libros escritos en lengua árabe y más de 5.000 volúmenes fueron incinerados, aunque como hecho singular este Cardenal franciscano ha pasado a la historia como el fundador de la Universidad de Alcalá de Henares.

Concluida la conquista de Granada en 1492, fue tarea del Cardenal Cisneros imponer la fe cristiana entre la población musulmana que no abandonó la ciudad tras la toma de Granada.

Una orden fue emitida, la de requisar en todas las casas, que debían tener siempre las puertas abiertas, todos los textos escritos en árabe, estableciéndose la supresión de la fe musulmana y una parte de esa orden se establecía la premisa de que

‘’parte de la supresión del Islam consistía en mandar quemar
 todos los libros y los ejemplares del Corán que hallaren’’.

Según cuenta el cronista Vallejo: 

“Y para desarraygarles del todo de la sobredicha su perversa y mala secta, les mandó á los dichos alfaquís tomar todos sus alchoranes y todos los otros libros particulares, quantos se pudieron aver, los quales fueron más de IIII ó V mill volúmines, entre grandes y pequeños, é hazer muy grandes fuegos é quemarlos todos.”

Hubo voces en contra del carácter inquisitorial y anticultural de dicha quema, no para salvaguardar algún que otro saber musulmán, sino para

“aprovecharse de los pergaminos y papel y enquadernaçiones”

El Cardenal Cisneros, sin embargo, optó por salvaguardar determinados libros de las llamas.

Sigue el cronista:

“...se quemaron todos, sin quedar memoria, como dicho es, exçepto los libros de mediçina e botánhica[...] de los quales su señoría mandó traher bien XXX ó XL volúmines de libros, y están oy en día puestos en la librería de su insigne collegio é vniuersidad de Alcalá...”

Aún cuando las creencias no se traducen, la técnica útil - en primer lugar la medicina - sí se salva de las llamas, pasando a la nueva cultura cristiana emergente, surgida ‘’del triunfo de la Fe’’.

Sobre estas quemas de libros musulmanes, existió un precedente histórico.

En 1109, durante la captura de Trípoli, los cruzados buscaron cualquier ejemplar del Corán para quemarlo. Pensaban que era una obra del mal y merecía el fuego.

Retrato del Papa Clemente VII
En 1537 fue destruida una misteriosa edición del Corán por una instrucción directa del Papa Clemente VII, y se creía que no había quedado ninguna copia hasta hace unos años, en que apareció un ejemplar; hay una sola copia en el mundo, descubierta por Angela Nuovo en la Biblioteca dei Fratri Minori de San Michele, en Isola, Venecia. Se considera que podría tratarse de uno de los libros más raros de la historia del libro.

Cubiertas de un Corán de 1793 - Colección particular

¿Por qué destruir el Corán?

¿Por qué hay acumulado tanto odio contra un libro?

Un intento de entenderlo responde al significado cultural y religioso del escrito.

El Islam, que tiene 1.200 millones de seguidores del Corán en todo el planeta, transformó el orden establecido con un mensaje corto, pero con una idea fuerza muy poderosa, que aún sigue viva:

"No hay más Dios que Alá, Muhammad es su Profeta''

 
Pintura del siglo XVI de la revelación y muestra una discusión entre la tribu de Quraysh
en ''Muhammad, Herencia de un Profeta''
Se dice que el Arcángel San Gabriel reveló durante 23 años al Profeta Muhammad un texto, por la vía de la Iluminación, que sería el Corán, un texto recogido en 77.639 letras, compuesto de 114 suras o azoras (capítulos) compuestas a su vez por un total de 6.236 aleyas (versos o versículos) y cuyo nombre alude a la recitación, sería sagrado.

Recitar el texto sin purificarse no es obrar bien, ya que el libro es cuidadosamente envuelto en seda o en una tela adornada y colocado en una posición elevada y que la mayor gloria del musulmán es memorizarlo. Quienes lo hacen ganan el título de Hafiz.

Se cree que recitado de cierta manera produce milagros. La perfección de la caligrafía con que está escrito supone un acto piadoso. Antes de ser transcrito por Zhaid ibn Thabit, ocupó hojas de palmera, huesos planos de camello, piezas de madera o pergamino.


Desde que en 1801 se publicara en Kazán, capital de Tartaristán, el primer Corán en papel, éste ha sido destruido o quemado en varias épocas.

El 11 de junio de 1992 se anunció la ejecución de cuatro personas en la ciudad santa de Mashhad, provincia de Khorasan. Javad Ganjkhanlou, Golamhossein Pourshirzad, Ali Sadeqi y Hamid Javid 
fueron detenidos en Mashhad el 30 de mayo de 1992, en relación con los disturbios que se habían producido en esa ciudad.

Se les declaró convictos de varios cargos, pero Ali Sadeqi fue también acusado de quemar miles de ejemplares del Corán, pues era el jefe del ataque contra el edificio de la Organización de Propagación Islámica en la que ardió una gigantesca biblioteca donde había ejemplares muy valiosos, como una copia del primer Corán traducido en 1143 por Robert de Ketton, quien fue el primero en traducir el Corán al Latín, traducido en España bajo los auspicios de Pedro el Venerable y otra copia del Corán impreso en papel en Kazán en 1801.

Se cree que desde 1992 hasta el final de la guerra en Bosnia, los serbios dañaron 188 bibliotecas -43 completamente destruidas- y devastaron 1.200 mezquitas, y esa cuenta aún está incompleta. Miles de ejemplares del Corán fueron purgados y desaparecidos.


Edificio de la Biblioteca Nacional de Sarajevo

El sitio de Sarajevo fue el  asedio más prolongado en la historia de la guerra moderna. Llevado a cabo por las fuerzas de la autoproclamada República Serbia de Bosnia y el Ejército Popular de Yugoslavia, duró desde el 5 de Abril de 1992 hasta el 29 de Febrero de 1996.

El patio central de la Biblioteca antes y después del incendio en 1992

La Biblioteca Nacional de Sarajevo fue quemada a finales de agosto de 1992. El incendio fue causado por el fuego de artillería del ejército serbio-bosnio. El edificio no tení­a valor estratégico ni importancia militar, pero constituía el gran sí­mbolo de identidad de un pueblo; poseía unos dos millones de libros y miles de documentos y manuscritos de gran valor, conservados a lo largo de siglos tanto por musulmanes como por serbios ortodoxos, croatas católicos y judí­os.


En Octubre de 2007, en el diario El País, el hispanista Muhammad  Nezirovic, profesor emérito de la Universidad de Sarajevo y que perdió en la guerra su biblioteca particular de 5.000 volúmenes, ''que quedaron en el lugar equivocado del frente'' y, según su opinión, ''Vijecnica fue bombardeada por ser el núcleo de la memoria colectiva y de la identidad multiétnica de Bosnia-Herzegovina''.


''Fue un intento de destruir la memoria escrita. Es hermoso pensarla como un ave fénix que renace frente a la barbarie. No puede volverse un centro administrativo... ¿Se imagina usted la Alhambra convertida en Ayuntamiento, como terminó siendo la Madraza de Granada en 1502?... Nadie en Sarajevo ve a ve a Vijecnica como un Ayuntamiento''


En abril de 2003, durante la toma de Bagdad por las tropas de EE UU, cientos de ejemplares del Corán de diferentes épocas desaparecieron en el incendio de la Biblioteca Nacional y en el Centro Cultural Bayt Al Hikma.


Es imposible que una persona haya escuchado hablar de una computadora o de un coche sagrado, pero sabe, como lo supo antes Borges, de la existencia de libros considerados sagrados.

Un
 libro viene a ser para muchas sociedades un monumento a la memoria y el libro sagrado una manifestación divina de un espíritu superior, por la vía de la Revelación, como es La Biblia o de la Iluminación, como es El Corán.



Archivo del Centro Cultural Bayt Al Hikma tras el incendio
Y, sin embargo, como libro sagrado, El Corán adquiere paradojicamente en la actualidad otra condición y es la de ser un libro sagrado perseguido como símbolo.

Una escuela thailandesa dice tener un Corán de Al-Andalus de más de 800 años



NARAHIWAT (TAILANDIA) - Día 19/11/2014

Expertos españoles precisan que también podría ser un ejemplar magrebí de la misma época.

Una escuela islámica en el sur de Tailandia asegura poseer un Corán de Al-Andalus con una antigüedad de más de 800 años, aunque expertos españoles precisan que también podría ser un ejemplar magrebí de la misma época.

Mahamalutfi Hayisamae, director de la escuela Samanmit Wittaya en la provincia de Narathiwat, asegura que el Corán, que recibió de un amigo marroquí que vivía en Arabia Saudí, se encuentra en un mal estado de conservación.

El responsable indicó que el ejemplar está relacionado con Abdul Rahman Al Ghafiqi, el militar andalusí del siglo VIII derrotado por el franco Carlos Martel en la batalla de Poitiers, aunque no confirmó si el nombre está impreso en el Corán o no.

Además del ejemplar supuestamente andalusí, la escuela tiene unaextensa colección de coranes antiguos de Egipto, Pakistán, Afganistán, Persia, China, India o Yemen.

«No tenemos suficiente experiencia y conocimiento para proteger estos coranes antiguos, y no tenemos suficiente presupuesto. Antes los guardaba en mi casa, aunque ahora tenemos una habitación especial en la escuela», indicó a Efe Mahamalutfi.

Algunos ejemplares cuentan con urnas de cristal y la habitación cuenta con una máquina deshumificadora, pero el director está preocupado por la conservación de los libros.

Restauración en Turquía

En este momento, recibe ayuda del Gobierno para enviar, poco a poco, los ejemplares a Turquía para su restauración.

Allí espera enviar el Corán supuestamente andalusí para que lo restauren y se pueda precisar su origen y fecha de elaboración.

Los profesores Juan Pablo Arias, de la Universidad de Málaga, yMaría Teresa Espejo, de la Universidad de Granada, indicaron, tras examinar unas fotografías, que el ejemplar tiene características similares a los coranes andalusíes y magrebíes.

«Después de observar las fotos (...) solo podemos decir que por el tipo de letra, decoración y características pudiera ser de tipo andalusí, o magrebí», afirmó la profesora Espejo en un correo electrónico con Efe.

«De todos modos no son elementos suficientes para tomar esta afirmación como concluyente. Habría que verlo 'in situ' y tomar en consideración otros aspectos», agrego la profesora titular del Departamento de Pintura.

La profesora, que participó junto con Arias en la restauración de un Corán andalusí del siglo XIII, aseveró que, en todo caso, las características del ejemplar de Tailandia indican que no es de esa misma época.

Más de una docena

Según el profesor Arias, «los coranes andalusíes y los magrebíes comparten muchas características por lo que a veces es difícil saber si son de uno u otro lugar (salvo que expresen claramente donde han sido copiados en el colofón o haya otro dato que nos ayude a identificarlo)».

El experto en lingüística árabe apuntó que la clave para detectar el origen del Corán es estudiar las «notas marginales y otros aspectos materiales (que) también suelen dar algunas pistas (tintas, soporte, tipo de encuadernación)».

Se estima que hay más de una docena de coranes de Al-Andalus.

Narathiwat, junto con las provincias tailandesas de Yala y Pattani, formó parte del antiguo sultanato de Patani, anexionado en 1902 por Tailandia y donde actualmente el 80 por ciento de la población es malayo-musulmana.

Bruno Alcaraz Masáts