La
Alhambra, objeto de deseo de las cámaras
Fotograma de la película "El Dorado", de Marcel L'Herbier (1921)
Fotograma de la película "El Dorado", de Marcel L'Herbier (1921)
El
monumento nazarí es un codiciado plató de cine desde 1916, cuando la primera película que se rodó en la Alhambra que ‘La vida de Cristóbal Colón'
"Yo abría los grifos del Patio de los Leones”, le dijo en una ocasión la actriz y cantante Imperio Argentina a su amigo Juan de Loxa. El hecho insólito ocurrió en 1928 durante el rodaje de Los claveles de la virgen en la Alhambra de Granada. En ese rodaje, un joven Federico García Lorca se acercó al monumento movido por la curiosidad. La misma que despertó en la industria cinematográfica. Esa fascinación por el monumento nazarí ha hecho que la imagen de la ciudad palatina quede fijada en cientos de rollos de celuloide y que, en la actualidad, la Alhambra siga siendo un deseado escenario de rodajes.
En 1905 una cámara
recogía las primeras imágenes que se tienen del monumento. En la cinta, de
corte documental, se ve cómo una gitana pasea por el Patio de los Arrayanes,
varios segundos después se muestran imágenes en movimiento de diversas
estancias de la Alhambra. Ese mismo año, la primera directora de la historia
del cine, la francesa Alice Guy, viajó con un equipo a Granada para rodar Espagne.
Pero no es hasta 1916 cuando se realiza el primer rodaje de ficción en el
monumento. Fueron las cámaras del director Gérard Bourgeois las que grabaron la
película La vida de Cristóbal Colón.
“La Alhambra es un
hallazgo de los cineastas extranjeros. Fueron ellos los que nos descubrieron el
monumento a los españoles”, desvela Carlos Martín, historiador que durante tres
años (2006-2008) realizó la Memoria Audiovisual de la Alhambra. En este trabajo
de arqueología cinematográfica se han hallado más de 50 cintas, entre
documentales y películas, en las que la ciudad palatina sirve como decorado
natural.
Entre
los filmes rodados en la Alhambra destaca El Dorado (Marcel
L’Herbier, 1921). “La película fue posible hacerla porque era un momento en el
que el turismo no estaba desarrollado en el monumento, eso ahora sería
imposible”, comenta Martín. Carmen Sevilla grabó Violetas imperiales
en 1952, bajo las órdenes de Richard Pottier, una película dedicada a la vida
de la emperatriz Eugenia de Montijo. En 1958 los palacios nazaríes se
convirtieron en la corte del Bagdad de Las mil y una noches en la
cinta Simbad y la princesa, dirigida por Nathan Juran. A partir
de este filme las grandes producciones de Hollywood tuvieron que buscarse otro
set de rodaje.
Prueba de ello es la
famosa historia del cineasta Steven Spielberg. En 1988, el director buscaba
localizaciones para la tercera entrega de Indiana Jones, en una de las escenas
un Rolls Royce debía entrar en el Patio de los Leones. El rodaje le fue
denegado. Y es que la Alhambra, a pesar de tener un vínculo especial con el
séptimo arte, es frágil.
La
ciudad palatina continúa siendo objeto de deseo de las cámaras y su uso cada
vez está más limitado. El Patronato de la Alhambra y el Generalife vela para
que la imagen del monumento no se manche y su difusión sea lo más beneficiosa
posible, por eso solo está permitido filmar en horarios que no hay visitas y en
ocasiones puntuales. “Los rodajes están muy regulados. Hay normativas”, explica
Ana Fernández, jefa de comunicación del Patronato. “Aunque la actitud de los
que vienen a rodar siempre es muy buena”, matiza.
Las limitaciones, en un
principio, fueron escasas y eso permitió que en la Alhambra se rodara casi sin
problema. En algunas ocasiones lo que se ha hecho es tomar recursos del
monumento y luego se graba en otras localizaciones. La película Réquiem
por Granada (Vicente Escrivá, 1990), inspirada en los últimos años del
reinado nazarí, fue en parte filmada en el Real Alcázar de Sevilla. El caso
contrario es el de la producción francesa Alice et Martin (André
Techiné, 1998), las últimas escenas se rodaron dentro de los palacios nazaríes
con los turistas como extras.
Un momento del rodaje del documental "Morente sueña la Alhambra" (2005 ) |
A pesar de que los
rodajes de películas han descendido tanto que ahora son casi inexistentes, las
cámaras continúan ansiosas por captar su esencia y mostrarla. La última
producción fue el documental Morente sueña la Alhambra (José
Sánchez-Montes, 2005).
Durante un año las cámaras convivieron con los turistas.
“Era rodar a un monumento vivo, Enrique Morente, en un monumento inerte”,
recuerda su director, para quien la filmación fue muy complicada, pero trabajó
siempre“con el cuidado y el respeto que se merece la Alhambra”.
La
tendencia actual es que se aprovechen espacios que no suelen estar abiertos al
público como el Baño de Comares o exteriores como el Palacio de Carlos V para
grabar informativos, reportajes de actualidad o imágenes promocionales. “Los
japoneses están locos con la Alhambra, vienen a grabar para promocionar Granada
como destino turístico”, cuenta María José Martín, coordinadora de las
filmaciones en el monumento.
Quien ha fijado la
cámara en la ciudad palatina es el equipo de la serie de televisión Isabel,
que recrea la vida de la reina Isabel la Católica. La estrecha relación que
guarda el personaje con el conjunto monumental podría verse en la pantalla en
su segunda temporada, lo que supondrá que algunos turistas se cruzarán con la
reina por los patios de la Alhambra.
Cronología fílmica de la Alhambra:
Se suele citar el año
1916 para datar la entrada de las cámaras de cine en la Alhambra. Es la fecha del primer
rodaje de ficción, La vida de Cristóbal Colón, de Gérard Bourgeois.
Sin embargo, si
hablamos de cine documental, es mucho antes, en torno a 1905, cuando los
operadores de la joven productora Pathé toman las primeras imágenes en
movimiento del recinto, siguiendo esa obsesión del cine primitivo por la
plasmación cinematográfica de “lugares característicos” hasta el videoclips Take
This Waltz, del LP titulado Poetas en Nueva York, de Leonard Cohen (1986)
Leonard Cohen en Granada, cuando vino para rodar el videoclips Take This Waltz (1986) |
- La vida de Cristóbal Colón,
de Gérard Bourgeois (1916)
- El Dorado,
de Marcel L'Herbier (1921)
- Los claveles de la virgen,
de Florián Rey (1928)
- Alhambra o El suspiro del moro,
de Antonio Graciani (1936)
- María de la O, de
Francisco Elías (1939)
- Cuentos de la Alhambra,
de Florián Rey (1950)
- Violetas Imperiales,
de Richard Pottier (1952)
- Aguaespejo
granadino, de José Val del Omar (1953)
- Decamerón, Tres
historias de amor, de Hugo Fregonese, (1953)
- Simbad y la princesa,
de Nathan Juran (1958)
- Delirios de grandeza,
de Gérard Oury (1971)
- Rocío y los detonadores,
de Fernando García Tola (1972)
- Todo es posible en
Granada, de Rafael Romero Marchent (1982)
- Días contados,
de Imanol Uribe (1994)
- Alice et Martin,
de André Techiné (1998)
- Morente sueña la Alhambra, documental de José Sánchez-Montes (2005)
Bruno Alcaraz Masáts