lunes, 25 de agosto de 2014

El Sacromonte, según el nuevo
listado europeo de la UNESCO.

La UNESCO acaba de actualizar en París el listado de los edificios santuarios que, en Europa,  son llamados Sacromonte desde el primer Sacromonte que se construyera en 1478 en El Varallo,
una pequeña montaña de Valdeseia,
en los Alpes.


El conjunto de edificios que forman la Abadía del Sacromonte
se extiende en una pequeña montaña del valle de Valparaiso


El Sacromonte de Varesse es hoy un pueblo pequeño, en la cima
de un monte, donde los automóviles están prohibidos.

Al regreso de una peregrinación a Tierra Santa, el fraile franciscano fray Bernardino Caimi, erigió en 1478 un santuario en el Varallo, una pequeña montaña de Valdeseia, en los Alpes.


Grabados del primer Sacro Monte erigido, el de Varallo,
realizados por Gaetano Alessi (1604) y Giovani Manaulf (1688)

El santuario de Varallo empezó a ser conocido en toda la cristiandad de Occidente, desde 1486, como ‘’El Sacro Monte’’, por sus vía crucis, sus vías sacras y sus estaciones dolorosas y serían erigidos otros nuevos ‘’Sacro Monte’’ en los lugares de Orta, Crea, Oropa y Domodossola como los santuarios a los que los peregrinos devotos irían, sin tener que hacer un peligroso viaje a Tierra Santa.

Era un santuario como los que había visitado en su estancia en Palestina y su idea original era la de reproducir un lugar que recordarse la vida y la pasión de Cristo, como si de una Nueva Jerusalem se tratase.

Fray Bernardino Caimi estaba inventando el germen de una novedosa y curiosa tipología arquitectónico-devocional que gozaría de un fuerte arraigo popular.

Cuando cien años más tarde es visitado por el arzobispo de Milán, el futuro San Carlos Borromeo, al santuario de Varallo se le añadieron varias capillas trazadas por el arquitecto manierista Galeazzo Alessi y diversas esculturas y pinturas como las de Gaudenzio Ferrari.

El santuario de Varallo empezó a ser conocido en toda la cristiandad de Occidente, desde 1486, como ‘’El Sacro Monte’’, por sus vía crucis, sus vías sacras y sus estaciones dolorosas y serían erigidos otros nuevos ‘’Sacro Monte’’ en los lugares de Orta, Crea, Oropa y Domodossola como los santuarios a los que los peregrinos devotos irían, sin tener que hacer un peligroso viaje a Tierra Santa.


Sacro Montes de Crea y de Varesse, en grabados
de G. Godio (1877) y de Federico Agnelli (1656)


Sacro Montes de Domodossola y de Oropa, en grabados
de Pier Maria Perini (1772) y de G. T. Borgonio (1682)

El modelo del Sacro Monte es una creación cristiana de finales del siglo XV que, con la Contrarreforma, se difundió desde Italia a Europa y al Nuevo Mundo.

Un Sacro Monte es un complejo devocional situado en la ladera de una montaña con una serie de capillas o edículos en la que se representan, con pinturas y esculturas, escenas de la Vida de Cristo, de María o de los Santos.

Los Sacri Monti, reproduciendo la Nueva Jerusalén, ofrecían a los peregrinos la posibilidad de visitar los Lugares Santos mediante la reproducción, a menor escala, de los edificios en los que tuvo lugar la Pasión de Cristo.

Están ubicados a una altura elevada, en una posición apartada con respecto al centro urbano, en un ambiente más natural, y donde se llega predominantemente mediante la peregrinación.

No es extraño que el camino recuerde a la Vía Dolorosa, el camino que en Jerusalén lleva al Calvario, y que recorrió Cristo cargando con la Cruz.

En el siglo XVII, se erigieron nuevos ‘’Sacro Monte’’ en Portugal, entre los que destaca como el más bello por su trazado y por su riqueza interior el de Bom Jesús do Monte, en la sede arzobispal de Braga.

En el corazón de Europa se erigieron toda una serie de Sacro Monte (254 en 18 paises, siendo 1.812 el número de Sacro Montes, Calvarios y Complejos Devocionales los catalogados por la UNESCO en estos 18 paises), donde destacan sobre todos el conocido hoy como el Monte Calvario de Banská Štiavnica es el más importante de Eslovaquia y desde el punto de vista artístico uno de los más grandes y significativos de toda Europa y el santuario de Kalwaria Zebrzydowska, situado en Polonia, en la colina de Zarek (527 metros) y en las laderas del Monte de Lanckorona (530 metros), a 40 km al suroeste de Cracovia y a 15 km al este de Wadowice.

En 1993 el Monte Calvario entró a formar parte de la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, junto con la ciudad histórica de Banská Štiavnica y los monumentos técnicos de sus alrededores.

En 1999 el Santuario de la Pasión y de la Virgen de Kalwaria Zebrzydowska fue incluido por la UNESCO en la Lista del Patrimonio Mundial por el siguiente motivo:

“Kalwaria Zebrzydowska es un paisaje cultural de enorme belleza e importancia espiritual. El marco natural, en el que están ubicados los lugares simbólicos de culto relacionados con la Pasión de Jesucristo y la vida de la Virgen María, ha permanecido prácticamente inalterado después del siglo XVII. Hoy en día sigue siendo un lugar de peregrinaje”.

Con posterioridad, se erigen nuevos ‘'Sacro Monte’’ en los territorios del Nuevo Mundo, como el de Congolhas do Campo, en Brasil, y el de Amecameca, erigido éste en un lugar que antes fue sagrado de los aztecas.

En la Granada del siglo XVI, y siendo Arzobispo D. Pedro de Castro de Cabeza de Vaca y Quiñones, se erigió un Sacro Monte en el lugar llamado monte de Valparaiso, tomando el nombre del valle donde se ubica, contiguo a las colinas del Albayzín y separado por el río Darro de aquellas otras colinas sobre las que están erigidos la Alhambra y el Generalife, siendo por tanto un lugar próximo y lejano a la ciudad de Granada.

Los Libros Plúmbeos del Sacromonte de Granada

En 1594, tras los hallazgos efectuados en una cueva en busca de tesoros por Francisco Hernández y Sebastián López de unas láminas de plomo, que indicaban ser el lugar donde habían sufrido martirio los cuerpos de San Tesifón, San Cecilio y San Hiscio, fue el Arzobispo D. Pedro de Castro quien ordenaría seguir la excavación y se encontraron con nuevas láminas, un horno y cenizas que atribuyeron a los martirizados, lo que dio inicio a una investigación histórica sobre la falsedad de las láminas de plomo halladas, según el Vaticano, que sólo aceptó como verdaderas las reliquias que representaban los restos humanos de los santos martirizados y que la Iglesia siempre ha condenado la veracidad de los principios teológicos de los ‘’Libros Plúmbeos del Sacromonte’’, no así a las reliquias halladas de los mártires que, desde el Papa Inocencio XI, se han aceptado como auténticas.

25 fueron las láminas de plomo encontradas, escritas en árabe, y que se conocen como los “Libros Plúmbeos del Sacromonte”, que darían origen a diversas controversias en torno a su autenticidad y traducción o que se trataba de una falsedad histórica.


El Arzobispo Don Pedro de Castro y Amerique Antolinez haciendo
una recogida de huesos y cenizas de los mártires en el Sacromonte.
Grabado de Francisco Heylan


Ante estos hallazgos, al Arzobispo D. Pedro de Castro decidió hacer la Colegiata y el Colegio de San Pedro Areopagita, adjunto a ella, por Real Cédula de 6 de Junio de 1598, sobre la cueva de los hallazgos donde una tradición indica que la Virgen se apareció a este Arzobispo de Granada para encomendarle que la fundación tuviese carácter secular, y que este hecho ocurrió en la segunda capilla subterránea, a la derecha, llamada ‘’Horno de San Hiscio’’, según recogía la Guía del Museo del Sacro Monte escrita por el catedrático Pita Andrade, en las páginas 13 y 14, editada en 1964.



Entrada a las Catacumbas de la Abadía del Sacromonte


En una ciudad como Granada, que erigió una catedral en el corazón de la medina musulmana, sobre la antigua mezquita mayor, y que transformó la ciudad en un lugar sacro, que simbolizaría a través de la arquitectura unas nuevas formas de vida, surgidas tras la Toma de Granada en 1492, el Sacromonte de Granada surgiría como un conjunto sacro-monumental dedicado a sus primeros mártires, que elevaría a San Cecilio como el Patrón de la ciudad, esta Abadía del Sacromonte ofreció en su época un foco de devoción de gran interés, debido a sus especiales características como montaña sacra, como las de Italia, y que alcanzaría su configuración definitiva con la devoción Contrarreformista.

Una de las figuras yacentes en las Catacumbas del Sacromonte

El 21 de Marzo de 1595, Don Pedro de Castro, como buen burócrata cortesano, hizo que el maestro de la Catedral, Ambrosio de Vico, girase un reconocimiento al lugar de las excavaciones y a las cuevas terraplenadas de su entrono, que pasaron a ser las Catacumbas de Granada integradas en la Abadía, con el fin de detentar el poder del paraje denominado Ilipula, al aparecer citado en una traducción de unas de las láminas de plomo que se refería al martirio de San Mesitón en el ‘’locus ilipulitanus’’, siendo la primera cita que aparece del nombre Sacro Monte de Granada en un texto redactado por el Arzobispo de Granada.

Así se fue generando en la ciudad de Granada un lugar llamado, al modo de los santuarios italianos conocidos como Sacro Monte, donde se erigió una Abadía o Colegiata de San Cecilio, y que llegaría a constar, en su momento de máximo esplendor, de la Abadía y las Santas Cuevas, el Colegio Viejo de San Dionisio Areopagita y el Colegio Nuevo, la Casa de Canónigos y el Cementerio Canónigos, situado éste junto a las Santas Cuevas, disponiéndose que la Abadía tuviese en su obra dos emblemas que, por orden del Arzobispo, conservaran su nombre para generaciones futuras: uno es el escudo de D. Pedro de Castro, Arzobispo de Granada, y el otro es la estrella de Salomón.

En 1640 se autorizó a los Colegiales del Colegio de San Dionisio Areopagita a hacer uso de una beca, como los demás Colegios Seculares de la ciudad. Esta banda de color que se extendía por ambos lados de la cabeza para caer sobre el cuerpo en dos bandas de color, y que era acompañada con un birrete con la borla en el mismo color, fue morada en sus primeros tiempos, aunque posteriormente se cambiaría al actual color rojo, para distinguirla de la beca azul del Colegio de San Bartolomé y Santiago.

El interior de la Abadía alberga un notable Archivo y una gran Biblioteca y de ellos surgió en 1928 el Museo del Sacromonte, que alberga admirables tablas y lienzos, y es obligado destacar los manuscritos árabes de inapreciable valor como ‘’Generalidades sobre la Medicina’’, de Averroes, del que sólo se conoce la existencia de otro ejemplar en San Petersburgo, en Rusia, así como otros textos de Maimónides, Ptolomeo y el llamado ‘’’Suficiente’’, de Ibn Mugit el Toledano y otros textos fechados en los siglos XI, XII, XIII, cuatro en el XIV, dos en el XV y dos en el XVII, que permitirían estudiar hoy la evolución de la escritura árabe en España, pero uno de los elementos a destacar de sus vitrinas son las planchas de la Plataforma de Ambrosio de Vico y una carta de Pizarro dirigida al Emperador Carlos V, junto a una interesante colección de monedas.

En el exterior, en el pago de Handacarchena, quedan aun restos del acueducto erigido en 1554 para el abastecimiento de aguas, dado que el Pozo de la Samaritana, situado frente a la Abadía, no era suficiente, aunque el acueducto quedaría pronto en desuso, por lo que sería desviada agua de la acequia de Aynadamar por la llamada ‘’Cañería del Sacromonte’’.


La UNESCO describe el sitio Los Sacromontes de Piamonte y de Lombardía del siguiente siguiente modo:

Los nueve Sacromontes de Italia septentrional son grupos de capillas y de otros elementos arquitectónicos realizados entre finales del siglo XV y finales del siglo XVII, consagrados a varios aspectos de la fe cristiana. Además de su significado religioso simbólico, son también de una gran belleza gracias a la hábil integración de los elementos arquitectónicos en los paisajes naturales rodeados de colinas, bosques y lagos. Contienen también obras de arte muy importantes bajo forma de frescos y de estatuas.

El Comité del Patrimonio Mundial ha incluido el sitio en la Lista por los siguientes motivos: 

La realización de una obra de arquitectura y de arte sagrado en un paisaje natural, con objetivos didácticos y religiosos, alcanzó su más alta expresión en los Sacromontes de Italia septentrional y tuvo una profunda infl uencia en el desarrollo posterior del fenómeno en el resto de Europa. Los Sacromontes de Italia septentrional representan la lograda integración entre arquitectura y bellas artes en un paisaje de gran belleza realizados por motivos religiosos en un período crítico de la historia de la Iglesia Católica.

Los Sacromontes del sitio de la UNESCO están ubicados principalmente en el arco alpino, cerca de los lagos o en el límite de los valles surcados por los ríos afl uentes del Po y recorridos por las viejas importantes vías de comunicación.

Los Sacri Monti de Piemonte y Lombardia (Italia), el Monte Calvario de Banská Štiavnica (Eslovaquia) y Kalwaria Zebrzydowska (Polonia) comparten el importante reconocimiento de la UNESCO, que ha incluido estos extraordinarios complejos devocionales en la Lista del Patrimonio Mundial.

Los Sacri Monti de Italia, incluidos en la Lista del Patrimonio Mundial son:

Varallo, Belmonte, Crea, Domodossola, Ghiffa, Oropa, Orta, Ossuccio y Varesse.

Un mapa geográfico de Europa, cofinanciado por la UNESCO, (Mapa de los Sacri Monti, Calvarios y complejos devocionales, escrito por Amilcare Barbero) destaca 1.812 complejos devocionales, que se han identificado en los siguientes países:
  1. España (56)
  2. Francia (42) – En La Bretaña* (99)
  3. Holanda* (84)
  4. Bélgica* (163)
  5. Luxemburgo* (20)
  6. Alemania* (152)
  7. Suiza (11)
  8. Italia (56)
  9. Austria* (301)
  10. Hungría* (376)
  11. República Checa*(107)
  12. Eslovenia* (97)
  13. Polonia* (76)
  14. Rumania (42)
  15. Ucrania (4)
  16. Eslovenia (19)
  17. Croacia (33)
  18. Yugoslavia (83)
En algunos países, los que están marcados con un asterisco y llevan el número de complejos indicado, el censo ha sido bastante exhaustivo.

Cada complejo está estructurado en cuatro secciones fundamentales: la ficha descriptiva, la planimetría, las fotografías y la bibliografía.

Bruno Alcaraz Masáts