Un forense para Boabdil
Un grupo de investigadores cree haber hallado en Fez la tumba del último rey de Granada, el forense vasco Francisco Etxeberria y el cineasta Javier Balaguer lideran las inspecciones.
Un grupo de investigadores cree haber hallado en Fez la tumba del último rey de Granada, el forense vasco Francisco Etxeberria y el cineasta Javier Balaguer lideran las inspecciones.
Templete de Fez en el
que se piensa que fue enterrado Boabdil.
Fotografía de Javier Balaguer.
Después de llorar por
su ciudad aquel 2 de enero de 1492, cosa que muy seguramente no hizo, a
Boabdil, el último rey de Granada, le quedaba aún mucha vida por delante. E
intensa. De hecho, tras dejar su reino, en lugar de desvanecerse en la historia
en una nube de lágrimas y melancolía, como correspondería a la leyenda
romántica del desventurado y sollozante rey Chico (o Chiquito, para más guasa),
Abu Abdalla Mohamed XII (XI, según nuevas investigaciones), llamado Boabdil en
una corrupción cristiana de su nombre, pasó a ocupar un feudo en las Alpujarras
y, tras morir su mujer, la famosa Morayma, marchó de allí en octubre de 1493
con un numeroso séquito y su madre, la irreductible y maniobrera Aixa, a
Fez. En la ciudad marroquí, lejos de Al-Andalus, vivió como príncipe huésped
del sultán hasta su muerte en 1533, 40 años después.
Según algunos
testimonios, en contraste con el cliché de cobardica de la vieja historiografía
acartonada, Boabdil habría ayudado corajudamente a su anfitrión en sus guerras,
con las armas en la mano, e incluso habría muerto en batalla, de un lanzazo y
una flecha. Destino llamativo para un supuesto pusilánime que ha enriquecido
nuestro imaginario con su llanto y nuestra toponimia con sus suspiros.
Fuentes de la época
sitúan su lugar de entierro en una musalla (zona abierta dedicada a la
oración) junto a la Bab Sharia, la Puerta de la Justicia, de la medina de Fez,
hoy conocida como la Puerta del Quemado.
Fiados en estas
fuentes, apoyados en una profunda labor documental y con el objetivo de
resolver uno de los grandes misterios de nuestra historia —el paradero de los
restos del último rey de la Granada musulmana— y, al mismo tiempo, reivindicar
a Boabdil, un singular equipo multidisciplinar formado por españoles y árabes
ha comenzado ya a trabajar sobre el terreno en Fez. Y están seguros de que
tienen a Boabdil al alcance de la mano.
A la cabeza del grupo
figuran en curiosa alianza el cineasta Javier Balaguer, ganador de un Goya, y
el famoso forense Francisco Etxeberria, exhumador de fosas de la Guerra Civil y
perito en casos como el de los niños de Córdoba, Ruth y José. Balaguer y
Etxeberria han estado en marzo en el supuesto lugar de enterramiento, donde el
equipo ha realizado una prospección arqueológica con georradar. “Estamos
seguros de que es el sitio”, afirma Balaguer.
El cineasta explica que dentro de
una antigua qubba, un pequeño templete cuadrado con cúpula que se
preserva en la musalla, hoy un parque destartalado, han localizado dos
cuerpos.
“Creemos que uno es él, Boabdil, y el otro, un santón cuya memoria se
ha preservado, Sidi Bel Kassem”.
El mausoleo del santón Sidi Bel Kassem y del rey Boabdil en Fez. |
Balaguer señala que era
usual enterrar a un hombre santo junto a los reyes para evitar la profanación.
El cineasta, que está
realizando un documental sobre Boabdil y prepara también un largometraje de
ficción, apenas puede contener su deseo de que comience la excavación “y que
Paco pueda ver los restos”. Esta fase de la investigación se encuentra
paralizada de momento, a la espera de nuevos permisos de las autoridades
marroquíes.
Balaguer avanza que la tarea de Etxeberria no será, en cualquier
caso, fácil.
Vamos, que Boabdil no aparecerá, si lo hace, con la espada del islam al cinto.
“Los enterramientos musulmanes no dan muchas referencias, no hay
ajuar, y los cuerpos están envueltos en un simple sayo”.
Vamos, que Boabdil no aparecerá, si lo hace, con la espada del islam al cinto.
“En realidad”, apunta
Francisco Etxeberria, “una de sus espadas jinetas (otra está en el Museo del
Ejército de Toledo) se conserva en el Museo de San Telmo en San Sebastián.
Siempre me ha llamado
la atención. Es una curiosa conexión donostiarra de Boabdil”. Tras la toma de
Granada, los Reyes Católicos entregaron esa espada a Íñigo López de Mendoza,
conde de Tendilla y primer alcaide de la Alhambra. Su última propietaria fue
Blanca Porcel y Guirior, marquesa de San Millán (descendiente del almirante
donostiarra Antonio de Oquendo), que la donó al museo en 1940.
“Va a ser complicado”,
advierte el forense sobre la identificación de Boabdil. “Dependerá mucho de la
preservación de los restos. En las películas siempre se resuelve el caso, pero
en la realidad no es así. Trataremos de tomar muestras de ADN para cotejarlas
con el de los descendientes de Boabdil, que existen, pero puede que el ADN de
los restos del rey se haya degradado por las condiciones ambientales. Vamos a
ver”.
Esos descendientes lo son por parte de la hermana del rey, que permaneció en España y a la que se le atribuye un hijo nada menos que de Fernando el Católico.
Inspección
del forense Francisco Etxeberria en marzo del posible enterramiento de Boabdil. Fotografía de J. Balaguer.
No es la primera vez
que Etxeberria se enfrenta a restos de personajes históricos, pues ha
estudiado, entre otros, los de Bermudo III de León, del siglo XI. Pero el
forense encuentra especialmente emocionante la pesquisa sobre Boabdil, esa
investigación tipo CSI, en versión rey moro, que “nos lleva a un mundo
desconocido”.
El origen de la sensacional aventura que es la búsqueda del perdido rey de Granada tiene su inicio, explica Javier Balaguer, en la obsesión por el personaje de Mustafá Abdulrahman, asesor cultural de la familia real de los Emiratos Árabes Unidos y apasionado de la historia, que financia el proyecto.
El origen de la sensacional aventura que es la búsqueda del perdido rey de Granada tiene su inicio, explica Javier Balaguer, en la obsesión por el personaje de Mustafá Abdulrahman, asesor cultural de la familia real de los Emiratos Árabes Unidos y apasionado de la historia, que financia el proyecto.
El cineasta subraya
que, se encuentre o no a Boabdil, la investigación es una oportunidad
excepcional para mostrar al verdadero personaje más allá del arquetipo.
denuncia Balaguer.
“Es una
figura maltratada por la historia, escrita por los vencedores”
denuncia Balaguer.
"Rindió Granada, sí, pero gracias a su decisión la ciudad se
preservó. Boabdil habría sido así el responsable de que Granada no ardiera".
Como Von Choltitz, incumpliendo las órdenes de Hitler, lo fue de que no ardiera
París. El cineasta subraya que, de haberse obstinado el rey en la defensa de la
ciudad, los Reyes Católicos la hubieran arrasado como hicieron en 1487 con
Málaga, defendida a ultranza por las cimitarras de Hamet El Zegrí y sus gomeres
negros.
“Fue político, negociador, entendió que era absurdo prolongar la
situación sin posibilidad de recibir ayuda”.
El equipo que busca a
Boabdil trata también de contar su historia a través del punto de vista árabe,
mucho más favorable al rey que el español, que lo ha desacreditado
sistemáticamente.
En todo caso, el verdadero Boabdil está hecho de luces y sombras. Y no se puede negar que habrá salvado la Alhambra, pero fue un verdadero intrigante cuyas maniobras para hacerse con el poder, en riña con su padre y su tío y apoyado por su madre y la facción de los Abencerrajes, llevaron agua al molino de los cristianos.
“Es triste que la mayoría conozca a Boabdil por una frase
inventada dos siglos después, aquello de que su madre le dijo, “llora como
mujer...”.
En todo caso, el verdadero Boabdil está hecho de luces y sombras. Y no se puede negar que habrá salvado la Alhambra, pero fue un verdadero intrigante cuyas maniobras para hacerse con el poder, en riña con su padre y su tío y apoyado por su madre y la facción de los Abencerrajes, llevaron agua al molino de los cristianos.
"Soy cineasta y
pretendo seguir siéndolo", puntualiza Balaguer al preguntarle si se va a pasar
al oficio de arqueólogo o historiador. De la investigación sobre Boabdil,
aparezca o no, saldrá un documental, pero también está prevista una película de
ficción que no tiene nada que ver, dice Balaguer, con la que proyecta Antonio
Banderas —el autor de su guion, por cierto, el escritor Antonio Soler, acaba de
publicar una interesante y documentada novela histórica sobre el personaje, Boabdil,
un hombre contra el destino (Espasa)—.
El misterio de los
restos del rey es la guinda del enigma del paradero final de toda la dinastía
nazarí (y de la reina Morayma), que reinó entre 1237 y 1492 con 22 monarcas.
Cuando Boabdil abandonó Granada se llevó con él los despojos de la mayoría de
sus antecesores, los que estaban enterrados en la rawda, el cementerio
real, de la Alhambra (en 1925 se encontraron las tumbas vacías) y, según todos
los indicios, los reenterró en el cementerio musulmán (macáber) de
Mondújar.
Pero los restos no han aparecido. Excavaciones arqueológicas
realizadas en el lugar apuntan a que las sepulturas de la dinastía nazarita
fueron removidas durante la construcción de la carretera de circunvalación de
la localidad en 1988, y los huesos de los reyes se encuentran hoy bajo el
asfalto de la autovía de Motril. Más suerte parece haber tenido el desdichado
Boabdil.
Artículo publicado en El País por Jacinto Antón - 14 de Abril de 2013.
Posts publicados en este blog sobre Boabdil, el último rey nazarí de la Alhambra:
Viernes, 16 de Enero de 2009:
Domingo, 14 de Abril de 2009:
http://brunoalcaraz.blogspot.com.es/2006/01/boabdil-el-rey-chico-ltimo-rey-nazar.html
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Bruno Alcaraz Masáts.