jueves, 29 de octubre de 2015

Fallece el arabista don Emilio de Santiago y Simón, 
el mejor guía de la Alhambra

Don Emilio de Santiago y Simón durante la presentación del libro "Vivir la Alhambra".
Sus estudios, sus maestros y sus amigos le permitieron convertirse en uno de los 
intelectuales mejor considerados de las tres últimas décadas del pasado siglo

Emilio de Santiago, arabista, profesor universitario y uno de los intelectuales más comprometidos con Granada, y en especial con la Alhambra, ha fallecido a la edad de 69 años.

Estaba jubilado y los últimos años los dedicó al columnismo.

En IDEAL tenía una columna semanal, que publicaba todos los domingos en las páginas de Opinión. Con su muerte desaparece una de las pocas voces independientes de Granada, un intelectual de gran talla, y uno de los estudiosos que mejor estudió y comprendió la Alhambra.

Políglota, siempre fue el escogido para hacer de guía a las autoridades mundiales que acudieron a Granada a visitar la Alhambra. Sus estudios, sus maestros y sus amigos le permitieron convertirse en uno de los intelectuales mejor considerados de las tres últimas décadas del pasado siglo.
Emilio de Santiago Simón era doctor en Filología Semítica y fue profesor del Departamento de Estudios Semíticos de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada.

Fue director de la revista 'Miscelánea de Estudios Árabes y Hebraicos', del Seminario de Estudios Magrebíes y Africanos y de la Cátedra Emilio García Gómez de Estudios Andalusíes de la Universidad de Granada, académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de Granada y académico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid.

Estando considerado como el guía más ilustre que ha tenido la Alhambra, habiéndola enseñado durante treinta años a multitud de personajes nacionales e internacionales como el Dalai Lama, el Aga Khan, Severo Ochoa, Arthur Rubistein, Teresa Berganza, Monserrat Caballé, Ernesto Cardenal, Joaquín Achúcarro o la reina Noor de Jordania y también del ámbito cultural como Salman Rushdie, Rudolf Nureyev o Francisco Ayala.


El arabista ha impartido cursos de Historia del Islam Oriental y Occidental, Islamología, Derecho Islámico, Corán y Hadiz, Historia del Pensamiento Político Árabe-Islámico y del Pensamiento Filosófico Hispanomusulmán. Asimismo, ha dictado conferencias, cursos de doctorado, seminarios y masters en distintas universidades nacionales y extranjeras.

Precisamente el actual director del Patronato de la Alhambra, Reynaldo Fernández, lamentó ayer el fallecimiento de De Santiago, del que era amigo personal también por su vinculación profesional como estudioso de la lengua árabe y licenciado en historia medieval.

De hecho, recordó que fue con Emilio de Santiago comisario de la exposición  sobre poesía y música de Al-Ándalus que se celebró en los Reales Alcázares de Sevilla con motivo del mundial de esquí de 1995. "Era un gran arabista y una persona con una sensibilidad extraordinaria y un gusto exquisito", dijo Fernández, que destacó también su conocimiento sobre la Alhambra. "Como intelectual tenía una actitud crítica en algunos aspectos pero sus aportaciones siempre venían bien y eran positivas", recuerda.

Aunque en los últimos años estaba más apartado de la vida social, vivió una juventud intensa en Granada rodeado de intelectuales. Uno de sus amigos de juventud fue Juan de Loxa, que desde Madrid recordó ayer para este periódico la figura de "un sabio" como Emilio de Santiago, al que conoció a finales de los años 60 a través de la Universidad.

"Solíamos reunirnos en el café Suizo en torno a Elena Martín Vivaldi", a la que De Santiago consideraba casi como una madre. Durante los años 70 estuvieron especialmente unidos compartiendo experiencias literarias y formativas.

"Era un sabio desde muy joven", destaca De Loxa, que recuerda al arabista como alumno de Joaquina Eguaras (que dirigía la Escuela de Estudios Árabes) y discípulo de Emilio García Gómez.
"También quería ser poeta y de hecho publicó varios libros de poesía"

Así, entre sus publicaciones destaca La voz de la Alhambra, Serena de amarillos (una antología de Elena Martín Vivaldi), Siete poemas a la deriva, El polígrafo granadino, Fascinación, Las claves del mundo islámico o Palabras en un tiempo de talantes.

Aunque en los últimos años estuvo alejado del grupo de amigos de juventud, De Loxa, que guarda "recuerdos maravillosos y muy divertidos" de Emilio de Santiago, recuerda también sus últimas columnas en prensa, los debates en una televisión local, su voz grabada en el archivo del Centro de Documentación Musical de Andalucía o el homenaje organizado a Elena Martín Vivaldi.

El 9 de agosto este periódico publicó la última información sobre él sobre su otra pasión: los gatos. 

"Son mi debilidad. Son animales excepcionales: independientes al máximo pero capaces de dar todo el cariño del mundo", decía. Ahora vivía con Cuca y Peque, dos siamesas con las que compartió los últimos años de su vida, aunque siempre estuvo acompañado de gatos, pasión heredada de sus tías maternas.

"Yo muchas veces me acuerdo de forma especial de una de mis tías, porque todo lo que amo en la vida me viene de ella".

Incluso llegó a decir: "mi vida no habría sido igual sin los gatos".

Columnista semanal del periódico Ideal, el cuerpo sin vida de Emilio de Santiago fue encontrado ayer tarde por una vecina de su confianza en su domicilio del barrio.

Bruno Alcaraz Masáts, un alumno agradecido, al cual le transmitió sus conocimientos y ese “su sentido islámico-alhambreño,” su manera personal de ver y hablar con la Alhambra y el Generalife.