domingo, 1 de febrero de 2009

El Libro de Firmas de la Alhambra
- El Álbum de la Alhambra -



El primer ejemplar del Album de la Alhambra:
Libro de Firmas de la Alhambra

El 3 de Mayo de 1835 escribió un artículo de prensa, que se publicó en el nº 64 de la Revista Mensajero, el periodista y escritor del Romanticismo español Mariano José de Larra, firmado con el pseudónimo de Fígaro, y cuyo título era “El Album”, donde recogía el origen de la moda francesa del álbum, según escribía un autor francés, al que no identifica, y Larra enlazaría la Alhambra y el origen de estos álbumes de firmas:

''Sabido el objeto del album, cualquiera puede conocer la causa a que debe su origen: el orgullo del hombre se empeña en dejar huellas de su paso por todas partes; en rigor, las pirámides famosas ¿qué son sino la firma de los Faraones en el gran album de Egipto? Todo monumento es el facsímile del pueblo que le erigió, estampado en el grande album del triunfo. ¿Qué es la historia sino el album donde cada pueblo viene a depositar sus obras?

La Alhambra está llena de los nombres de viajeros ilustres que no han querido pasar adelante sin enlazar con aquellos grandes recuerdos sus grandes nombres; esto, que es lícito en un hombre de mérito, confesado por todos, es risible en un desconocido, y conocemos un sujeto que se ha puesto en ridículo en sociedad por haber estampado en las paredes de la venerable antigüedad de que acabamos de hablar, debajo del letrero puesto por Chateaubriand: "Aquí estuvo también Pedro Fernández el día tantos de tal año." Sin embargo, la acción es la misma, por parte del que la hace.

He aquí cómo motiva el origen de la moda del album un autor francés, que escribía como nosotros un artículo de costumbres acerca de él el año 11, época en que comenzó a hacer furor esta moda en París:


La Grand Chartreuse, edificada por San Bruno I de Colonia,
fundador de la orden contemplativa de los Cartujos.
San Bruno no fue canonizado, aunque auto
rizaran su culto
a los Cartujos y su expansión como Orden de la Cartuja.

«El origen del álbum es noble, santo, majestuoso. San Bruno había fundado en el corazón de los Alpes la cuna de su orden; dábase allí hospitalidad por espacio de tres días a todo viajero. En el momento de su partida se le presentaba un registro, invitándole a escribir en él su nombre, el cual iba acompañado por lo regular de algunas frases de agradecimiento, frases verdaderamente inspiradas. El aspecto de las montañas, el ruido de los torrentes, el silencio del monasterio, la religión grande y majestuosa, los religiosos humildes y penitentes, el tiempo despreciado y la eternidad siempre presente, debían de hacer nacer bajo la pluma de los huéspedes que se sucedían en la augusta morada altos pensamientos y delicadas expresiones. Hombres de gran mérito depositaron en este repertorio cantidad de versos y pensamientos justamente célebres. El álbum de la Gran Cartuja es incontestablemente el padre y modelo de los álbums.»

Esta afición, recién nacida, cundió extraordinariamente; los ingleses asieron de ella; los franceses no la despreciaron, y todo hombre de alguna celebridad fue puesto a contribución; el valor, por consiguiente, de un album puede ser considerable; una pincelada de Goya, un capricho de David, o de Vernet, un trozo de Chateaubriand, o de lord Byron, la firma de Napoleón, todo esto puede llegar a hacer de un album un mayorazgo para una familia.

El 3 de Noviembre de 2007, durante la restauración de la Fuente de los Leones, dejó al descubierto numerosas inscripciones de visitantes del monumento, entre las que figura una del escritor francés Victor Hugo y otra del escritor romántico británico Richard Ford (1796-1858), fechada en 1831.

El viajero Richard Ford plasmó a punzón su nombre en el Mirador de Lindaraja, en el Salón de Comares y en la fuente del Patio de los Leones y otros muchos hicieron lo mismo en las paredes nazaríes. La nueva inscripción de Ford está situada en el borde de la taza, donde el viajero romántico Richard Ford, considerado el primer hispanófilo inglés, puede leerse con gran nitidez y reza:

"Richard Ford, 1831"

En 1889 se publicó la tercera edición de un pequeño libro titulado ‘’Poesías y Pensamientos del Album de la Alhambra’’, impreso en la imprenta de ''El Defensor'', que en sus primeras páginas recogía:

’Un generoso príncipe extranjero, el Príncipe Dolgorouki, ofreció a la Alhambra un libro en cuyas páginas, inmaculadas entonces, brillan hoy mil ráfagas de arrebatador entusiasmo y miles de ilustres nombres: es el
‘’Album de la Alhambra.’’

Los responsables de la Sección de Archivo y Biblioteca
del Patronato de la Alhambra y del Generalife

En el folio primero del primer Album de la Alhambra, escrita en correcto francés, se lee la siguiente dedicatoria del Príncipe Dolgorouki:

Muchos viajeros, queriendo perpetuar la memoria de su visita
a la Alhambra, han deteriorado sus muros, cubriéndolos con sus
nombres y sus pensamientos. A fin de asegurar una larga
existencia a los recuerdos de los viajeros, y preservar
juntamente el edificio de las más grandes injurias,
ofrece este libro.

El Príncipe Dolgorouki

9 de Mayo de 1829

Ofreció este Album a la Alhambra el Príncipe Dolgorouki, inaugurándolo en compañía de Washington Irving el 9 de Mayo de 1829, firmando ellos en la primera hoja, a modo de acta de donación, junto con la Vizcondesa de Saint Priest y su esposo el Conde Alexis, el Caballero Nicolao de san Mazzano, Secretario de Su Majestad Sarda en Madrid, Charles Favart, Francisco Virad, el arquitecto francés Eduard de Lussy y Mr. Villecoq, Secretario de la Embajada de Francia en España .

Este primer volumen constaba de 351 folios, siendo la última firma que en él se ha escrito la de George Bosolins, el 20 de Mayo de 1872. El primero de los doce tomos completados hasta ahora, de 351 folios, se rellenó en 43 años y once días.

En el figuran la firma de Theofile Gautier, en el folio 29 un 30 de Junio de 1840, de D. Fernando, Rey de Portugal, en el folio 127 un 28 de Mayo de 1856, de D. Emilio Castelar en el folio 294 (sin fecha) y de D. Pedro Emperador de Brasil en el folio 34 un ‘’30 de Febrero de 1872’’.

El encargado de la custodia del primer Album de la Alhambra era, en esa época, Juan Quirós, que profanó su contenido, al marcar con una cruz a los visitantes de más abolengo o fama, les corrigió los errores de sus mensajes y se propuso hacer una recopilación de los más interesantes, así como de los poemas más hermosos para una obra que nunca llegó a ver la luz.

El segundo Album de la Alhambra se inauguró un 1º de Abril de 1872, terminándose el 8 de Marzo de 1883, con la firma del Marqués D’Eyrague.

En este II Album figuran las firmas del Rey de España, Don Alfonso XII, en el folio 140, del Embajador de Marruecos en España, en el folio 162 un 5 de Diciembre de 1877, de Eugenio de Harzembuch, en el folio 295 y en el folio 299 (vuelto) las firmas de SS. AA. RR. Dª. Isabel y Dª Paz de Borbón.

Ese mismo día, 8 de Marzo de 1833, la Alhambra dio comienzo a su tercer Album, ante la visita del Conde de Vilana, y este libro de firmas de la Alhambra, hoy en día, va por su Libro XXII.

En este III Album de la Alhambra estamparían sus firmas en su folio 47 el Jefe de los Cosacos del Don y en el folio 75 el Rey de España Don Alfonso XIII.

Dos antiguos actos culturales que tuvieron lugar en el recinto de la Alhambra (La coronación del poeta José Zorrilla en 1889 y el Concurso de Cante Jondo de 1922) se reflejarían en los folios del Album de la Alhambra, en que todos los protagonistas de la coronación de Zorrilla, entre ellos el poeta laureado, quedaron plasmadas sus firmas, así como aquellos que acudieron al Concurso de Cante Jondo de 1922, entre ellos sus creadores Ignacio Zuloaga y Manuel de Falla; Federico García Lorca, pese a su admiración por la cultura árabe, nunca firmó en el Album de la Alhambra y varios asistentes como el escritor y director de cine español Edgar Neville.

Firma de Rafael Alberti en una visita nocturna en 1982

El laureado poeta José Zorrilla escribió un largo poema, consignando distinto año al de su Coronación como Poeta Nacional Laureado en la Alhambra en 1889, ya que en 1855 estaba en Méjico, bajo la protección y mecenazgo del Emperador Maximiliano I:

Dejadme que embebido y estático respire
las áuras de este ameno y espléndido pensil;
dejadme que perdido bajo sus brazos gire;
dejadme entre los brazos del Dauro y del Genil.
Dejadme en esta alfombra mullida de verdura,
cercado de este ambiente de aromas y frescura,
cercado de este cielo de límpidos celajes,
encima de estas torres ganadas a Boabdil.

Dejadme de Granada en medio el paraíso,
do el alma siento henchida de poesía ya;
dejadme hasta que llegue mi término preciso
y un canto digno de ella le entonaré quizá.
Si: quiero en esta tierra mi lápida mortuoria.
Granada!... Tu el santuario de la española gloria;
tu Sierra es blanca tienda que pabellón te da;
tus muros son el cerco de un gran jarrón de flores;
tu Vega un schall morisco bordado de colores;
tus torres son palmeras donde prendido está.

Salve, oh Ciudad en donde el alba nace
y en donde el Sol poniente se reclina,
donde la niebla en perlas se deshace,
y las perlas en agua cristalina:
donde la Gloria entre laureles yace,
y cuya inmensa antorcha te ilumina!
Santuario del honor, de la Fe Escudo,
Sacrosanta Ciudad, yo te saludo.

José Zorrilla.
12 de Abril de 1855

Entre las firmas granadinas, existe una rima de Pedro Antonio de Alarcón:

A GRANADA

Adiós, Flor del desierto trasplantada
a este valle feraz de Andalucía,
do en alfombra de grata lozanía,
muelle Beldad, te encuentras reclinada.

Al aspirar tu brisa embalsamada,
que encantó en otro tiempo el alma mía,
recuerdo los ensueños de poesía
que gocé en tu mansión, bella Granada.

Hoy, que cruzo ante ti, la sombra errante
siguiendo de mi lóbrego destino,
me arrebata un suspiro tu belleza;
que si tu cielo azul, puro y brillante,
a mi alma dio ayer fulgor divino,
hoy mi alma le inunda de tristeza.

Pedro Antonio de Alarcón
25 de Enero de 1853

Y una del Obispo de Ávila Pedro José, de carácter historicista y muy pomposa:

¡Monumento grandioso de la Historia!...
¡Palma inmortal de gigantesca lid!...
¡Fija en tu Dios Iberia, la memoria...
Recaredo... Colón... La Alhambra... El Cid...!


Pedro José, Obispo de Ávila
Granada, 17 de Junio de 1880

En el transcurso de los siglos XIX, XX y comienzos del XXI quedarían recogidas en el Album de la Alhambra las visitas de reyes y nobleza, escritores, poetas y artistas, viajeros ilustres y personalidades del mundo de la política y de la sociedad, ya que la mayor parte de sus personajes dejaron su impronta en el monumento y su firma y dedicatoria en el Album de la Alhambra.

Esta docena de Libros de Firmas de la Alhambra forman parte de la historia interior de la Alcazaba y Palacios Nazaríes de la Alhambra, en la colina de la Sabika y que, gracias a la iniciativa del Príncipe Dolgorouki y de Washington Irving en 1929, ha preservado sus muros, paredes, columnas y fuentes de nombres grabados a punta de navaja con ínfulas de eternidad.

Bruno Alcaraz Masáts